Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
SANTOS DEL 17 AL 23 DE
NOVIEMBRE 2014
SEMANA XXXIII
DEL TIEMPO ORDINARIO
LUNES, 17
SANTA ISABEL DE HUNGRÍA
Hija del rey Andrés II de Hungría,
nació el año 1207 en Bratislava. A los 14 años se desposó con Luis IV,
Landgrave de Turingia, con el que tuvo tres hijos. Vivió de forma eminente los
ideales evangélicos que promovían las nacientes órdenes mendicantes. Acogió a
los primeros franciscanos en su llegada a Turingia (1225). Se dedicó
asiduamente a la oración y a las obras de caridad. Modelo de esposa y madre,
brilló por su austeridad, generosidad y entrega al cuidado de los pobres y de
los enfermos. A la muerte de su esposo en la VI Cruzada (1227), dejó la corte,
se trasladó a Marburgo, abrazó voluntariamente la pobreza y fundó un hospital
dedicado a San Francisco, en el que ella personalmente servía a los enfermos
más desgraciados. Tempranamente se apagó su vida en Marburgo, el 17 de
noviembre de 1231. Es patrona de la Tercera Orden Franciscana y son muchas las
congregaciones religiosas dedicadas a la caridad que llevan su nombre.
ORACIÓN
Oh Dios, que
concediste a santa Isabel de Hungría la gracia de reconocer y venerar en los
pobres a tu Hijo Jesucristo, concédenos, por su intercesión, servir con amor
infatigable a los humildes y a los atribulados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
MARTES, 18
La Dedicación de las Basílicas de los Apóstoles San
Pedro
y San Pablo.
Es el aniversario de las basílicas de los santos apóstoles,
protectores de la ciudad de Roma, meta de peregrinaciones a lo largo de los
siglos. La basílica de San Pedro fue construida por el emperador Constantino
hacia el año 350, en la colina Vaticana, sobre el sepulcro que guarda las
cenizas venerables del Apóstol, y la consagró el papa san Silvestre; la
basílica actual fue consagrada por el papa Urbano VIII el año 1626. El mismo
Constantino mandó edificar la basílica de San Pablo, junto a la vía Ostiense,
extramuros de la ciudad de Roma, en el lugar donde se cree que fue decapitado
el apóstol; fue consagrada por el papa Siricio y está regida desde el siglo
VIII por monjes benedictinos; la basílica actual, construida tras el incendio
de la anterior, fue consagrada por Pío IX en 1854. La conmemoración conjunta
expresa simbólicamente la fraternidad de los Apóstoles y la unidad de la
Iglesia. El recuerdo de los dos apóstoles debe fortalecer la fe que nos
transmitieron con su palabra y su martirio.
ORACIÓN
Defiende
a tu Iglesia, Señor, con la protección de los apóstoles y, pues ha recibido por
ellos el primer anuncio del Evangelio, reciba también, por su intercesión,
aumento de gracia hasta el fin de los tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
MIÉRCOLES, 19
Santa Inés de Asís
Hermana de santa Clara y émula de su vida y santidad, nació en
Asís el año 1197. Pocos días después de que Clara, en 1211 ó 1212, se fugara de
casa, hizo otro tanto Inés para, juntas, consagrar sus vidas totalmente a Dios.
Su familia se empeñó en recuperarla, pero Inés se mantuvo firme en su
propósito. Pasó la mayor parte de su vida en el monasterio de San Damián,
situado a las afueras de Asís. Pero en fecha que no podemos precisar fue
enviada al monasterio de Monticelli de Florencia, con el encargo de transferir
a esta nueva comunidad el genuino espíritu de Clara, y allí permaneció como
abadesa largos años. De este tiempo conservamos una preciosa carta suya
dirigida a Clara. En el último período de su vida, Inés se encontraba de nuevo
en Asís. Acompañó a Clara en su última enfermedad y en su muerte, acaecida el
11 de agosto de 1253, y poco después falleció ella.
