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sábado, 31 de octubre de 2015

SANTOS DEL 2 AL 8 DE NOVIEMBRE 2015

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona


SANTOS DEL 2 AL 8 DE NOVIEMBRE 2015
XXXI Semana del Tiempo  Ordinario


LUNES, 2
Conmemoración de todos los Fieles Difuntos
La Iglesia, después de celebrar ayer la fiesta de todos sus hijos bienaventurados ya en el cielo, se interesa hoy ante el Señor en favor de las almas de todos cuantos nos precedieron en el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección, para que, purificados de toda mancha de pecado, puedan gozar de la felicidad eterna. Celebramos, pues, la victoria de Cristo, y de nosotros con Él, sobre la muerte. Y hacemos memoria de cuantos, habiendo compartido ya la muerte de Jesucristo, están llamados a compartir también con Él la gloria de la resurrección. El primer prefacio de difuntos nos enseña que «en Cristo brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad; porque la vida de los que creemos en el Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo». Mientras nosotros pedimos por los difuntos, ellos interceden por nosotros.
ORACIÓN
Escucha, Señor, nuestras súplicas para que, al confesar la resurrección de Jesucristo, tu Hijo, se afiance también nuestra esperanza de que todos tus hijos resucitaran. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.-

MARTES, 3


San Martín de Porres
Nació en Lima (Perú) el año 1579, de un funcionario real español, Juan de Porres, y de una joven de origen africano, Ana Velázquez, que no se casaron: Martín era mulato e hijo ilegítimo, lo que le causó muchas dificultades. Fue educado cristianamente por su madre y aprendió de joven el oficio de barbero-cirujano. En 1603 fue admitido en la Orden de los dominicos como hermano converso, después de vivir ocho años en el convento como donado. Desde el principio se le confió el oficio de enfermero que ejerció, con gran competencia y mayor caridad, en favor de los frailes y de los numerosos pobres que acudían al convento; además instituyó varias obras caritativas. Supo conjugar la incesante actividad asistencial con el recogimiento de un contemplativo. Llevó una vida de mortificación y de humildad, y tuvo una gran devoción a la Eucaristía. Murió en Lima el 3 de noviembre de 1639.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que has querido conducir a san Martín de Porres por el camino de la humildad a la gloria del cielo, concédenos la gracia de seguir sus ejemplos, para que merezcamos ser coronados con él en la gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

MIÉRCOLES, 4


San Carlos Borromeo
Nació en Arona (Lombardía, Italia) el año 1538, en el seno de una familia noble y piadosa. Abrazó la vida eclesiástica de jovencito y, terminados los estudios en Pavía, su tío materno, el papa Pío IV, lo llamó a Roma y lo creó cardenal, haciéndolo Secretario de Estado. En la medida que le fue posible impulsó la culminación del Concilio de Trento y la puesta en práctica de sus decretos. Elegido arzobispo de Milán en 1565, fue un verdadero pastor de almas. Realizó una gran obra legislativa, organizativa, pastoral, litúrgica y devocional. Recorrió muchas veces la diócesis entera, convocó sínodos, decretó muchas disposiciones orientadas a la formación del clero y a la reforma de costumbres, para actuar así las ordenaciones pastorales del Concilio de Trento. Fundó seminarios y edificó hospitales y hospicios. Utilizó las riquezas de su familia en favor de los pobres. Murió en Milán el 3 de noviembre de 1584.
ORACIÓN
Conserva, Señor, en tu pueblo el espíritu que infundiste en san Carlos Borromeo, para que tu Iglesia se renueve sin cesar y, transformada en imagen de Cristo, pueda presentar ante el mundo el verdadero rostro de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

