Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Ante esta pregunta tan interesante y actual...
¿Puede
uno salvarse con cualquier religión?
paso este artículo a mi blog para "aviso a navegantes"
que somos los que estamos caminando por la vida
y nos está llegando la hora.
Franja
Libertad
y tolerancia en una sociedad plural:
el arte de convivir
Alfonso
Aguiló
La verdad sobre Dios es accesible al
hombre en la medida en que este acepte dejarse llevar por Dios y acepte lo que
Dios ordena. Es decir, en la medida en que el hombre quiera buscar a Dios
rectamente.
—¿Quieres decir que los que no son
cristianos no buscan a Dios rectamente?
No. Decir eso sería una barbaridad. Hay
gente recta que puede no llegar a conocer a Dios con completa claridad. Por
ejemplo, por no haber logrado liberarse de una cierta ceguera espiritual. Una
ceguera que puede ser heredada de su educación, o de la cultura en la que ha
nacido.
—Entonces, en ese caso, no serían
culpables.
Dios es justo y juzgará a cada uno por
la fidelidad con que haya vivido conforme a sus convicciones. Es preciso,
lógicamente, que a lo largo de su vida hayan hecho lo que esté en su mano por
llegar al conocimiento de la verdad. Y esto es perfectamente compatible con que
haya una única religión verdadera.
—¿Y qué dice la Iglesia católica sobre
la salvación de los que no profesan la religión católica? Porque algunos la
acusan de exclusivismo.
Dice que los que sin culpa de su parte
no conocen el Evangelio ni la Iglesia, pero buscan a Dios con sincero corazón e
intentan en su vida hacer la voluntad de Dios, conocida a través de lo que les
dice su conciencia, pueden conseguir la salvación eterna.
Como ha señalado Peter Kreeft, el buen
ateo participa de Dios precisamente en la medida en que es bueno. Si alguien no
cree en Dios, pero participa en alguna medida del amor y la bondad, vive en
Dios sin saberlo.
—Entonces, si se puede ser moralmente
bueno sin creer en Dios, ¿para qué creer en Dios?
Es que no debemos creer en
Dios porque nos sea útil, o porque nos permita llevar una vida moral, sino,
sobre todo, porque creemos que realmente existe.
—¿Y dices que Dios me juzgaría con
arreglo a la religión en que yo creyera, aunque fuera falsa?
Depende de tu rectitud, pues podrías
estar en el error de modo culpable o voluntario. Bernanos decía que no se puede
perder la fe como se pierde un llavero, y se mostraba bastante escéptico ante
las crisis intelectuales de fe, que consideraba mucho más raras de lo que
muchos pretenden. Por eso, si una persona se fabricara una religión propia, a
su medida, porque le resulta más cómodo; o hiciera una interpretación acomodada
de su religión, para rebajar así sus exigencias morales; o no se preocupara de
recibir la necesaria formación religiosa adecuada a su edad y circunstancias, u
otras causas semejantes; cuando se diera alguna de estas cosas -y me parece que
se dan con cierta frecuencia-, se ve que la pretendida crisis intelectual bien
puede tener otros orígenes.
—¿Pero eso de formarse no es propio más
bien de gente de poca personalidad, que se deja influenciar fácilmente?
No tiene por qué ser así, pues, como ha
señalado Aquilino Polaino, formarse no es nada más que fundamentar la propia
autotransformación (y no, por cierto, de modo egoísta, sino para ser, a su vez,
una realidad transformante de los demás).
Por eso, si una persona no se
preocupara de formarse y de reflexionar suficientemente para llegar al
conocimiento de la fe verdadera y de sus exigencias, estaría en un caso de
ignorancia culpable. En ese caso y en todos los anteriores -es de justicia
elemental-, será juzgado por Dios conforme a su grado de culpabilidad y
voluntariedad.
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