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viernes, 20 de noviembre de 2015

SANTOS DEL 23 AL 29 DE NOVIEMBRE 2015

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona


SANTOS DEL 23 AL 29 DE NOVIEMBRE 2015
XXXIV Semana del Tiempo  Ordinario

LUNES, 23


San Clemente I, papa y mártir
Testigo inmediato de la tradición de los apóstoles, había nacido en Roma y fue el tercer sucesor de San Pedro en el gobierno de la Iglesia del año 88 al 97/101. Reorganizó la comunidad de Roma, dividió la ciudad en siete sectores, encomendados a siete diáconos, y mandó redactar con cuidado las Actas de los Mártires. Escribió una importante carta a los cristianos de Corinto para restaurar entre ellos la paz y la concordia. Esta carta es el primer testimonio escrito que tenemos del ministerio papal como solicitud por la unidad en la fe y la caridad de todas las Iglesias. Selló con su sangre el testimonio de su fe. Según una antigua tradición, fue desterrado por el emperador Trajano a tierras del Ponto, concretamente al Quersoneso, actual península de Crimea, y condenado a trabajos forzados, picar piedra en las canteras de mármol, junto con muchos cristianos, a los que sirvió de guía y consuelo. Hoy se conmemora el sepelio de su cuerpo en Roma.
ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que te muestras admirable en la gloria de tus santos, concédenos celebrar con alegría la fiesta de san Clemente, sacerdote y mártir de tu Hijo, que dio testimonio con su muerte de los misterios que celebraba y confirmó con el ejemplo lo que predicó con su palabra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

* * *   EL MISMO DÍA   * * *


San Columbano, abad
Nació en Irlanda, en la primera mitad del siglo VI. Después de abrazar la vida monástica, se trasladó al Continente acompañado de otros monjes y fundó monasterios en Francia, Suiza, Alemania e Italia, que gobernó con austera disciplina; entre ellos, el de Luxeuil en Francia, el de San Galo en Suiza y el de Bobbio en Italia. Además de ser un modelo como cristiano y como religioso, supo adaptar la vida monástica a la obra de evangelización de pueblos muchas veces aún paganos; los monasterios se convirtieron en focos de irradiación cristiana, y de educación y cultura. Compuso una Regla, que actualizaba la de San Benito, y un Penitencial con normas apropiadas para la confesión individual secreta, que estaba en uso en Irlanda y que fue de gran utilidad en el resto de la Iglesia. Murió en Bobbio (Piacenza, Italia) el 23 de noviembre del año 615.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que has unido de modo admirable en el abad san Columbano la tarea de la evangelización y el amor a la vida monástica, concédenos, por su intercesión y su ejemplo, que te busquemos a ti sobre todas las cosas y trabajemos por la propagación de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

MARTES, 24


San Andrés Dung-Lac y compañeros
Son los 117 mártires de Vietnam canonizados por Juan Pablo II el 19 de junio de 1988. En el siglo XVII comenzaron las persecuciones contra los católicos, que habían ido creciendo en Vietnam desde el siglo anterior. Los cristianos martirizados en distintas fechas y regiones fueron cerca de 130.000, de los que se ha introducido la causa de beatificación de casi 1500. Entre los 117 canonizados hay 8 obispos, muchísimos sacerdotes seculares y religiosos, y un gran número de laicos de ambos sexos y de toda edad y condición. 96 son vietnamitas, 11 españoles y 10 franceses. San Andrés, hijo de padres paganos muy pobres, llegó a sacerdote con la ayuda de un catequista, ejerció el ministerio en diferentes localidades y murió decapitado en Hanoi el 21 de diciembre de 1839. Los once españoles, todos ellos dominicos, son los siguientes: Mateo Alonso de Leciniana, de Nava del Rey (Valladolid), decapitado el 22 de enero de 1745. Francisco Gil Federich, de Tortosa (Tarragona), decapitado el 22 de enero de 1745. Jacinto Castañeda, de Játiva (Valencia), degollado el 7 de noviembre de 1773. Ignacio Clemente Delgado, de Villafeliche (Zaragoza), obispo, falleció a causa de los malos tratos el 21 de julio de 1838. Domingo Henares, de Baena (Córdoba), obispo, decapitado el 25 de junio de 1838. José Fernández, de Ventosa de la Cuesta (Valladolid), decapitado el 24 de julio de 1838. Jerónimo Hermosilla, de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), obispo, degollado el 1 de noviembre de 1861. José María Díaz Sanjurjo, de Santa Eulalia de Suegos (Lugo), obispo, decapitado el 20 de julio de 1857. Melchor García Sampedro, de Cortes, parroquia de Cienfuegos (Oviedo), obispo, descuartizado el 28 de julio de 1858. Valentín de Berrio Ochoa, de Elorrio (Vizcaya), obispo, decapitado el 1 de noviembre de 1861. Pedro Almato, de San Feliu Saserra (Barcelona), martirizado el 1 de noviembre de 1861.
ORACIÓN
Oh Dios, fuente y origen de toda paternidad, tú hiciste que los santos mártires Andrés y sus compañeros fueran fieles a la cruz de Cristo, con una fidelidad que llegó hasta el derramamiento de su sangre; concédenos, por su intercesión, que difundamos tu amor entre nuestros hermanos y que nos llamemos y seamos de verdad hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