JUEVES, 5


Santa Ángela de la Cruz
Nació en Sevilla el año 1846, en el seno de una familia numerosa y pobre, trabajadora y piadosa. Desde muy joven trabajó en un taller de zapatería, a la vez que se entregaba al servicio de los más pobres y marginados. Bajo la guía de un experto confesor, el P. Torres, intentó hacerse religiosa, hasta que comprendió que el Señor la llamaba a fundar una congregación, la Compañía de las Hermanas de la Cruz que, viviendo en gran austeridad, atendían a enfermos y menesterosos. Mujer de vida contemplativa y de una gran actividad, gozó de carismas extraordinarios. A pesar de no tener estudios, dejó escritos de gran profundidad. Fue terciaria franciscana y su vida y espiritualidad tienen rasgos franciscanos muy marcados. Juan Pablo II la canonizó el año 2003.
ORACIÓN
Oh Dios, que iluminaste a Santa Angela virgen con la sabiduría de la cruz, para que reconociese a Cristo, tu Hijo, en los pobres y en los enfermos, y los sirviese como humilde esclava, concédenos que, imitando el ejemplo de su caridad, podamos llegar a ti, junto con nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 VIERNES, 6
Primer viernes de mes


Santos Jacinto Castañeda y Vicente le Quang Liem
Jacinto Castañeda nació en Játiva (Valencia) el año 1743, y muy joven entró en la  Orden de Predicadores. Pidió y obtuvo ser enviado a las misiones de Asia. Embarcó en Cádiz en 1761, descansó algún tiempo en México y llegó a las islas Filipinas en 1762; allí completó los estudios y recibió la ordenación sacerdotal. Predicó el Evangelio en China hasta que, apresado y expulsado, tuvo que regresar a Macao, de donde pasó, en 1770, a Vietnam. Le encomendaron la atención de unos 14.000 cristianos en unas sesenta iglesias; desarrollaba su apostolado sobre todo por la noche. Lo detuvieron cuando fue a atender a un enfermo.
Vicente le Quang Liem, era vietnamita y nació en 1731; estudió con los dominicos españoles en Manila para prepararse al sacerdocio, y acabó ingresando en la Orden de Predicadores. Fue enviado a evangelizar a sus compatriotas. Cuando cumplía su misión, lo apresaron y en la cárcel se encontró con el P. Castañeda que había sido detenido antes. Después de sufrir diversos tormentos, fueron condenados a muerte y decapitados en Hanoi (Vietnam) el 7 de noviembre de 1773.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, que confirmaste con el triunfo del martirio la vida consagrada de tus siervos Jacinto y Vicente; te rogamos que, por su intercesión, aumente nuestro compromiso de anunciar el Evangelio, y gocemos, con tus santos, de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SÁBADO, 7

San Ernesto - Abad y mártir
Abad del convento benedictino alemán de Zwiefalten, situado al suroeste de la ciudad de Ulm.
Renunció en el año de 1147 a su dignidad, para poder participar en la segunda cruzada, que organizaba el emperador Conrado III, con el fin de librar la Tierra Santa de los musulmanes.
Al abad Ernesto le tocó incorporarse en el destacamento militar del obispo Otto de Freising. En las encarnizadas luchas por los lugares sagrados, cayó prisionero. Fue trasladado a la Meca, capital del Islam, y martirizado en forma cruel a fines del año 1148.
Desde el siglo XIII se honra su memoria en la abadía de Zwiefalten como 'mártir", aunque nunca ha existido una aprobación oficial por parte de la Iglesia universal.
Se puede admirar un retablo del siglo XVII, en la Iglesia de los padres capuchinos, en Dinkelsbuehl (Alemania), que presenta a san Ernesto atado a un madero, cortados las manos y los pies, mientras su cuerpo se ve cubierto de enormes heridas causadas por la cimitarra musulmana.
En la parte inferior del retablo se puede apreciar, como símbolo de su dignidad, la mitra y el báculo.
La voluntad salvífica universal de Dios alcanza a todos los hombres; la Iglesia está persuadida de que habiendo Cristo muerto por todos y siendo una sola la invocación última del hombre, es decir, divina, el Espíritu Santo ofrece a todos las posibilidades de ser asociados, de modo solamente conocido por Dios, al misterio pascual. Siendo la fe personal un acto libre, es menester que la Iglesia dialogante se aproxime a los no creyentes con el mayor respeto de su libertad personal y procurando comprender sus motivaciones y razones.
ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que diste a san Ernesto, abad,  la gracia de luchar hasta la muerte por practicar la justicia; concédenos, en virtud de sus ruegos, soportar por tu amor todas las adversidades y caminar con valentía hacia ti, que eres la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

