Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
SANTOS DEL 22
AL 28 DE
SEPTIEMBRE 2014
LUNES, 29
Santos
Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
En la Biblia ,
desde el AT, aparecen los ángeles y sus jefes, los arcángeles, criaturas
espirituales, como ministros o servidores de Dios, bien sea para llevar a los
hombres los mensajes y la protección divina, bien sea para alabar al Señor y
presentarle las preces de los hombres. La Iglesia celebra a tres arcángeles. Miguel, que
significa «¿Quién como Dios?», es el defensor de los derechos divinos y el
protector del pueblo de Dios y de la
Iglesia contra las asechanzas del mal; a él se refieren Dan
10-12, Ap 12 y la carta de Judas. Gabriel, «Fuerza de Dios», es sobre todo el
ángel que interviene, enviado por Dios, en los acontecimientos de la Anunciación y del
nacimiento de Juan Bautista y de Jesús (Lc 1). Rafael, «Medicina de Dios»,
aparece en el libro de Tobías, como compañero y protector del hijo en su largo
y peligroso viaje y como médico de la ceguera del padre. Con el Salmo 102
podemos rezar: «Bendecid al Señor, ángeles suyos, poderosos ejecutores de sus
órdenes, prontos a la voz de su palabra».
ORACIÓN
Oh Dios, que
con admirable sabiduría distribuyes los ministerios de los ángeles y los
hombres, te pedimos que nuestra vida esté siempre protegida en la tierra por
aquellos que te asisten continuamente en el cielo. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
SAN
JERÓNIMO
► Presbítero y doctor de la Iglesia ◄
Nació en
Estridón (Dalmacia) hacia el año 347. Estudió en Roma, cultivando con esmero
todos los saberes, y llevó una vida desordenada hasta que se hizo catecúmeno y
fue bautizado por el papa Liberio a los veinte años. Cautivado por la vida
contemplativa, marchó a Oriente, se entregó a la vida ascética cerca de
Antioquía y se ordenó de sacerdote. Estuvo un tiempo en Constantinopla y luego
regresó a Roma, donde fue secretario del papa san Dámaso, que le encargó la
traducción de la Biblia
al latín, y dirigió espiritualmente a unas damas de la nobleza que llevaban
vida de piedad en común en la colina Aventina. A la muerte del Papa marchó de
nuevo a Oriente y, tras visitar monasterios de diversas regiones, se estableció
en Belén de Judá. Allí asumió la dirección espiritual de los monasterios
fundados por santa Paula, al tiempo que completó la versión de la Biblia y escribió muchas
obras, especialmente comentarios a la Sagrada Escritura.
Participó de modo admirable en muchas necesidades de la Iglesia. Murió en
Belén el 30 de septiembre del año 420.
ORACIÓN
Oh
Dios, tú que concediste a san Jerónimo una estima tierna y viva por la Sagrada Escritura ,
haz que tu pueblo se alimente de tu palabra con mayor abundancia y encuentre en
ella la fuente de la verdadera vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
* * * MES
DE OCTUBRE * * *
MIÉRCOLES,
1
Santa
Teresita del Niño Jesús
► Doctora de la Iglesia ◄
Nació en
Alençon (Normandía, Francia) el año 1873 en el seno de una familia muy
cristiana; fueron sus padres los beatos Luis Martin y Celia Guérin (cf. 13 de
julio). Siendo aún adolescente entró en las Carmelitas Descalzas de Lisieux,
ejercitándose sobre todo en la humildad, la sencillez evangélica y la confianza
en Dios, virtudes que se esforzó en inculcar, de palabra y con el ejemplo,
sobre todo en las novicias, de las que era maestra. En sus cartas y sobre todo
en su autobiografía, la «Historia de un alma», nos dejó un testimonio admirable
de su vida de fe por el camino de la infancia espiritual, en medio de grandes
pruebas y tribulaciones. Allí escribe: «Mi vocación es el amor... En el corazón
de la Iglesia ,
que es mi madre, yo seré el amor». Murió el 30 de septiembre de 1897,
ofreciendo su vida por la salvación de las almas y por el incremento de la Iglesia. Pío XI la
proclamó patrona de las misiones, y Juan Pablo II, doctora de la Iglesia.
ORACIÓN
Oh
Dios, que has preparado tu reino para los humildes y los sencillos, concédenos
la gracia de seguir confiadamente el camino de santa Teresa del Niño Jesús,
para que nos sea revelada, por su intercesión, tu gloria eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Santos
Ángeles Custodios
La tradición
bíblica nos presenta a los ángeles como ministros o funcionarios de Dios,
mensajeros de su voluntad y ejecutores de sus órdenes, que por designio divino
son los custodios, guardianes o protectores de los hombres. San Francisco de
Asís, según nos cuenta su biógrafo Tomás de Celano, «tenía en muchísima
veneración y amor a los ángeles, que están con nosotros en la lucha y van con
nosotros entre las sombras de la muerte. Decía que a tales compañeros había que
venerarlos en todo lugar; que había que invocar, cuando menos, a los que son
nuestros custodios. Enseñaba a no ofender la vista de ellos y a no osar hacer
en su presencia lo que no se haría delante de los hombres. Y porque en el coro
o capilla se salmodia en presencia de los ángeles, quería que todos cuantos
hermanos pudieran se reunieran en el coro y salmodiaran allí con devoción» (2
Cel 197).
