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sábado, 18 de octubre de 2014

Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Sin vivir al margen

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona

EVANGELIO

XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios

El Cesar tambien es de Dios

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO 
SEGÚN SAN MATEO 22, 15-21

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron:
-- Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:
-- Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.
Le presentaron un denario. Él les preguntó:
-- ¿De quién son esta cara y esta inscripción?
Le respondieron:
-- Del César.
Entonces les replicó:
-- Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
 Palabra del Señor

HOMILÍA
SIN VIVIR AL MARGEN 
Por Javier Leoz 
Donde no llega la razón, llega el corazón. Donde no llegues tú, llegaré yo. Y, cuando leo estas letras, me preguntó por qué a veces es tan difícil combinar fe e ideas, política y religión, el cielo con la tierra, lo humano con lo divino. ¿Hasta dónde puede llegar la fe? ¿Hasta dónde pretenden llegar aquellos que solamente juzgan y se rigen por la razón o la ideología de la que, siempre, queda alguien al margen?
1.Cuántas situaciones de injusticia se evitarían si, por ejemplo, la moral iluminase ciertas actuaciones que las damos como insignes conquistas del mundo moderno cuando, a la corta o a la larga, comprobaremos que son decadencia ¿Es intromisión denunciar que la humanidad, en más de una ocasión, se autodestruye cuando legisla en contra de la dignidad del propio ser humano?
-Dar al  César, lo que es del César, no siempre implica quedarse al margen de aquello que consideramos negativo para un progreso bien entendido. ¿No sería más bien cobardía o falta de valentía a la hora de defender  unos criterios que consideramos válidos, esenciales e irrenunciables para nuestro futuro?
-Dar al César, lo que es del César, no es decir “amén” a todo lo que el poder establecido nos mete hasta los tuétanos y, normalmente, en contra de los más desfavorecidos.
-Dar al César, lo que es el César, es saber que, la Iglesia, no es una institución política –ni mucho menos- pero que no puede ni debe vivir al margen de lo que gime en su interior: su ser profético que le empuja a denunciar cuando se rebasan ciertos límites, y a anunciar que, la última instancia a la que debemos someternos, es precisamente Dios.
2. Ser buen cristiano no significa vivir divorciados de las instancias donde se cuecen los destinos del mundo. Hoy hay diversas corrientes en las que se proclama aquello de “la Iglesia en la sacristía” “la fe es un ámbito privado” “en la calle hay que ser ciudadano, no cristiano”.
Ante estas soflamas no cabe sino, recordar, que la fe es un derecho público y privado, personal y comunitario, social y no marginal.  Como personas, hemos de ejercer libremente nuestro ideario cristiano sin miedo a ser tachados de entrometidos. Qué gran perjuicio, para el Evangelio, para la Iglesia y para la sociedad misma, si –nuestro cristianismo- lo redujéramos a ser eso: buenos ciudadanos. No nos hemos bautizados para ser los necios del mundo. Más bien al contrario; nuestro bautismo nos empuja a salar aquellas situaciones que requieren un punto de verdad o de ilusión, de alegría o de justicia, de dignidad o de equidad. Pero ¿qué ocurre cuando la Iglesia hace, dice o evidencia todo esto? Que escuece y se pretende silenciarla. Nunca, un paciente que se acerque a un médico, le criticará por el hecho de que estudie, cure y sane sus heridas. Al contrario, aunque le duela, sabe que en ello se le va la vida.
Aquí está el término medio. La sociedad tiene sus propias normas pero, sus legisladores, no son perfectos y por lo tanto tampoco muchas de las cosas que dicen, hacen o estampan en cuño de ley. Y, cuando la Iglesia alerta de ciertos excesos no es por intrusión (ni mucho menos) sino porque, en la herida, se puede desangrar el futuro de una sociedad caprichosa, hedonista donde vence el fuerte, sufre el pobre y el  “césar” (por sus deliberaciones o actuaciones) se marcha de su palacio ajeno al sufrimiento producido en su pueblo.
¿Difícil papeleta el saber hasta dónde entramos unos y hasta donde han de entrar otros? Tal vez. Lo que nunca debemos hacer como cristianos es eso….conformarnos con ser buenos vecinos. En todo caso intentar por encima de todo ser buenos cristianos. Aunque a más de uno le duela. ¡Qué se va hacer! ¡O somos cristianos o no lo somos!




 SIN VIVIR AL MARGEN 
Por Javier Leoz

Complemento:

5.- ¿CESAR…..O TU, SEÑOR?

Cuando confundo lo divino con lo humano, y me quedo sólo con lo segundo
Cuando, volcado de lleno en lo superficial, olvido que Tú existes desde los mismos inicios de mis días
Cuando, escuchando tu Palabra, me quedo con aquellas escritas por el presente
Entonces, Señor, sólo entonces me doy cuenta…que sirvo demasiado al “césar” de este mundo.
Cuando pretendo una iglesia desarraigada y no profética alejada de todo compromiso.

¿CÉSAR…..O TU SEÑOR?

Cuando dedicado al intercambio de moneda no veo que, la mayor, riqueza soy yo: como persona y como hijo tuyo como llamado a la vida y a la gracia a la santidad, a la sencillez y a la adoración en tu presencia
Cuando, pendiente de lo que acontece a mi alrededor te doy las migajas de unos minutos de oración o las prisas de una misa rutinaria
Cuando, soñando con ser grande dejo de lado aquel cielo en el que, para entrar, he de ser pequeño

¿CÉSAR….O TU SEÑOR?

Que no me olvide, oh Señor, que Tú eres el centro de todo
Que no me olvide, Señor, de orientarme desde Ti y contigo
Que no me olvide, Señor, que –el cielo y la tierra- son todo obra de tu mano
Que no me olvide, Señor, que entre los “césares” que intentan manipular mi conciencia sólo Tú, Señor, tienes derecho a entrar en ella....Amén.

http://assertum.blogspot.com.es/2014/10/homilia-sin-vivir-al-margen-domingo.html

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