DOMINGO, 8
XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO

San Diosdado I - Papa
San Deosdato o Diosdado I, Nació en Roma, en una época en que Italia estaba a merced de los lombardos y del Imperio Bizantino. Este pontífice fue hijo de un subdiácono llamado Esteban, desde joven ingresó para su formación al monasterio benedictino de Roma dedicado a San Erasmo.
Durante cuarenta años San Diosdado se desempeñó como sacerdote, hasta que en 615 fue electo sexagésimo octavo papa, sucediendo a Bonifacio IV.
En esa época la situación en Roma era por demás difícil, pero los tres años de su pontificado bastaron para que San Diosdado fuera muy querido por todos los romanos.
En 616 asoló a Roma una peste similar a la que ya había causado estragos en 590, y en 618 brotó también una mortal epidemia de peste. Por si fuera poco, en agosto de ese año la Ciudad Eterna fue víctima de un terremoto terrible.
En todo momento, ante las tragedias, San Diosdado mantuvo la serenidad y se preocupó por socorrer y consolar a los damnificados, a los enfermos y a los leprosos. Se le atribuye la capacidad milagrosa de haber curado de la peste a muchas personas.
A San Diosdado I se le recuerda por su defensa de los privilegios del clero monástico según lo había instituido veinte años antes San Gregorio Magno.
San Diosdado fue también el primer papa que empleó para autentificar los documentos oficiales un pesado sello de plomo que en latín se llamaba bulla; de esta palabra se deriva el término bula, con el que nos referimos a los decretos del papa.
San Diodado I nos enseña el valor del amor al prójimo para enfrentar las peores calamidades.
ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que pusiste a san Diosdado como guía de tu pueblo para servirlo con la palabra y el ejemplo, por su intercesión, protege a los pastores de tu Iglesia junto al rebaño que les has confiado, y condúcelos por el camino de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Confeccionado por Franja y Állen-Perkins

El Papa sale en defensa de la enseñanza religiosa en los colegios españoles

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RETIRARLA SERÍA UNA AMPUTACIÓN GRAVE

El Papa sale en defensa de la enseñanza religiosa en los colegios españoles


El Papa Francisco ha advertido a los colegios españoles de que si excluyen a los padres así como sus creencias y valores están realizando «una amputación grave» en la educación de los niños. Así lo indica el Pontífice en una carta enviada al presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza, monseñor César Franco, con motivo del XIII Congreso de Escuelas Católicas que se celebra desde este jueves en Madrid.

29/10/15


Archivado en:
Papa Francisco

(Agencias) «Si la escuela prescinde o, peor aún, excluye a los padres, sus creencias, sus valores, su patrimonio espiritual y moral, estaría realizando una grave amputación en la educación de los niños privándolos de una dimensión esencial para sus vidas», alerta el Santo Padre en la carta que han leído durante el congreso y en la que se dirige a padres, alumnos, profesores y personal no docente de los centros educativos católicos de España.
Concretamente, el Papa destaca «el papel de los padres y de toda la familia en la escuela» porque, según precisa, educar es también «un acto de amor» y «son ellos los que tienen el derecho y el deber de educar a sus hijos».
Asimismo, pide que los profesores de las escuelas católicas sean «profesionales» pero, sobre todo, «coherentes» y espera que este sea el aspecto «distintivo» de estos colegios. «Los niños y jóvenes tienen derecho ciertamente a recibir una educación de calidad impartida con competencia y profesionalidad pero sobre todo necesitan una educación de calidad humana, moral y espiritual y para ello es imprescindible el testimonio y coherencia de los profesores, este debe ser un aspecto fundamental y distintivo de la escuela católica», subraya.
De esta forma, según apunta, los maestros pueden ayudar al niño a «crecer como persona» y abrirse a la realidad «no con actitud posesiva ni con prejuicios ideológicos sino con una mirada de asombro y respeto ante el misterio de la vida».
El Papa reconoce que hay «muchas dificultades y obstáculos» a las que se enfrentan los profesores «en este momento particularmente complejo de la historia» y, por ello, les agradece su «dedicación, compromiso, ilusión y generosidad».
Por otro lado, Francisco pide a las escuelas que no olviden educar a sus alumnos para que «luchen contra la cultura del descarte y la marginación» porque, según recuerda, educar supone también «abrirse a una apmplia dimensión social» y, a su juicio, es «una obligación compartir con los pobres y necesitados el pan de la cultura».
En este sentido, ha puesto de relieve la «larga historia de amor, servicio y promoción que la escuela católica española siempre ha protagonizado en favor de los niños más pobres y desfavorecidos» y la ha alentado a ser junto a las familias, «cada vez más, taller de esperanza».

