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sábado, 20 de septiembre de 2014

SANTOS SEMANA DEL 22 AL 28 DE SEPTIEMBRE

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona



DEL  22  AL  28  DE  SEPTIEMBRE  2014
SEMANA XXVI  DEL  TIEMPO  ORDINARIO

LUNES, 22

Beato Félix Echevarria

Beatos Félix Echevarría y 6 compañeros
El 28 de octubre del año 2007, Benedicto XVI beatificó en Roma a 498 mártires del siglo XX en España. Entre ellos se encuentran 7 franciscanos de la Provincia de Granada: el beato Félix Echevarría y sus compañeros. Los siete formaban la comunidad de Fuente Obejuna (Córdoba). Todos ellos fueron asesinados, sin juicio y sin más cargo contra ellos que el ser sacerdotes y religiosos, en Azuaga (Badajoz), mientras perdonaban a sus verdugos y proclamaban: «¡Viva Cristo Rey!». José Mª Azurmendi fue ejecutado en la cárcel el día 21 de septiembre de 1936. Los otros seis, de los que indicamos el lugar y fecha de su nacimiento, son: Félix Echevarría Gorostiaga, Ceanuri (Vizcaya) 1893; Francisco Jesús Carlés González, San Julián de Requejo (Pontevedra) 1894; Luis Echevarría Gorostiaga, Ceanuri (Vizcaya) 1895; Simón Miguel Rodríguez, Villalcampo (Zamora) 1912; Miguel Zarragua Iturrízaga, Yurreta (Vizcaya) 1870; Antonio Sáez de Ibarra López de Arcaute, Hijona (Álava) 1914. Excepto el primero, los demás fueron fusilados el 22 de septiembre de 1936. Después, pero el mismo día y con mayor saña, fue martirizado Félix Echevarría, superior de la comunidad y cabeza de este grupo de Mártires de Granada. "Hacia las 9 de la noche cinco de los religiosos y los siete seglares sufrieron el martirio. Quedaba vivo en la cárcel el P. Félix Echevarría. 
Según confesión de un miliciano, intentaron por todos los medios hacerle blasfemar (le dieron dos palizas y dos tiros en las piernas, le sacaron los dos ojos, le cortaron una oreja y al final la lengua). Al no conseguirlo, acabaron con él rematándolo a culatazos de fusil en la boca y en la cabeza. Después de cuatro horas de agonía, murió mártir como los otros compañeros".
ORACIÓN
Dios omnipotente y misericordioso, por la predicación de los santos mártires Felix Echevarría, y 498 mártires de la persecución religiosa en España entre los años 1936 - 1937 e infundiste el conocimiento de tu Hijo en los corazones de los pueblos; te pedimos humildemente que, gracias a su intercesión, los confirmes en la fe que recibieron. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo  que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

MARTES, 23



San Pío de Pietrelcina, presbítero
Nació en Pietrelcina (Benevento, Italia) el año 1887, y en 1903 entró en la Orden Capuchina. Ordenado de sacerdote en 1910, fue destinado en 1916 al convento de San Giovanni Rotondo, donde permaneció hasta su muerte, desarrollando una extraordinaria aventura de taumaturgo y de apóstol del confesonario. Desde 1918 llevó en su cuerpo las llagas del Señor y fue objeto de otros dones divinos extraordinarios. Se santificó viviendo a fondo en carne propia el misterio de la cruz de Cristo y cumpliendo en plenitud su vocación de colaborador en la Redención. Centró su vida pastoral en la dirección espiritual de los fieles, la reconciliación sacramental de los penitentes y la celebración de la Eucaristía. Su preocupación por los pobres y los enfermos se materializó en la «Casa Alivio del Sufrimiento». Otra iniciativa suya fueron los grupos de oración, que rápidamente se extendieron por todo el mundo. Murió el 23 de septiembre de 1968 en San Giovanni Rotondo (Apulia). Juan Pablo II lo beatificó en 1999 y lo canonizó en 2002.
ORACIÓN
Dios omnipotente y eterno que, con gracia singular concediste al sacerdote san Pío participar en la cruz de tu Hijo y, por medio de su ministerio, has renovado las maravillas de tu misericordia, concédenos, por su intercesión, que unidos constantemente a la pasión de Cristo podamos llegar felizmente a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