MIÉRCOLES, 25


Santa Catalina de Alejandría
Virgen y Mártir
No tenemos noticias seguras sobre su vida. Según las leyendas y tradiciones, fue una virgen y mártir de Alejandría en Egipto, de finales del siglo III o principios del siglo IV. Era una joven cristiana llena de agudeza, de ingenio y de sabiduría, no menos que de fortaleza de ánimo. Su cuerpo se honra con piadosa veneración en el célebre monasterio del Monte Sinaí que lleva su nombre. Desde el siglo IX su culto comenzó a extenderse por toda la Iglesia, por lo que existen numerosas iglesias dedicadas a su nombre en todo el mundo, y son muchas las entidades e instituciones que la tienen por patrona.
ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que diste a tu pueblo la virgen y mártir invicta santa Catalina, concédenos, por su intercesión, ser fortalecidos en una fe constante y trabajar sin desmayo por la unidad de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

JUEVES, 26


San Juan Berchmans
Nació en Diest, Flandes. Hijo primogénito de Juan Berchmans, artesano, zapatero, e hijo de Isabel der Hove, cuyo padre fue burgomaestre de la ciudad de Diest.
En 1616 ingresó al Noviciado de los jesuitas en Malinas y en 1618 hizo los votos de castidad, pobreza y obediencia.
El General Mucio Vitelleschi lo envió al Colegio Romano para que terminara su noviciado. Allí hizo un voto para defender la doctrina de la Inmaculada Concepción.
Por una enfermedad pulmonar falleció en Roma el 13 de agosto de 1621, con gran pesar de toda la comunidad del Colegio Romano, quienes ya lo consideraban un santo.

Beatificado por Pío IX en 1865 y canonizado por el papa León XIII en 1888, el mismo día que San Alonso Rodríguez, San Pedro Claver y los siete fundadores de los Siervos de María. Juan Berchmans constituye, junto con Estanislao Kostka (1550-1568) y Luis Gonzaga (1568-1591), un trío de jóvenes considerados santos por la Iglesia católica que ejerció influencia en la espiritualidad jesuítica juvenil.
Es el patrón de: monaguillos y servidores del altar, novicios oblatos, jóvenes
ORACIÓN
Dios nuestro, que has puesto a los santos como ejemplo y ayuda para facilitar a los débiles el camino de la salvación, al celebrar la fiesta de San Juan Berchmans  concédenos bondadosamente que, siguiendo sus pasos, caminemos hacia ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 VIERNES, 27

Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
La Medalla Milagrosa proviene directamente de la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Es un regalo del Cielo que nunca ha dejado de prodigar gracias maravillosas a través del mundo entero. Es un medio sencillo y muy eficaz para beneficiarnos de la protección de María en todas nuestras necesidades espirituales y temporales.
El 27 de noviembre de 1830, en la Capilla del convento de las Hijas de la Caridad, rue du Bac en París, la Santísima Virgen apareció a Santa Catalina Labouré (1806-1876) por segunda vez. Ese día, la Reina del Cielo Se manifestó con un globo a Sus pies y sosteniendo en Sus manos, a la altura del pecho, otro globo más pequeño que parecía ofrecer a Nuestro Señor con gesto de súplica. De repente, Sus dedos se cubrieron de anillos y gemas de gran belleza que irradiaban fulgores que se esparcían por doquier...
La Virgen posó los ojos en la humilde novicia que La contemplaba. He aquí, le dijo, el símbolo de las gracias que Yo derramo sobre las personas que Me las piden... --«haciéndome comprender,» escribe la Santa, «¡cuán generosa es Ella hacia las personas que se las imploran; cuántas gracias otorga a los que se las piden; qué alegría Ella siente al darlas!»-- Las gemas que permanecen a la sombra representan las gracias que olvidan pedirme.
En ese momento, se formó en torno a la Virgen un cuadro un tanto ovalado sobre el que se leían estas palabras, inscritas en letras de oro:
O María sin pecado concebida, 
rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

En una actitud que nos invita a confiar y acudir a Ella, las manos de María descendían y se explayaban, tal como lo vemos representado en la medalla. Sor Catalina Labouré contemplaba esta visión dichosa. Una voz le dijo: Haz acuñar una medalla según este modelo; las personas que la lleven recibirán grandes gracias, sobre todo colgándosela del cuello. Las gracias serán abundantes para quienes la lleven con fe.
Llevemos esta Medalla de la Santísima Virgen con respeto, y repitamos a menudo, con amor y confianza, la invocación con la cual nuestra Madre Celeste quiere que Le pidamos Sus favores:

O María sin pecado concebida,
 rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

ORACIÓN
Dios todopoderoso, concede a tus fieles, confortados por la protección de la santísima Virgen María, de la Medalla Milagrosa, que por ella seamos librados de los males de este mundo y alcancemos las alegrías del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SÁBADO, 28


Santa Catalina Labouré, religiosa
Nació en Francia, de una familia campesina, en 1806. Al quedar huérfana de madre a los 9 años le encomendó a la Stma. Virgen que le sirviera de madre, y la Madre de Dios le aceptó su petición. Como su hermana mayor se fue de monja vicentina, Catalina tuvo que quedarse al frente de los trabajos de la cocina y del lavadero en la casa de su padre, y por esto no pudo aprender a leer ni a escribir.
A los 14 años pidió a su papá que le permitiera irse de religiosa a un convento pero él, que la necesitaba para atender los muchos oficios de la casa, no se lo permitió. Ella le pedía a Nuestro Señor que le concediera lo que tanto deseaba: ser religiosa. Y una noche vio en sueños a un anciano sacerdote que le decía: "Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos". La imagen de ese sacerdote se le quedó grabada para siempre en la memoria.
Al fin, a los 24 años, logró que su padre la dejara ir a visitar a la hermana religiosa, y al llegar a la sala del convento vio allí el retrato de San Vicente de Paúl y se dio cuenta de que ese era el sacerdote que había visto en sueños y que la había invitado a ayudarle a cuidar enfermos. Desde ese día se propuso ser hermana vicentina, y tanto insistió que al fin fue aceptada en la comunidad.
El 27 de noviembre de 1830 estando Santa Catalina rezando en la capilla del convento, la Virgen María se le apareció totalmente resplandeciente, derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la tierra. Ella le encomendó que hiciera una imagen de Nuestra Señora así como se le había aparecido y que mandara hacer una medalla que tuviera por un lado las iniciales de la Virgen María "M", y una cruz, con esta frase "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Y le prometió ayudas muy especiales para quienes lleven esta medalla y recen esa oración.
Catalina le comentó a su confesor esta aparición, pero él no le creyó. Sin embargo el sacerdote al darse cuenta de la santidad de Catalina, intercedió ante el Arzobispo para obtener el permiso para hacer las medallas y por ende, los milagros.
Desde 1830, fecha de las apariciones, hasta 1876, fecha de su muerte, Catalina estuvo en el convento sin que nadie se le ocurriera que ella era a la que se le había aparecido la Virgen María para recomendarle la Medalla Milagrosa. En los últimos años obtuvo que se pusiera una imagen de la Virgen Milagrosa en el sitio donde se le había aparecido.
Al fin, ocho meses antes de su muerte, fallecido ya su antiguo confesor, Catalina le contó a su nueva superiora todas las apariciones con todo detalle y se supo quién era la afortunada que había visto y oído a la Virgen. Por eso cuando ella murió, todo el pueblo se volcó a sus funerales.
En 1947 el santo Padre Pío XII declaró santa a Catalina Labouré.
ORACIÓN
Señor Dios Nuestro, que concediste a tu bienaventurada sierva Catalina el privilegio del maternal coloquio con la Madre de Tu Hijo y le enseñaste a entregar, con alegre humildad, su vida, escondida en Cristo, al servicio de los pobres, concede a cuantos veneramos su memoria que descubramos tu imagen en los pobres para que, sirviéndoles con sencillez de corazón, seamos testigos fieles de tu Caridad en el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

DOMINGO, 29
* * *   COMIENZA EL TIEMPO DE ADVIENTO   * * *

I DOMINGO DEL TIEMPO DE ADVIENTO


San Francisco Antonio Fasani.
Nació en Lucera (Foggia, Italia) el año 1681 en el seno de una familia humilde y piadosa. Siendo todavía muy joven tomó el hábito de san Francisco entre los Conventuales. Terminados brillantemente los estudios y ordenado de sacerdote en Asís, lo dedicaron los superiores a la enseñanza, la predicación y el ministerio del confesonario. Ejerció con gran provecho cargos en su Orden y las más diversas formas de apostolado sacerdotal. Fue para todos hermano y padre, eminente maestro de vida, incansable misionero popular, consejero iluminado y prudente, guía sabia y segura en los caminos del Espíritu, defensor y sostenedor valiente de los humildes y de los pobres. Llegó a un elevado grado de contemplación, siendo enriquecido por Dios con carismas y dones especiales. Murió en su ciudad natal el 29 de noviembre de 1742. Juan Pablo II lo canonizó en 1986.
ORACIÓN
Oh Dios, que en san Francisco Antonio nos has dado un testigo del seguimiento evangélico en el camino franciscano y un ferviente apóstol de tu palabra, concédenos, por su intercesión, permanecer siempre firmes en la fe y solícitos en la caridad, para obtener así la recompensa eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Confeccionado por Franja y Állen-Perkins

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