viernes, 30 de octubre de 2015

Evangelio de hoy 31-10-2015

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Contemplar el Evangelio de hoy

Evangelio de hoy
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Día litúrgico: Sábado XXX del tiempo ordinario

Los primeros puestos en las bodas

Texto del Evangelio (Lc 14,1.7-11): Un sábado, sucedió que, habiendo ido Jesús a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: ‘Deja el sitio a éste’, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».


Rev. D. Josep FONT i Gallart
(Tremp, Lleida, España)

«Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos...»


Hoy, ¿os habéis fijado en el inicio de este Evangelio? Ellos, los fariseos, le estaban observando. Y Jesús también observa: «Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos» (Lc 14,7). ¡Qué manera tan diferente de observar!

La observación, como todas las acciones internas y externas, es muy diferente según la motivación que la provoca, según los móviles internos, según lo que hay en el corazón del observador. Los fariseos —como nos dice el Evangelio en diversos pasajes— observan a Jesús para acusarlo. Y Jesús observa para ayudar, para servir, para hacer el bien. Y, como una madre solícita, aconseja: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto» (Lc 14,8).

Jesús dice con palabras lo que Él es y lo que lleva en su corazón: no busca ser honrado, sino honrar; no piensa en su honor, sino en el honor del Padre. No piensa en Él sino en los demás. Toda la vida de Jesús es una revelación de quién es Dios: “Dios es amor”.

Por eso, en Jesús se hace realidad —más que en nadie— su enseñanza: «Se despojó de su grandeza, tomó la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres (…). Por eso Dios lo exaltó y le dio el nombre que está por encima de todo nombre» (Flp 2,7.9).

Jesús es el Maestro en obras y palabras. Los cristianos queremos ser sus discípulos. Solamente podemos tener la conducta del Maestro si dentro de nuestro corazón tenemos lo que Él tenía, si tenemos su Espíritu, el Espíritu de amor. Trabajemos para abrirnos totalmente a su Espíritu y para dejarnos tomar y poseer completamente por Él.

Y eso sin pensar en ser “ensalzados”, sin pensar en nosotros, sino sólo en Él. «Aunque no hubiera cielo, yo te amara; aunque no hubiera infierno te temiera; lo mismo que te quiero te quisiera» (Autor anónimo). Llevados solamente por el amor.

Evangelio de hoy 30-10-2015

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Contemplar el Evangelio de hoy

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Evangelio de hoy

Día litúrgico: Viernes XXX del tiempo ordinario



Texto del Evangelio (Lc 14,1-6): Un sábado, Jesús fue a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Había allí, delante de Él, un hombre hidrópico. Entonces preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?». Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento?». Y no pudieron replicar a esto.

«¿Es lícito curar en sábado, o no?»
Rvdo. D. Manuel COCIÑA Abella
(Madrid, España)

Hoy fijamos nuestra atención en la punzante pregunta que Jesús hace a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?» (Lc 14,3), y en la significativa anotación que hace san Lucas: «Pero ellos se callaron» (Lc 14,4).

Son muchos los episodios evangélicos en los que el Señor echa en cara a los fariseos su hipocresía. Es notable el empeño de Dios en dejarnos claro hasta qué punto le desagrada ese pecado —la falsa apariencia, el engaño vanidoso—, que se sitúa en las antípodas de aquel elogio de Cristo a Natanael: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño» (Jn 1,47). Dios ama la sencillez de corazón, la ingenuidad de espíritu y, por el contrario, rechaza enérgicamente el enmarañamiento, la mirada turbia, el ánimo doble, la hipocresía.

