Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Un buen artículo de actualidad que he encontrado hoy en mi correo.
El
Papa Bueno y el Papa Grande
Autor:
Pablo Cabellos Llorente | Fuente: Catholic.net
El
Papa Grande y el Papa Bueno
Es
muy natural llamar a Juan XXIII el Papa Bueno y otorgar el título de Grande a
Juan Pablo II, unidos porque se ha comunicado conjuntamente la canonización de
ambos, otro gesto de Francisco, el Papa Sencillo.
El Papa Bueno y el Papa Grande
Bueno
y Grande son dos adjetivos que podrían situarse junto al nombre de los papas
que he conocido. He aprendido a amarlos a todos porque representan a Cristo.
Pero cuando el sensus fidei, la nariz católica del Pueblo de Dios lo dice de
alguien en particular, no dudo de que tiene un sentido. Es muy natural llamar a
Juan XXIII el Papa Bueno y otorgar el título de Grande a Juan Pablo II, unidos
porque se ha comunicado conjuntamente la canonización de ambos, otro gesto de
Francisco, el Papa Sencillo.
Podría
pensarse en una bondad del Papa Juan derivada de sus grandes encíclicas
sociales, o de la convocatoria del Concilio Vaticano II con el que buscaba una
notable mejora de la Iglesia, un mayor diálogo con el mundo, una mejor relación
entre la fe y la razón. Pero posiblemente pensamos que no fue por ninguno de
esos motivos. Con Machado, podríamos decir que fue un hombre bueno en el buen
sentido de la palabra, tanto que va a ser canonizado, lo que significa que,
ayudado por la gracia de Dios, se ha identificado con Cristo ejercitando las
virtudes heroicamente.
No
puedo olvidar aquello que dijo a san Josemaría en la inicial audiencia que le
concedió: La primera vez que oí hablar del Opus Dei me dijeron que era una
institución imponente que hacía mucho bien. La segunda vez, que era una
institución imponentísima que hacía muchísimo bien. Estas palabras entraron por
mis oídos, pero... el cariño por el Opus Dei se quedó en mi corazón.
Juan
Pablo II el Grande. También podría pensarse en su largo pontificado, en los
cientos de miles de kilómetros recorridos, sus catorce encíclicas, las Jornadas
Mundiales de la Juventud y de la Familia, el Catecismo, los sínodos convocados,
su fuerza comunicadora, etc. Pero pienso que este papa no se le llama Grande
por eso o, en todo caso, es una partecita de su grandeza.
Juan
Pablo II es Grande porque es un campeón de la santidad, que mostró en el
atentado sufrido, en la salud y en las duras enfermedades padecidas. Él
comprendió muy bien algo dicho por Pablo VI: que el fruto más precioso del
concilio último había sido el solemne recuerdo de la llamada a la santidad para
todos en todas las tareas honradas. Como sus predecesores, quizá por eso
entendió muy bien a san Josemaría, considerado precursor del concilio, justamente
por haber predicado desde el 2 de octubre de 1928, con una especial luz de
Dios, esa misma idea sencilla, que no sé si captamos a fondo.
Lo
recogía la estampa que se ha utilizado para pedir que fuera introducido en el
número de los santos: "Él, confiando totalmente en tu infinita
misericordia (de Dios) y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado
una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de
la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna
Contigo".
Es
muy natural llamar a Juan XXIII el Papa Bueno y otorgar el título de Grande a
Juan Pablo II, unidos porque se ha comunicado conjuntamente la canonización de
ambos, otro gesto de Francisco, el Papa Sencillo.
Si os gusta lo pasáis a los amigos.
Franja
Franja
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