Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Letanías de la Virgen nº 3
Autor: P Mariano de Blas
LC | Fuente: Catholic.net
Una sonrisa de María
vale más que todos los cariños
Meditaciones de las
letanias del Rosario.
Ella es la puerta del cielo y la causa de nuestra
alegría.
Virgen poderosa
A la más poderosa de
las Reinas, Dios no le niega nada. Se le llama La omnipotencia suplicante.
Semper vivens ad interpellandum pro filiis suis: Que vive siempre para
interceder por sus hijos.
“No tienen vino”, dijo
en una boda. Y qué vino más exquisito se bebió en Caná. Los que se acogen a
Ella no deben tener miedo a nada. Ni al demonio, ni a la muerte, ni a los
peligros.
El rosario parece una
oración frágil, y como propia de abuelitas, pero Dios ha querido que sirva para
detener los cañones y las bombas. La tierna Virgencita es el terror del
infierno entero. Por eso los devotos de María no tienen nada que temer.
Buscar una alianza
perpetua con María de Jesús equivale a ser inexpugnable en la lucha por el
cielo. Ella es la puerta del cielo y la causa de nuestra alegría. Los hijos de
María son personas muy alegres, como su Madre. No se explica que los hijos e
hijas de María Santísima se dejen morder por la serpiente de la desesperanza y
del temor. No tienen ningún temor.
Virgen clemente
Lo aprendió de Jesús.
Es la Madre del Hijo pródigo. Sabe curar las heridas, consolas las penas,
enjugar las lágrimas, suavizar todo, perdonar todo. Como Ella no debe juzgar,
sólo perdona e intercede por sus hijos.
Cualquier madre es
clemente, pero María más que todas juntas. Buena falta nos hace, pues la
clemencia la requieren los malhechores. Hemos de saber que los tales no son los
que andan en las cárceles, pues cada uno de nosotros, sumando todas sus
maldades es un verdadero malhechor que necesita clemencia.. Cuando María
intercede ante el Juez divino por uno de sus hijos, obtiene el perdón.
Oh Madre del Hijo
pródigo, que aprendiste de Jesús a perdonar, a hacer una fiesta cuando éste
regresa a casa. He huido de casa muchas veces, creyendo ingenuamente que sin
Dios la vida es más atractiva y emocionante. Cuantas veces he regresado a casa
herido, decepcionado, miserable. Tú has sido, junto con Dios, la que me ha
puesto un anillo en el dedo, nuevas sandalias a mis pies descalzos, una túnica,
y has mandado hacer la fiesta del becerro gordo. Si en el corazón de Dios hay
más alegría por un pecador que se convierte, también en el tuyo una de las más
grandes alegrías es la de recuperar un hijo perdido, un hijo muerto.
Hay un momento crucial
en el que clemencia me es absolutamente necesaria: el día del juicio
particular. No dejes de asistir, como abogada defensora, a la cita definitiva
en la que se decide mi eternidad.
Virgen fiel
Es uno de sus títulos
más grandes. La fidelidad hecha carne de mujer. Fidelidad a Dios, demostrada en
su fórmula favorita: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu
palabra”.
Fidelidad a sus hijos;
aún a los hijos que se pierden los ha amado hasta el último segundo de su vida.
Estaba junto a la
cruz... Ella no cayó en la tentación del sueño como Pedro y sus compañeros.
¿Qué más se te podía
pedir, Virgen Fiel? Todo lo diste.
Espejo de justicia
Espejo de
santidad...Es la Inmaculada. El tres veces Santo se refleja en Ella como en un
espejo.
Pero no es espejo que,
cuando la imagen desaparece, también del espejo desaparece. María es, más bien,
una copia muy bien hecha, del Modelo, la más perfecta, hermosa y fiel que se
haya dado. María nos aventaja con mucho. Irradia la santidad, la transmite. Quisiera
que todos sus hijos se parecieran a Ella. Con más verdad que san Pablo puede
decirnos:”Hijos, sed imitadores míos, como yo lo soy de Jesús”.
Debemos parecernos a
nuestra Madre. “Sed santos como yo soy santa”, podría decir, al estilo de
Jesús. Cualquier virtud adquiere un brillo y un encanto particular en María.
