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sábado, 30 de noviembre de 2013

¿Un alma espiritual? ¿Un alma inmortal?

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona

Estoy esperando cada semana el boletín de Luis de Moya, para ver el artículo  de Alfonso Aguiló. Siempre es muy interesante. Hoy nos habla del alma espiritual con unos argumentos muy convincentes.  Lo pongo en este blog, porque gracias a Dios va teniendo mucha audiencia y tiene por lo tanto cabida para todo aquel de buena voluntad, que llegue con ganas de aprender. 

A mi siempre me apasionó la existencia del alma. Cuando uno es mayor advierte,  que hay algo en nosotros que supera todas las expectativas y que desde niño la sentimos ahí, que no ha envejecido, ni con más de 80 años, porque nos damos cuenta de que somos los  mismos interiormente que cuando despertamos a la vida. Y eso no es otra cosa que el resultado-demostración- de la existencia del alma, que además es inmortal, precisamente porque sentimos con los años, que no ha envejecido, porque es la misma que cuando éramos niños. 

El alma es esa realidad, que es espiritual, que no se toca con las manos ni con el bisturí, que Dios infundió en el hombre para hacerlo persona, libre y responsable de sus actos, y aunque sintamos el empujón que nos la la fe, hemos de poner de nuestra parte todo lo que podamos, porque somos responsables de nuestros actos. San Agustín decía: ªDios que te creó sin ti, no te salvará sin ti". Sin un alma con la facultad de hacer al hombre libre y responsable, seríamos incapaces de hacer obras dignas de mérito o de demérito. 

El artículo de Alfonso Aguiló que va a continuación, acerca del alma espiritual,  puede darnos luces, para estar dada día más seguros y ciertos de su existencia. El alma que es capaz de producir y crear en nosotros el "yo", está exigiendo la inmortalidad, porque en caso contrario seríamos las criaturas más desgraciadas del universo creado, y Cristo no habría resucitado de la muerte. San Pablo nos lo dice.
  

Los animales están a años luz de nuestra existencia y de nuestra libertad. La dignidad del hombre está marcada en especial por la Encarnación del Verbo de Dios, pues el mal uso de nuestra libertad, por lo tanto el pecado, ha sido la causa de la necesidad de su venida,  para que se realizase nuestra redención.

El Adviento, tiempo, que ha comenzado, bien vivido, nos puede hacer más agradecidos y conscientes del Gran bien-gracia tras gracia- que nos ha hecho Dios: venir a restaurar al hombre y darle así la posibilidad de la salvación.  Franja

 Alfonso Aguiló
¿Un alma espiritual? 

 Por Alfonso Aguiló

        —Mucha gente niega la existencia del alma. Dice que la inteligencia humana es un proceso cerebral, como cualquier otro de los que hay en el organismo humano, y que no necesita explicaciones espirituales.

        La inteligencia humana no es una mera función del cerebro, como la que puede hacer la bilis en el hígado, por ejemplo. El hecho de que la inteligencia no actúe sin la colaboración de los sentidos, que tienen su sede en el cerebro, no supone identificar cerebro e inteligencia. Un aparato eléctrico no funciona si no se enchufa, pero el enchufe no es la causa de que funcione, ni de que exista la electricidad. Enchufe y cerebro son condiciones, no causas.

        —¿Y por qué tiene que ser espiritual el alma humana?
        Ningún efecto puede ser ontológicamente mayor que su causa. Si el hombre es capaz de tener pensamientos abstractos, su alma tiene que ser espiritual. Si la mente humana es capaz de producir ideas inmateriales, el alma tiene que ser inmaterial, es decir, espíritu.
        —Pues hay quien asegura que la vida humana responde en su totalidad a un esquema bioquímico que explica todos sus procesos.

        ¿Fueron entonces –se pregunta José Ramón Ayllón– las neuronas de Miguel Ángel quienes pintaron la Capilla Sixtina? En caso afirmativo habría que admirar los procesos bioquímicos de su cerebro, y no de su propietario. Y si la conducta criminal de Hitler fue exclusiva e inevitable consecuencia de su química neuronal, no sería él responsable del holocausto de tantos judíos, sino solo sus neuronas. ¿Pueden las neuronas ser justas, o valientes, o peligrosas? Si las neuronas movieran totalmente al hombre, el hombre sería un títere de su cerebro. ¿Son acaso las neuronas quienes originan la voluntad libre y, por consiguiente, se dan órdenes a sí mismas?

        En la base de las decisiones libres encontraremos procesos bioquímicos, es cierto, pero la libertad y la inteligencia no parecen ser procesos bioquímicos, ni tampoco efectos de solo lo bioquímico, como la luz solar que entra en la habitación no es efecto solo de que la ventana esté abierta: tiene que alumbrar el sol. Reducir la vida humana a un proceso bioquímico extraordinariamente complejo supone negar la existencia de la libertad humana. Y cualquier hombre puede comprender que es capaz de escoger, que podría haber obrado de manera distinta a como lo ha hecho, y que, en definitiva, la libertad existe y no es una simple entelequia de la razón.

        Lo curioso es que quienes sostienen esas teorías deterministas –que niegan la libertad en pro de todos esos complejos procesos bioquímicos– no se resignan a que los demás conculquen sus derechos. Estoy seguro que si a uno de ellos le roban su cartera, lo más probable es que no se limite a pensar que el pobre ladrón obró así necesariamente, impelido por un estímulo bioquímico irresistible, sino que llamará a la policía y exigirá que busquen al culpable, quizá incluso que le castiguen, y, por supuesto, la devolución de la cartera.

1 comentario:

  1. . COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA

    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente

    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

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