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viernes, 8 de enero de 2016

SANTOS DEL 11 AL 17 DE ENERO 2016

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona

SANTOS DEL 11 AL 17 DE ENERO 2016
1ª Semana del Tiempo Ordinario

SANTOS  DE  LA  SEMANA

Lunes, 11


San Higinio. Papa y mártir

Nació en Grecia (no se sabe la fecha con certeza), y murió en Roma, alrededor del año 140. Filósofo de origen ateniense, sucesor del mártir San Telésforo en la cátedra de San Pedro, durante su pontificado desplegó gran celo en la defensa de la fe entregada a los hombres por Cristo mediante los apóstoles, contra las herejías que surgieron en Roma, principalmente contra doctrinas gnósticas propagadas por Marción, Valentín y Cerdón. Durante su pontificado organizó las órdenes menores en el clero y definió los grados de la jerarquía eclesiástica que habían quedado desorganizadas y confundidas debido a las persecuciones sufridas bajo los emperadores paganos Trajano, Adriano y Antonino Pío. La tradición afirma que instauró la figura de los padrinos en el bautismo, con el objeto de que los bautizados fuesen guiados espiritualmente. Higinio estableció asimismo que todos los templos debían consagrarse y que para su construcción contasen con la autorización del obispo correspondiente. Aunque no existen fuentes históricas que prueben su martirio, está considerado mártir por la Iglesia, pues tuvo que sufrir mucho durante los cuatro años que ocupó el trono pontificio. Por eso fue puesto entre los mártires, celebrándose su festividad el 11 de enero. Su sepultura en las catacumbas vaticanas, es vecina de la tumba de San Pedro, el primer Papa, que a su vez se encuentra bajo el altar mayor de la Basílica de San Pedro, donde su actual sucesor celebra la Santa Misa.
ORACIÓN
Pastor eterno, mira con benevolencia a tu rebaño y consérvalo con protección constante, por tu bienaventurado Mártir y Soberano Pontífice Higinio, a quien constituiste pastor de la Iglesia universal. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

MARTES, 12

San Antonio María Pucci presbítero

Aunque miembro de la Congregación de los Siervos de María, este santo pasó casi toda su vida y se santificó como sacerdote en una parroquia. Había nacido de una familia de campesinos en Poggiole, cerca de Pistoia, en 1819. Fue el segundo de siete hijos y recibió el nombre de Eustasio. Desde niño se distinguió por su bondad, su laboriosidad y su deseo de servir, especialmente en la iglesia parroquial de la que su padre era sacristán. Sin embargo, cuando se confirmó la vocación de Eustasio a la vida religiosa, a raíz de una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Bocca, su padre y su madre se opusieron a ello, pues era el mayor de los hijos varones. Así pues, Eustasio no pudo ingresar en la congregación de los servitas, sino hasta los dieciocho años, en 1837. Al entrar en el priorato de la Asunción, en Florencia, Eustasio tomó el nombre de Antonio María.
Durante sus primeros años de vida religiosa, el hermano Antonio dio muestras de la franqueza y la tenacidad para vencer las dificultades que habrían de distinguirle toda su vida. La oración y la obediencia eran su primera preocupación, y en seguida los estudios. Fue ordenado sacerdote en 1843 y, menos de un año después, fue nombrado vicario de la iglesia de San Andrés, en Viareggio. En 1847, cuando sólo tenía veintiocho años, fue elevado a párroco de la misma iglesia. En Viareggio puerto de pescar con un astillero, pero sobre todo, un sitio de veraneo, habría de vivir hasta su muerte el P. Antonio. Los fieles llamaban a su párroco «II curatino», algo así como «nuestro señor curita», para demostrar, a la vez, su cariño y su respeto por él. San Antonio parece haberse adelantado a su tiempo en lo que se refiere a la organización parroquial; pero jamás perdió de vista que las cosas son sólo medios para un fin, y el fin de la vida es la caridad. Tampoco olvidó que el pastor debe ser el ejemplo de su rebaño. Antonio era el padre y el siervo de todos; los enfermos, los ancianos, los pobres; todos los que sufrían en alguna forma acudían a él, buscando la ayuda que les daba sin reservas. Su olvido de sí mismo se manifestó, sobre todo, durante las epidemias de 1854 y 1866.
Uno de los frutos de la predilección del P. Antonio por los niños, fue la creación de un orfanatorio junto al mar, cosa poco común en aquella época. Gran parte de sus energías y de su ingenio estuvieron consagradas a la instrucción de los niños. Acostumbraba decir que el hogar debe completar la educación, iniciada en la iglesia y en la escuela. Su celo no se limitaba a su parroquia. Su entusiasmo por la conversión de los infieles le impulsó a ser, en Italia, uno de los primeros y más ardientes propagandistas de la obra de la Santa Infancia. San Antonio Pucci murió el 14 de enero de 1892, a los sententa y tres años de edad. Su muerte causó gran consternación en Viareggio. Su tumba fue honrada por Dios con algunas curaciones. La beatificación del P. Antonio tuvo lugar en 1952; su canonización el 20 de enero de 1963 por S.S. Juan XXIII.
ORACIÓN
Dios nuestro, que hiciste admirable a San Antonio María en el servicio a  la Madre de tu Hijo y en el ministerio pastoral, concédenos, con la ayuda de la santísima virgen, dedicar toda nuestra vida a la propagación del Reino de Cristo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