ORACIÓN
Oh
Dios, que en tu providencia amorosa te has dignado enviar para nuestra custodia
a tus santos ángeles, concédenos, atento a nuestras súplicas, vernos siempre
defendidos por su protección y gozar eternamente de su compañía. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
VIERNES,
3
* * * Primer viernes de mes * * *
San
Francisco de Borja
Nació en
Gandía, provincia de Valencia (España), el año 1510. Gran privado del Emperador
Carlos V y caballerizo de la emperatriz Isabel, vivió ejemplarmente en palacio.
La vista del cadáver de la emperatriz le impulsó a despreciar las vanidades de
la corte. Suya es la frase famosa: «No quiero servir a señor que se me pueda
morir». Fue virrey de Cataluña y duque de Gandía. En 1529 contrajo matrimonio
con Leonor de Castro, y tuvieron ocho hijos. Después de la muerte de su esposa,
acaecida en 1546, que acabó de desligarlo del mundo, fue recibido por san
Ignacio en la Compañía
de Jesús, de la que llegó a ser superior general, después de haberse dedicado,
ya sacerdote, al apostolado y a los asuntos de la naciente Compañía. Se
distinguió, sobre todo, por su profunda humildad. Dio gran impulso a las
misiones, especialmente de América. Murió en Roma el 30 de septiembre de 1572.
ORACIÓN
Señor
y Dios nuestro, que nos mandas valorar los bienes de este mundo según el
criterio de tu ley, al celebrar la fiesta de san Francisco de Borja, tu siervo
fiel y cumplidor, enséñanos a comprender que nada hay en el mundo comparable a
la alegría de gastar la vida en tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
San
Francisco de Asís
Nació en
Asís (Italia) hacia 1182, hijo de un rico mercader de telas. De joven ayudó a
su padre en el comercio y fue el rey de la juventud. Participó en la guerra de
su ciudad contra Perusa; la cárcel que sufrió y la enfermedad que contrajo le
iniciaron en un nuevo camino, por el que Dios lo fue conduciendo hasta su plena
conversión. Renunció a su herencia, abrazó la vida evangélica, se desposó con
Dama Pobreza, atendió a pobres y a leprosos. Se le unieron compañeros con los
que se presentó al Papa: Inocencio III aprobó su forma de vida, que consistía
en seguir las huellas de Cristo que adora al Padre, ama todo y a todos, predica
incansablemente la penitencia y conversión. Junto con santa Clara fundó la Segunda Orden , la de
las Clarisas, y a los seglares les dio directrices para vivir el Evangelio en
su estado y condición, la
Tercera Orden. En 1223, Honorio III aprobó su Regla
definitiva. En septiembre de 1224, sobre el monte Alverna, las Llagas de Cristo
quedaron impresas en el cuerpo de Francisco, quien murió en la Porciúncula al
atardecer del 3 de octubre de 1226. Gregorio IX lo canonizó en Asís el 16 de
julio de 1228.
ORACIÓN
Dios
todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre san Francisco la gracia de
asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus
huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor
jubiloso. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
DOMINGO,
5
XXVII
del Tiempo Ordinario
San
Froilán, obispo
Nace en la
ciudad de Lugo,
en el Regueiro dos Hortos, en el año 833, y lleva vida de estudiante hasta que
aproximadamente a los 18 años, se prepara para el sacerdocio según los usos del
momento.
Su vida
espiritual entra en crisis y se hace ermitaño, retirándose según parece a una
gruta de Ruitelán en Vega de Valcarce, El Bierzo (ahora ermita). Mientras
tanto, estallan las revueltas mozárabes en la España musulmana. Era el año 850 y en Córdoba el
martilogio comenzó a florecer de nuevo con el rito solemne de la sangre:
Nos cuenta
su biógrafo, que al joven eremita le acuciaba la duda de si debía permanecer
por más tiempo en aquellas soledades.
Para
liberarse de la soledad se sometió a una prueba de fuego. Si Dios suspendía las
leyes, era señal evidente de su voluntad divina:
Froilán
introdujo unas brasas encendidas en su boca. El fuego no le causó la más mínima
quemadura. Dios había hablado. De los montes se lanzó a los poblados a propagar
entre los hombres otro fuego que le ardía dentro.
A lo largo
de los años, su vida se ve marcada por diferentes acontecimientos que irán
forjando poco a poco su destino, tal vez uno de los más importantes conocer al
sacerdote mozárabe de Tarazona, Atilano, con el cual emprenderá una vida
monacal y de reforma de la vida eremítica, con ánimo de atender únicamente a su
perfección y a la unión con Dios. Se retiran a lo más quebrado de las montañas
leonesas, el monte Cucurrino (hoy conocido como monte Corueño o monte Curueño)
En el año
900, muere el obispo de León, Vicente, y el pueblo pide al rey que sea Foilán
el nuevo obispo.
Nombrado
obispo en el día de Pentecostés (19 de mayo) del 900; ese mismo día recibía
también la consagración episcopal para ser Obispo de Zamora su inseparable y
santo amigo Atilano.
Cinco años
después muere en León, el 5 de octubre, y es enterrado en la Catedral de León o
antigua iglesia de Santa María, en un suntuoso sepulcro construido para sí por
Alfonso III de Asturias.
ORACIÓN
Dios
todopoderoso y eterno, que elegiste al obispo san Froilán como pastor de tu
Iglesia, concédenos que arraigue en nuestros corazones lo que él nos enseñó
inspirado por ti, y que interceda ante tu misericordia aquel que nos diste como protector en la
tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Confeccionado por Franja y Állen-Perkins
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