Ella no hace amables practicar dichas virtudes. Es una Maestra incomparable que
hace amar y apasionarse por la vida cristiana. Queremos ser discípulos en tu
escuela, María.
Trono de sabiduría
Lugar donde se asienta
la sabiduría. La sabiduría del arte de vivir: Maestra del vivir, porque es
maestra del amor. Vivir, en su esencia más alta, es amar. Maestra en el arte
del amor: Madre del amor hermoso se le llama. Maestra de todas las virtudes
cristianas: Enséñame a ser un discípulo excelente.
Por ser la mejor
discípula de Jesús se convirtió en la mejor Maestra de los hombres.
Ella nos enseña la
sabiduría más alta, la de cumplir la voluntad de Dios, de la santidad. De
acuerdo a la frase: “El que se salva sabe, y el que no, no sabe nada”.
Nos enseña la verdad
de Dios en las Escrituras. Nos ha dado al Verbo, la Palabra de Dios, de una
forma en que le podemos tocar, abrazar, mirar, comer. “Haced lo que Él os
diga”. Esta frase pronunciada en las bodas de Caná resuena en todos los
corazones de los cristianos. Si le hiciéramos más caso a Jesús, nos iría mucho
mejor.
Es una sabiduría
humilde. No es fácil hallar sabios humildes, porque la ciencia suele hinchar.
María nunca reclamó a su esposo nada, nunca insistió en las preguntas, aceptaba
las respuestas que le resolvían solo en parte los misterios.
escuela arte cuzqueño
Causa de nuestra alegría
Ella lo sabe. Se lo
recordó a Juan Diego. “¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi
sombra y resguardo? ¿No soy yo la causa de tu alegría?”
¿Quién es esa persona?
¿Dónde vive? ¿Cómo se llama? Me muero por verla.
El que se junta con
María es un ser alegre por contagio. Porque Ella contagia la alegría a los
hijos de Dios.
Su sí a Díos abrió la
puerta que estaba cerrada. Nos abrió la puerta de la felicidad eterna. Nos dará
un abrazo y nos presentará a Jesús y al Padre.¡Qué ilusión me da el pensar en
ese momento!
Las legítimas alegrías
humanas tienen color y sabor mariano. Pienso en la sonrisa de María; lo más
entrañable de su rostro. Una sonrisa de María vale más que todos los cariños
humanos del mundo, por hermosos que sean.
Vaso espiritual, vaso digno de honor,
vaso insigne de devoción
Se habla aquí de los
vasos sagrados, como son el cáliz y la patena. María es un vaso sagrado, como
una patena que ha encerrado al Verbo en sus entrañas; es un cáliz precioso,
porque encerró en sus venas la sangre de Jesús, la que se derramaría en
Getsemaní, en la flagelación y en el Calvario.
traslación de la casa a Loreto
Vaso digno de ser honrado por todos.
A María no se le puede faltar al respeto, es una ingratitud
y una grosería sin nombre. Pienso en los que, con la Biblia en la mano,
predican que María no es la Madre de Dios. Al llegar al cielo, les va a abrir
María la puerta. Antes que nada tendrán que pedir atentas disculpas. Y al
presentarse ante Dios las disculpas deben ser muy serias, porque, aunque de
buena fe, toda la vida dijeron que la Madre de Dios no era su Madre. Eso es muy
fuerte.
Cuando se habla de
devoción a la Santísima Virgen, a esto se refieren. Por eso los que
sinceramente tienen una gran devoción a María están en el justo y recto camino.
Dios los bendice y los premia. Amar y bendecir a su Madre, es amarlo y
bendecidlo a Él mismo. Si Él dijo: “Todo lo que hacéis a uno de mis hermanos
más pequeños me lo hacéis a Mí”, ¿qué decir cuando se lo hacen a la hermana más
grande y a su misma Madre? Se lo hacen a Él en persona. No tengan miedo, por
tanto, los que aman a María, Madre de Dios. Sepan que cuentan con la bendición
de Dios.
Vaso insigne de devoción,
es decir que merece
nuestra devoción, amor y cariño como nadie.
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