MIÉRCOLES, 24



Nuestra Sra. de la Meced

La Orden de la Merced se fundó en la catedral románica de Barcelona, el 10 de agosto de 1218. Su Fundador, San Pedro Nolasco, con un grupo de laicos catalanes, y con el apoyo del joven Rey Jaime I, y del Arzobispo Berenguer de Palou, llevó a cabo la creación de una Orden Laical para la redención de cautivos cristianos.
El Papa Gregorio IX, desde Perusa, confirmó solemnemente la Orden de la Merced el 17 de enero de 1235. Tuvo Constituciones propias de una Orden Laical, y siguió la Regla de San Agustín.
En Asamblea electiva, los 259 frailes mercedarios -laicos y clérigos- manifiestan su deseo mayoritario en elegir a un General clérigo, en 1317, un siglo después de la fundación. Raimundo Albert, nuevo General, mandó redactar nuevas Constituciones (1327). Desde entonces, la Merced es canónicamente Orden clerical, aunque admita "Hermanos seglares como Religiosos", en igualdad fraterna.
Se calcula que la Orden de la Merced, hasta vísperas de la Revolución Francesa, redimió unos 70.000 cautivos. Los bienes que poseía eran, en realidad, bienes para la redención. En virtud de su "cuarto voto", cada mercedario profesaba  "quedar en rehenes, si fuere preciso, en lugar de un cautivo, sobre todo si su fe peligraba". Hoy sigue vigente este cuarto voto.
Actualmente, en las llamadas "nuevas formas de cautividad", sigue ocupándose, con preferencia entre los refugiados, exiliados, inmigrantes, prisioneros, "Meninos de rua" (Brasil), y de aquellos que están faltos de libertad, o cuyos derechos fundamentales son conculcados. La iglesia reconoce, honra y venera a la Stma. Virgen María, principalmente, con el título de madre: Madre de Dios y Señor Jesucristo, y Madre de la iglesia, de todos los hombres, ya que la redención de Jesucristo es universal y todos los hombres son llamados  a pertenecer al pueblo de Dios, la Iglesia.
El culto a la Santísima Virgen hunde sus raíces en los primeros siglos del cristianismo.
Con San Pedro Nolasco, en la primera mitad del siglo XIII, comienza a invocarse a la Stma. Virgen bajo el conocidísimo título “de la Merced”. Santa María de la Merced es ciertamente una invocación antigua, pero siempre nueva y actual, porque  expresa un aspecto esencial del misterio de María, evocando su presencia maternal y misericordiosa a favor de los fieles cristianos “que se hallan en peligros y ansiedad, para que, rotas las cadenas de toda opresión, alcancen la plena libertad del cuerpo y del espíritu”.
Venerar a la Virgen, bajo el título de la Merced, es lo mismo que recurrir a ella como madre de misericordia a favor de aquellos que son los más marginados de la sociedad. “Merced” en la edad media es sinónimo de misericordia, piedad o compasión, ejercida para con aquellos que se hallan privados de libertad y en peligro de perder su fe cristiana. La misericordia mercedaria es efectiva y afectiva, no humilla a la persona, sino, por el contrario la redime y libera, la dignifica. De esta misericordia está necesitado el mundo actual.
ORACIÓN
María, Madre de la Merced, Tú has experimentado como nadie la misericordia del Padre, y has participado en su manifestación mediante el sacrificio de tu corazón al pie de la cruz. Tú, interviniste en una noche de la historia a favor de los cristianos que sufrían cautividad y se encontraban en peligro de perder su fe. Y hoy sigues haciendo presente el amor de Dios entre los hombres, los que sufren, los pobres, los perseguidos, los oprimidos. Escucha nuestras súplicas. Rompe las cadenas que nos atan y nos impiden ser libres y conviértenos en redentores y liberadores, para que llenos del amor de Cristo, dediquemos nuestras vidas a promover la verdadera libertad y dignidad de los hombres, aquella que permite la comunión con el Padre y la fraternidad con Cristo y los hermanos. Amén.