MIÉRCOLES, 13

San Hilario, obispo
Doctor de la Iglesia

Nació en Poitiers (Francia), de una distinguida familia pagana, a principios del siglo IV. Recibió una excelente formación. Estaba casado y tenía una hija, que abrazaron la fe cristiana junto con él. Hacia el año 350 fue elegido obispo de su ciudad natal. Luchó valerosamente contra los arrianos, proclamando con firmeza la divinidad de Jesucristo, y fue desterrado a Oriente por el emperador Constancio. Teólogo, historiógrafo y exégeta bíblico, escribió varias obras admirables por su sabiduría y doctrina, entre ellas el tratado De Trinitate, destinadas a consolidar la fe católica y a interpretar la Sagrada Escritura. Regresó a Poitiers, y allí murió el año 367.
ORACIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, progresar cada día en el conocimiento de la divinidad de tu Hijo y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y doctor san Hilario. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

JUEVES, 14


San Juan de Ribera - obispo
Nació en Sevilla el año 1533 de familia noble. Estudió en Salamanca y Pío IV, en 1562, lo nombró obispo de Badajoz antes de la edad canónica de treinta años. Su autoridad entre los obispos se mostró en el sínodo de Compostela de 1565. En 1568 San Pío V lo honró con el título de Patriarca de Antioquía y lo nombró arzobispo de Valencia. Sirvió a su grey hasta la muerte mediante la palabra, los escritos y la administración de los sacramentos. Se esforzó por la evangelización de los infieles y la moralización de la sociedad. Destacaron en él las cualidades pastorales, caritativas y sacerdotales en toda la amplitud de la palabra. Celebró varios sínodos y recorrió varias veces la diócesis en visita pastoral. Felipe III lo tuvo en Valencia como Virrey. Admirable fue su devoción hacia el Santísimo Sacramento, y ante él pasaba todos los días varias horas en oración; fundó la iglesia y colegio de Corpus Christi. Murió en Valencia el 6 de enero de 1611. En Valencia y otros lugares, su memoria se celebra el 14 de enero.
ORACIÓN
Oh Dios, que hiciste admirable al obispo Juan de Ribera en el celo pastoral y en el amor al divino sacramento del cuerpo y sangre de tu Hijo; te suplicamos que, por su intercesión, nos hagas perennemente participantes del fruto de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

VIERNES, 15

San Francisco Fernández de Capillas
Protomártir de China

Nació en Baquerín de Campos (Palencia, España) el año 1607. En 1623 ingresó en los dominicos y, en 1631, siendo aún diácono, marchó a Filipinas donde recibió la ordenación sacerdotal y estuvo misionando casi diez años. Tras unos meses de aprendizaje de la lengua y de las costumbres chinas, llegó a Fugian en 1642. La situación de aquella Iglesia era precaria y la persecución religiosa acechaba de continuo; además, nuestro misionero contrajo las fiebres cuartanas. Durante seis años dedicó sus desvelos, de la forma y manera que las circunstancias permitían, a las comunidades cristianas de Xeunin y de los pueblos vecinos. Un día, cuando después de atender a los enfermos se dirigía a su escondite, fue detenido por los Tártaros. Ante el tribunal confesó su fe y se reafirmó en la misma. Sufrió dos meses de crueles y refinados tormentos en la cárcel, y el 15 de enero de 1647 lo degollaron. Fue canonizado, junto con otros mártires de China, el año 2000.
ORACION
Dios nuestro, que para embellecer a tu Iglesia  otorgaste la gloria del martirio a san Francisco Fernández de Capillas; concédenos, en tu bondad, que así como él imitó la pasión del Señor, también nosotros, siguiendo sus pasos, podamos alcanzar la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SÁBADO, 16