Lo significativo de la pregunta del Señor y de la respuesta silenciosa de los fariseos es la mala conciencia que éstos, en el fondo, tenían. Delante yacía un enfermo que buscaba ser curado por Jesús. El cumplimiento de la Ley judaica —mera atención a la letra con menosprecio del espíritu— y la fatua presunción de su conducta intachable, les lleva a escandalizarse ante la actitud de Cristo que, llevado por su corazón misericordioso, no se deja atar por el formalismo de una ley, y quiere devolver la salud al que carecía de ella.

Los fariseos se dan cuenta de que su conducta hipócrita no es justificable y, por eso, callan. En este pasaje resplandece una clara lección: la necesidad de entender que la santidad es seguimiento de Cristo —hasta el enamoramiento pleno— y no frío cumplimiento legal de unos preceptos. Los mandamientos son santos porque proceden directamente de la Sabiduría infinita de Dios, pero es posible vivirlos de una manera legalista y vacía, y entonces se da la incongruencia —auténtico sarcasmo— de pretender seguir a Dios para terminar yendo detrás de nosotros mismos.

Dejemos que la encantadora sencillez de la Virgen María se imponga en nuestras vidas.


jueves, 29 de octubre de 2015

Evangelio de hoy 29-10-2015

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Contemplar el Evangelio de hoy
Evangelio de hoy
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Día litúrgico: Jueves XXX del tiempo ordinario



Texto del Evangelio (Lc 13,31-35): En aquel tiempo, algunos fariseos se acercaron a Jesús y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte». Y Él les dijo: «Id a decir a ese zorro: ‘Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado. Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén’.
»¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido! Pues bien, se os va a dejar vuestra casa. Os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el día en que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».

Rev. D. Àngel Eugeni PÉREZ i Sánchez
(Barcelona, España)

«¡Jerusalén, Jerusalén! (...)
¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos (...)
 y no habéis querido!>>

Hoy podemos admirar la firmeza de Jesús en el cumplimiento de la misión que le ha encomendado el Padre del cielo. Él no se va a detener por nada: «Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana» (Lc 13,32). Con esta actitud, el Señor marcó la pauta de conducta que a lo largo de los siglos seguirían los mensajeros del Evangelio ante las persecuciones: no doblegarse ante el poder temporal. San Agustín dice que, en tiempo de persecuciones, los pastores no deben abandonar a los fieles: ni a los que sufrirán el martirio ni a los que sobrevivirán, como el Buen Pastor, que al ver venir al lobo, no abandona el rebaño, sino que lo defiende. Pero visto el fervor con que todos los pastores de la Iglesia se disponían a derramar su sangre, indica que lo mejor será echar a suertes quiénes de los clérigos se entregarán al martirio y quiénes se pondrán a salvo para luego cuidarse de los supervivientes.

En nuestra época, con desgraciada frecuencia, nos llegan noticias de persecuciones religiosas, violencias tribales o revueltas étnicas en países del Tercer Mundo. Las embajadas occidentales aconsejan a sus conciudadanos que abandonen la región y repatríen su personal. Los únicos que permanecen son los misioneros y las organizaciones de voluntarios, porque les parecería una traición abandonar a los “suyos” en momentos difíciles.

«¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido! Pues bien, se os va a dejar vuestra casa» (Lc 13,34-35). Este lamento del Señor produce en nosotros, los cristianos del siglo XXI, una tristeza especial, debida al sangrante conflicto entre judíos y palestinos. Para nosotros, esa región del Próximo Oriente es la Tierra Santa, la tierra de Jesús y de María. Y el clamor por la paz en todos los países debe ser más intenso y sentido por la paz en Israel y Palestina.

martes, 27 de octubre de 2015

NOVENA A LAS ALMAS DEL PURGATORIO

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ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.

Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

V. No tomes en cuenta, Señor, mis pecados.
R. Cuando me llames a Tu presencia.
V. Acuérdate que me hiciste a Tu Imagen.
R. Cuando me llames a Tu presencia.
V. No te olvides, que tu Hijo me redimió con su Sangre. 
R. Cuando me llames a Tu presencia.

Padrenuestro.

V. Libra, Señor sus almas.
R. De las penas del Purgatorio.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
V. Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.

Oremos. Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que mandes que tus santos ángeles las tomen y las lleven a la patria del paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

V. Concédeles, Señor, el descanso eterno.
R. Y brille para ellos la luz eterna. 
V. Descansen en paz.
R. Amén.




DÍA PRIMERO 
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Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que quieres que tengamos suma delicadeza de conciencia y santidad perfecta: te rogamos nos la concedas a nosotros; y a los que por no haberla tenido se están purificando en el purgatorio, te dignes aplicar nuestros sufragios y llevarlos pronto de aquellas penas al cielo. Te lo pedimos por la intercesión de tu Madre purísima y de San José.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA SEGUNDO 
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Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que eres cabeza de todos tus fieles cristianos que en ti nos unimos como miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia: te suplicamos nos unas más y más contigo y que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras aprovechen a las ánimas de nuestros hermanos del purgatorio, para que lleguen pronto a unirse a sus hermanos del cielo.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA TERCERO 
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Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los que pecan castigas con justicia en esta vida o en la otra: concédenos la gracia de nunca pecar y ten misericordia de los que, habiendo pecado, no pudieron, por falta de tiempo, o no quisieron, por falta de voluntad y por amor del regalo, satisfacer en esta vida y están padeciendo ahora sus penas en el purgatorio; y a ellos y a todos llévalos pronto a su descanso.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA CUARTO 
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Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que exiges la penitencia aun de los pecados veniales en este mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y en misericordia de los que, por haberlos cometido, están ahora purificándose en el purgatorio y líbralos a ellos y a todos los pecadores de sus penas, llevándoles a la gloria eterna.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA QUINTO
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Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los regalados en esta vida, que no pagaron por su culpa o no tuvieron bastante caridad con el pobre, castigas en la otra con la penitencia que aquí no hicieron: concédenos las virtudes de la mortificación y de la caridad y acepta misericordioso nuestra caridad y sufragios, para que por ellos lleguen pronto a su descanso eterno.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA SEXTO 
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Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que quisiste que honrásemos a nuestros padres y parientes y distinguiésemos a nuestros amigos: te rogamos por todas las ánimas del purgatorio, pero especialmente por los padres, parientes y amigos de cuantos hacemos esta novena, para que logren el descanso eterno.

Terminar con la oración final y el responso.

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DÍA SÉPTIMO
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Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los que no se preparan a tiempo para la muerte, recibiendo bien los últimos sacramentos y purificándose de los residuos de la mala vida pasada, los purificas en el purgatorio con terribles tormentos: te suplicamos, Señor, por los que murieron sin prepararse y por todos los demás, rogándote que les concedas a todos ellos la gloria y a nosotros recibir bien los últimos sacramentos.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA OCTAVO 
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Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los que vivieron en este mundo demasiado aficionados a los bienes terrenales y olvidados de la gloria, los retienes apartados del premio, para que se purifiquen de su negligencia en desearlo: calma, Señor misericordioso, sus ansias y colma sus deseos, para que gocen pronto de tu presencia, y a nosotros concédenos amar de tal manera los bienes celestiales, que no deseemos desordenadamente los terrenos.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA NOVENO 
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Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, cuyos méritos son infinitos y cuya bondad es inmensa: mira propicio a tus hijos que gimen en el purgatorio anhelando la hora de ver tu faz, de recibir tu abrazo, de descansar a tu lado y; mirándolos, compadécete de sus penas y perdona lo que les falta para pagar por sus culpas. Nosotros te ofrecemos nuestras obras y sufragios, los de tus Santos y Santas; los de tu Madre y tus méritos; haz que pronto salgan de su cárcel y reciban de tus manos su libertad y la gloria eterna.

Terminar con la oración final y el responso.