JUEVES, 25



San Sergio de Radonez

Es considerado gran maestro de la vida monástica rusa y protector de Rusia. Nació de familia noble en Rostov en torno al año 1314. A los veinte años, siguiendo el ejemplo de los Padres del desierto, inició la vida eremítica en un bosque cerca de Radonez, no lejos de Moscú. Pronto se le unieron muchos seguidores, y en 1354 empezó con ellos la vida monástica en comunidad. Así nació el monasterio de la Santísima Trinidad, punto de referencia para el monacato de la Rusia septentrional. «Como san Francisco de Asís, santo al que muchos hagiógrafos lo han comparado, san Sergio trabajaba con empeño no sólo al servicio de la Iglesia, sino también al de la sociedad, oponiéndose al egoísmo y a los intereses privados y difundiendo la paz y el amor de Cristo» (Juan Pablo II, Angelus del 4-X-92). Se le atribuyeron experiencias místicas, como las visiones. Murió en su monasterio el 25 de septiembre de 1392, y sus restos mortales se veneran en la iglesia de la Santísima Trinidad, lugar que a lo largo de los siglos ha sido y sigue siendo un importante centro de la espiritualidad rusa.
ORACIÓN
Dios nuestro, que llamaste a tu servidor san Sergio Radonez para vivir en el seguimiento de Cristo, concédenos, por su intercesión, que apartándonos de todo egoísmo podamos unirnos a ti de todo corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



VIERNES, 26

Imágenes de S. Cosme y S. Damián-en Baiona-

San Cosme y San Damián
Son dos de los mártires más famosos y venerados de la antigüedad cristiana, lo que hizo que, a falta de datos históricos, fueran objeto de muchas leyendas. Eran médicos anargiri, o sea, que ejercían su profesión gratuitamente, y fueron martirizados a finales del siglo III en la ciudad de Cirro, junto a Alepo, en la Siria septentrional. En Cirro se levantó la primera basílica en su honor, y su culto se extendió por Oriente, pasando luego a Roma y a toda la Iglesia; fueron numerosos los templos y monasterios que se les dedicaron. Son célebres los mosaicos de Ravena que los celebran. Los médicos, los farmacéuticos y muchas organizaciones de profesionales de la sanidad los tienen por patronos, y su patrocinio es invocado contra las enfermedades.
ORACIÓN
Proclamamos, Señor, tu grandeza al celebrar la memoria de tus mártires Cosme y Damián, porque a ellos les diste el premio de la gloria y a nosotros nos proteges con tu maravillosa providencia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



SÁBADO, 27


San Vicente de Paúl
Nació en Pouy, distrito de Tarbes (Mediodía-Pirineos, Francia) el año 1581, en el seno de una familia de humildes labriegos. Después de estudiar en Dax, Zaragoza y Toulouse, fue ordenado de sacerdote a los 19 años de edad. Lleno de espíritu sacerdotal, en cualquier persona que sufriera veía el rostro de su Señor. Capturado por los piratas turcos cuando navegaba de Marsella a Narbona, fue vendido como esclavo en Túnez. Liberado y vuelto a su patria, ejerció de párroco en París, entregándose al servicio de los pobres, y, luego, de capellán en las galeras, atendiendo con solicitud a los remeros galeotes. A raíz de sus experiencias como párroco en zonas rurales, fundó la Congregación de la Misión (Padres Paúles), destinada sobre todo al servicio de los campesinos pobres y a la formación del clero. Fundó también, con la colaboración de santa Luisa de Marillac, la Compañía de las Hijas de la Caridad. Murió en París el 27 de septiembre de 1660. León XIII lo proclamó patrono de las obras de caridad.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que dotaste de virtudes apostólicas a tu presbítero san Vicente de Paúl para que entregara su vida al servicio de los pobres y a la formación del clero, concédenos, te rogamos, que, impulsados por su mismo espíritu, amemos cuanto él amó y practiquemos sus enseñanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



DOMINGO, 28
XXVI del Tiempo Ordinario


San Wenceslao
Nació en Bohemia de padre cristiano y madre pagana hacia el año 907. Fue educado en la sabiduría humana y divina por su abuela paterna, santa Ludmila. Fue severo consigo mismo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que estaban en Praga para ser vendidos. Alrededor del año 925 tomó, como Duque, el gobierno de su país. Enseguida se encontró con la hostilidad de los grandes señores amigos del paganismo todavía reinante en sus tierras, que le impedían el recto y justo gobierno de su ducado y la formación cristiana de sus súbditos. Fue un jefe pacífico y conciliador, promotor de la justicia hacia los desamparados y de las obras de misericordia hacia los pobres, a la vez que profundamente piadoso. Su hermano Boleslao, que capitaneaba la oposición de los violentos, con la colaboración de unos sicarios lo asesinó cerca de Praga el 28 de septiembre del año 929. Enseguida fue tenido por mártir y es venerado como patrono principal de Bohemia.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que inspiraste a tu mártir san Wenceslao preferir el reino de los cielos al reino de este mundo, concédenos, por sus ruegos, llegar a negarnos a nosotros mismos para seguirte a ti de todo corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



Confeccionado por Franja y Állen-Perkins

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