Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
SANTOS DEL 2 AL 8 DE OCTUBRE 2017
XXVI Semana
del Tiempo Ordinario
Santos de la semana
LUNES, 2
Santos Ángeles Custodios
La tradición bíblica nos presenta a
los ángeles como ministros o funcionarios de Dios, mensajeros de su voluntad y
ejecutores de sus órdenes, que por designio divino son los custodios,
guardianes o protectores de los hombres. San Francisco de Asís, según nos
cuenta su biógrafo Tomás de Celano, «tenía en muchísima veneración y amor a los
ángeles, que están con nosotros en la lucha y van con nosotros entre las
sombras de la muerte. Decía que a tales compañeros había que venerarlos en todo
lugar; que había que invocar, cuando menos, a los que son nuestros custodios.
Enseñaba a no ofender la vista de ellos y a no osar hacer en su presencia lo
que no se haría delante de los hombres. Y porque en el coro o capilla se
salmodia en presencia de los ángeles, quería que todos cuantos hermanos
pudieran se reunieran en el coro y salmodiaran allí con devoción» (2 Cel 197).
ORACIÓN
Oh Dios, que en tu providencia
amorosa te has dignado enviar para nuestra custodia a tus santos ángeles,
concédenos, atento a nuestras súplicas, vernos siempre defendidos por su
protección y gozar eternamente de su compañía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
MARTES, 3
San Francisco de Borja
Nació en Gandía, provincia de
Valencia (España), el año 1510. Gran privado del Emperador Carlos V y
caballerizo de la emperatriz Isabel, vivió ejemplarmente en palacio. La vista
del cadáver de la emperatriz le impulsó a despreciar las vanidades de la corte.
Suya es la frase famosa: «No quiero servir a señor que se me pueda morir». Fue
virrey de Cataluña y duque de Gandía. En 1529 contrajo matrimonio con Leonor de
Castro, y tuvieron ocho hijos. Después de la muerte de su esposa, acaecida en
1546, que acabó de desligarlo del mundo, fue recibido por san Ignacio en la
Compañía de Jesús, de la que llegó a ser superior general, después de haberse
dedicado, ya sacerdote, al apostolado y a los asuntos de la naciente Compañía.
Se distinguió, sobre todo, por su profunda humildad. Dio gran impulso a las
misiones, especialmente de América.
ORACIÓN
Señor y Dios nuestro, que nos mandas
valorar los bienes de este mundo según el criterio de tu ley, al celebrar la
fiesta de san Francisco de Borja, tu siervo fiel y cumplidor, enséñanos a
comprender que nada hay en el mundo comparable a la alegría de gastar la vida
en tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
MIÉRCOLES, 4
San Francisco de Asís
Nació en Asís (Italia) hacia 1182,
hijo de un rico mercader de telas. De joven ayudó a su padre en el comercio y
fue el rey de la juventud. Participó en la guerra de su ciudad contra Perusa;
la cárcel que sufrió y la enfermedad que contrajo le iniciaron en un nuevo
camino, por el que Dios lo fue conduciendo hasta su plena conversión. Renunció
a su herencia, abrazó la vida evangélica, se desposó con Dama Pobreza, atendió
a pobres y a leprosos. Se le unieron compañeros con los que se presentó al
Papa: Inocencio III aprobó su forma de vida, que consistía en seguir las
huellas de Cristo que adora al Padre, ama todo y a todos, predica
incansablemente la penitencia y conversión. Junto con santa Clara fundó la
Segunda Orden, la de las Clarisas, y a los seglares les dio directrices para
vivir el Evangelio en su estado y condición, la Tercera Orden. En 1223, Honorio
III aprobó su Regla definitiva. En septiembre de 1224, sobre el monte Alverna,
las Llagas de Cristo quedaron impresas en el cuerpo de Francisco, quien murió
en la Porciúncula al atardecer del 3 de octubre de 1226. Gregorio IX lo
canonizó en Asís el 16 de julio de 1228.
Oración
Dios todopoderoso, que otorgaste a
nuestro Padre san Francisco la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y
la pobreza, concédenos caminar tras sus huellas, para que podamos seguir a tu
Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
JUEVES, 28
Témporas de Acción de Gracias y de Petición
Días de gracias y de petición que la
comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección
de las cosechas al reemprender la actividad habitual. Son una ocasión que
presenta la Iglesia para rogar a Dios por las necesidades de los hombres,
principalmente por los frutos de la tierra y por los trabajos de los hombres,
dando gracias a Dios públicamente.