San Fulgencio de Écija - obispo

La suya fue una familia de santos hermanos españoles. San Fulgencio, conocido como obispo de Astigi (Écija), en Andalucía, tuvo como hermanos a san Leandro, obispo de Sevilla (+ 600), al gran Isidoro, obispo también de Sevilla (+ 636), doctor de la Iglesia, y a santa Florentina (+610), abadesa benedictina. San Fulgencio nació en Cartagena, en España, hacia la mitad del siglo VI, y tuvo como padres a Severiano y Tortora (si bien parece que esta última fue un aya, ya que no se conoce con certeza el nombre de la madre). Su padre, inmediatamente después de la invasión bizantina de Cartagena huyó, hacia el 554, a Sevilla, llevando consigo a su mujer y a sus hijos Leandro, Fulgencio y Florentina, mientras que Isidoro nació en el exilio sevillano, entre el 560 y el 70. Muertos los dos padres, quedó como cabeza de familia el mayor, Leandro, que cuidó de la formación humana y literaria de Fulgencio y de Isidoro, apoyado este último, puesto que era el más pequeño, por Florentina.
De san Fulgencio no tenemos noticias ciertas sobre su juventud, pero en el 610 era ya obispo de Astigi, hacia sus 50 años, antes de lo cual debió haber sido también él, como Leandro, monje benedictino, y probablemente abad. En el 610, con su firma, suscribe el decreto del rey Gundemaro (610-614), que constituia la provincia de Toledo, recortando su territorio del de Cartagena, bajo dominio bizantino en ese momento.
A diferencia de sus otros dos hermanos, de su episcopado no se sabe demasiado, a pesar de que duró unos 20 años. La última fecha cierta de su vida es el 619, cuando toma parte del concilio provincial de Sevilla, presidido por su hermano Isidoro, donde fueron tratados por primera vez en un concilio español problemas relativos a las circunscrpciones eclesiásticas y a la disciplina sacramental, sobre la base de argumentaciones fundadas en el Derecho Romano. Fulgencio murió en el 632 a más tardar, porque en el 633, año en el que se realizó el IV Concilio de Toledo, siempre bajo la presidencia de su hermano Isidoro, estaba presente Marciano, sucesor de Fulgencio en la sede de Écija.
A pedido suyo su hermano Isidoro redactó una de sus grandes obras, «De origine officiorum sive de ecclesiasticis» (conocido en castellano como «Tratado de los oficios eclesiásticos»). En el Medioevo se le atribuyeron a Fulgencio algunos escritos, pero esto no era sino confusión con san Fulgencio de Ruspe.
Por lo que respecta a sus reliquias, enseguida fueron reunidas con las de su hermana. A causa de las invasiones árabes, en el siglo VIII, los cristianos de Écija las escondieron, y fueron reencontradas hacia 1330 en los montes de Guadalupe (Cáceres), y trasladadas por los fieles a la iglesia de Berzocana, de la diócesis de Plasencia, donde fueron conservadas con gran veneración hasta el 1592, cuando la ciudad de Cartagena pidió al rey Felipe II las reliquias de los dos hermanos. El prior del monasterio de Guadalupe, por órdenes del rey, tomó cuatro grandes huesos y los envió a la iglesia catedral de Cartagena; otros pasaron al monasterio del Escorial, y a las catedrales de Murcia y de Ávila.
ORACIÓN
Señor Dios, que te dignaste instruir a tu Iglesia con la vida y doctrina de san Fulgencio, haz que busquemos humildemente tu verdad y la vivamos fielmente en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

DOMINGO, 17
II  Del Tiempo Ordinario

San Antonio (Antón) abad

Este ilustre padre del monaquismo nació en Egipto, de padres nobles y acomodados, alrededor del año 250. A la muerte prematura de éstos, quedó al cuidado de una hermana menor y de la hacienda. Siguiendo la llamada de Cristo en el Evangelio, buscó un buen acomodo para su hermana en un grupo de vírgenes y repartió sus bienes entre los pobres, hecho lo cual se retiró a una ermita de las afueras de su pueblo; quince años después marchó a las montañas y finalmente se estableció en el desierto de la Tebaida. Llevó una vida consagrada a la oración y la penitencia, y fue por mucho tiempo terriblemente tentado por el espíritu maligno. La gente acudía a él en busca de consejo y consuelo. Muchos se quedaban a vivir cerca de él, siguiendo su ejemplo. Tuvo numerosos discípulos. Trabajó por el bien de la Iglesia, confortando la fe de los cristianos durante la persecución de Diocleciano, y apoyando a San Atanasio en su lucha contra el arrianismo. Murió el año 356.
ORACIÓN
Señor y Dios nuestro, que llamaste al desierto a san Antonio, abad, para que te sirviera con una vida santa, concédenos, por su intercesión, que sepamos negarnos a nosotros mismos para amarte a ti siempre sobre todas las cosas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Confeccionado por Franja y Állen-Perkins

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