Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Con el fin de ganar en el amor a Santa María la Virgen, Nuestra Madre, estas consideraciones del Papa Benedicto
XVI pueden ayudarnos a rezar cada día mejor
el Santo Rosario. No dejes de pasarlas a tus amigos/as si te parece bien. Franja
Imágenes de Benedicto XVI rezando el Santo Rosario.
No olvidemos que una imagen vale más que mil palabras.
1.- “El santo Rosario
no es una práctica piadosa del pasado, como oración de otros tiempos en los que
se podría pensar con nostalgia. Al contrario, el Rosario está experimentando
una nueva primavera”.
2.- “El Rosario es
uno de los signos más elocuentes del amor que las generaciones jóvenes sienten
por Jesús y por su Madre, María”.
3.- “En el mundo
actual tan dispersivo, esta oración -el Rosario- ayuda a poner a Cristo en el
centro como hacía la Virgen, que meditaba en su corazón todo lo que se decía de
su Hijo, y también lo que El hacía y decía”.
4.- “Desearía
invitaros, queridos hermanos y hermanas, a rezar el Rosario durante este mes
(octubre) en familia, en las comunidades y en las parroquias por las
intenciones del Papa, por la misión de la Iglesia y por la paz del mundo”.
5.- “Cuando se reza
el Rosario, se reviven los momentos más importantes y significativos de la historia
de la salvación; se recorren las diversas etapas de la misión de Cristo”.
6.- “Con María, el
corazón se orienta hacia el misterio de Jesús. Se pone a Cristo en el centro de
nuestra vida, de nuestro tiempo, de nuestras ciudades, mediante la contemplación
y la meditación de sus santos misterios de gozo, de luz, de dolor y de gloria”.
7.- “Que María nos
ayude a acoger en nosotros la gracia que procede de los misterios del Rosario
para que, a través de nosotros, pueda difundirse en la sociedad, a partir de
las relaciones diarias, y purificarla de las numerosas fuerzas negativas, abriéndola
a la novedad de Dios”.
8.- “Cuando se reza
el Rosario de modo auténtico, no mecánico o superficial sino profundo, trae paz
y reconciliación. Encierra en sí la fuerza sanadora del Nombre Santísimo de
Jesús, invocado con fe y con amor en el centro de cada Avemaría”.
9.- “El Rosario,
cuando no es mecánica repetición de formas tradicionales, es una meditación
bíblica que nos hace recorrer los acontecimientos de la vida de la Señor en
compañía de la Santísima Virgen María, conservándolos, como Ella, en nuestro
corazón”.
10.- “Ahora (tras el
mes de mayo) no debe cesar esta buena costumbre, es más debe proseguir todavía
más con mayor compromiso de manera que, en la escuela de María, la lámpara de
la fe brille cada vez más en el corazón de los cristianos y en sus casas”.
11.- “(En el rezo del
Rosario) os encomiendo las intenciones más urgentes de mi ministerio, las
necesidades de la Iglesia, los grandes problemas de la humanidad: la paz en el
mundo, la unidad de los cristianos, el diálogo entre las culturas”.
12.- “Para ser
apóstoles del Rosario es necesario tener experiencia en primera persona de la
belleza y profundidad de esta oración, sencilla y accesible a todos. Es necesario
ante todo dejarse conducir de la mano de la Virgen María a contemplar el rostro
de Cristo: rostro alegre, luminoso, doloroso y glorioso”.
13.- “El Rosario es
oración contemplativa y cristocéntrica, inseparable de la meditación de la
Sagrada Escritura. Es la oración del cristiano que avanza en la peregrinación
de la fe, en el seguimiento de Jesús, precedido por María”.
14.- “Reitero la
invitación a rezar el Santo Rosario también en familia, para que la intercesión
maternal de la Virgen María ayude a los esposos a vivir fielmente su compromiso
matrimonial y a fortalecer la unidad en todos los hogares”.
15.- “En realidad, el
Rosario no se contrapone a la meditación de la Palabra de Dios y a la oración
litúrgica; es más, constituye un complemento natural e ideal, en particular
como preparación y como acción de gracias a la celebración eucarística”.
Esta recopilación de
textos del Santo Padre, Benedicto XVI nos puede ayudar, sin duda, a mejorar
nuestro encuentro diario con la Santísima Virgen. La meditación de los
misterios del Santo Rosario y el Ofrecimiento de cada decena, nos harán crecer
en el amor y devoción a Santa María, nuestra Madre del cielo. Franja
Las frases fueron copiadas en:
El Rosario y el Escapulario son mis dos grandes escudos y protectores.
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