Desde antiguo, y hasta la última
reforma litúrgica, la Iglesia celebraba las «Cuatro Témporas», correspondientes
a las cuatro estaciones del año, en tres días sucesivos. En la actualidad, las
Témporas se celebran al menos el día 5 de octubre, y es aconsejable celebrarlas
también en otros dos días de la misma semana. Son días de acción de gracias y
de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, de quien procede todo
bien, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al
reemprender la actividad habitual. Son una ocasión que presenta la Iglesia para
rogar a Dios por las necesidades de los hombres, principalmente por los frutos
de la tierra y por el trabajo humano, dando gracias a Dios públicamente. Cuando
las Témporas se celebras en tres días, el primero se centra en la acción de
gracias, el segundo es un día penitencial, y el tercero se consagra a la petición
por la actividad humana.
Oración
Señor Dios, Padre lleno de amor, que
diste a nuestros padres de Israel una tierra buena y fértil, para que en ella
encontraran descanso y bienestar, y, con el mismo amor, nos das a nosotros
fuerza para dominar la creación y sacar de ella nuestro progreso y nuestro
sustento, al darte gracias por todas tus maravillas, te pedimos que tu luz nos
haga descubrir siempre que has sido tú, y no nuestro poder, quien nos ha dado
fuerza para crear las riquezas de la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
VIERNES, 6
* * *
Primer viernes de mes * * *
San Bruno
► Fundador de los cartujos ◄
Nació en Colonia (Alemania) hacia el
año 1035. Formado y ordenado de sacerdote en Reims (Francia), el arzobispo le
encargó la dirección de los estudios y escuelas de su diócesis. Fue maestro de
Teología y sus comentarios de la Escritura fueron bien acogidos. Pero Bruno
buscaba otra cosa y se fue a Molesme, donde estaba naciendo la reforma
Cisterciense. Deseoso de mayor silencio y soledad, en 1084 fundó un pequeño
eremitorio en el lugar salvaje y casi inaccesible del desierto de la Cartuja,
cerca de Grenoble, que iba a servir de modelo para las Cartujas de todo el
mundo. El año 1090 Urbano II le ordenó ir a Roma para el servicio de la Sede
Apostólica. La vocación del Santo era otra. El Papa lo comprendió y le permitió
retirarse al desierto, sin salir de Italia. Aquel mismo año marchó Bruno a la
soledad de Squillace (Calabria), y allí se durmió en la paz del Señor, en el
monasterio de La Torre, el 6 de octubre de 1101.
Oración
Señor, Dios nuestro, tú que llamaste
a san Bruno para que te sirviera en la soledad, concédenos, por su intercesión,
que, en medio de las vicisitudes de este mundo, vivamos entregados siempre a
ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SÁBADO, 7
Nuestra Señora, la Virgen del Rosario
Esta conmemoración fue instituida
por el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida por los
cristianos en la batalla naval de Lepanto (1571), victoria atribuida a la Madre
de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una
invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la
Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la
pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios. «El mes de octubre
-dice Juan Pablo II- es el mes de María, mes del rosario. Hubo un tiempo en que
esta plegaria sencilla y profunda, rezada en particular y en familia, se
hallaba muy difundida en el pueblo cristiano. ¡Cuánto beneficiaría, si también
hoy se redescubriera y valorara, especialmente en el seno de los hogares! Ayuda
a contemplar la vida de Cristo y los misterios de la salvación; aleja los
gérmenes de la disgregación familiar, gracias a la incesante invocación a la
Virgen; y es vínculo seguro de comunión y de paz. Exhorto a todos, y de modo
especial a las familias cristianas, a encontrar en el santo rosario el consuelo
y el apoyo diarios para avanzar por el camino de la fidelidad».
ORACIÓN
Derrama, Señor, tu gracia sobre
nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu
Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, y con la intercesión de la
Virgen María, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
DOMINGO,
8
XXVII del Tiempo Ordinario
San Hugo de
Génova
Nació
en Alessandria (Italia) hacia el año 1168, de la noble familia de los Canefri.
No parece que recibiera la ordenación sacerdotal. Lo adscribieron a la Orden de
los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén en pleno fervor de las
cruzadas. Prestó servicio largo tiempo en Tierra Santa para defender los
intereses de la cristiandad. Vuelto a Italia, lo destinaron a regir, en calidad
de maestre, preceptor o comendador, la Encomienda de San Juan de Jerusalén en
Génova, casa que tenía un hospital anejo. Allí brilló por su bondad y caridad
en el ejercicio de los altos oficios de gobierno y de beneficencia que le
habían confiado, a favor de los enfermos y menesterosos acogidos en el
hospital, así como de los peregrinos que hacían un alto en Génova antes de
embarcarse o al regresar de Tierra Santa. Se le atribuyeron muchos milagros,
como el de haber hecho brotar agua de una roca para que las lavanderas de un
hospital pudiesen lavar la ropa de los enfermos pobres. Murió hacia el año
1233.
ORACIÓN
Dios nuestro, que has puesto a los santos como ejemplo y ayuda para
facilitar a los débiles el camino de la salvación, al celebrar la fiesta de san
Hugo, concédenos bondadosamente que, siguiendo sus pasos, caminemos hacia ti. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Confeccionado
por Franja y Állen-Perkins