ORACIÓN
Señor,
Dios nuestro, por intercesión de santa Inés de Asís, que fue modelo de vida
franciscana y ejemplo para muchas almas consagradas, concédenos emular su
santidad en la tierra y gozar de su compañía en el cielo. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
JUEVES, 20
San Felix de Valois
Algunos escritos de la "Orden de la Santísima
Trinidad", afirman que San Félix llevaba el apellido de Valois porque
pertenecía a la familia real de Francia, pero en realidad el nombre proviene de
la provincia de Valois donde habitó originalmente.
Según se dice, vivió como ermitaño en el bosque de Gandelu, en
la diócesis de Soissons, en un pueblo llamado Cerfroid. Tenía el propósito de
pasar su vida en la oscuridad pero Dios lo dispuso de otro modo. En efecto, San
Juan de Mata, discípulo de San Félix, le propuso que fundase una orden para el
rescate de los cautivos. Aunque el santo tenía ya setenta años, se ofreció a
hacer y sufrir cuanto Dios quisiera por un fin tan noble. Así, los dos santos
partieron juntos a Roma en el invierno de 1197 para solicitar la aprobación de
la Santa Sede. San Félix propaga la orden en Italia y Francia. En París fundó
el convento de San Maturino y cuando San Juan volvió a Roma, San Félix a pesar
de su avanzada edad, administró la provinica francesa y la casa madre de la
orden en Cerfroid. Ahí murió a los ochenta y seis años de edad en 1212.
Según la tradición de los trinitarios, los dos santos fueron
canonizados por el Papa Urbano IV en 1262. Alejandro VII confirmó el culto de
los dos fundadores en 1666.
ORACIÓN
Dios
nuestro, que llamaste a san Felix de Valois para que buscara tu Reino en este
mundo por la práctica de la caridad perfecta, concédenos que, fortalecidos por
su intercesión, avancemos por el camino del amor con espíritu gozoso. Por
nuestro Señor Jesucristo. Amén
VIERNES, 21
Presentación de la Santísima Virgen María
Según una tradición apócrifa, la Virgen María, a la edad de tres
años, fue llevada al templo de Jerusalén por sus padres, para ser debidamente
educada en la religión junto con otras niñas. Esta fiesta, típicamente
oriental, recuerda la dedicación de la basílica de Santa María la Nueva,
construida cerca de Templo de Jerusalén, en el lugar donde se creía que habían
vivido los padres de la Virgen. En verdad, lo que hoy celebramos es la
consagración que María hizo de sí misma a Dios, ya desde su infancia, movida
por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su concepción
inmaculada. En esta fecha son muchas las personas que renuevan las promesas de
consagración religiosa, recordando la oblación primordial que hizo María de sí
misma.
ORACIÓN
Te
rogamos, Señor, que a cuantos hoy honramos la gloriosa memoria de la santísima
Virgen María, nos concedas, por su intercesión, participar, como ella, de la
plenitud de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SÁBADO, 22
Santa Cecilia
Virgen romana y mártir en la primera mitad del siglo III. Aunque
son inciertas las noticias sobre su persona, su época y su muerte, consta que
ya en el siglo V se le dedicó una basílica en el Trastévere de Roma. Su culto
se difundió ampliamente a partir del relato de su martirio o Passio, que es del
siglo VI, en el que es ensalzada como ejemplo perfecto de la mujer cristiana,
que abrazó la virginidad y sufrió el martirio por amor a Cristo. Según esa
fuente, Cecilia, que era de familia noble, fue dada en matrimonio a Valeriano;
pero la misma noche de bodas, Cecilia, mientras sonaba un órgano y cantando a
Dios en su corazón, manifestó a su esposo que se había consagrado a Dios; él la
respetó; más aún, se convirtió y murió mártir también. Desde el siglo XV se
celebra a Cecilia como patrona de los músicos.
ORACIÓN
Señor
y Dios nuestro, que has querido contar a santa Cecilia entre tus elegidos por
la doble victoria de la virginidad y el martirio; concédenos, en virtud del
sacramento que hemos recibido, la gracia de superar con valentía todos los
males y alcanzar la gloria celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DOMINGO, 23
XXXIV del
Tiempo Ordinario
Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo
La celebración de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo,
cierra el Año Litúrgico en el que se ha meditado sobre todo el misterio de su
vida, su predicación y el anuncio del Reino de Dios.
El Papa Pio XI, el 11 de diciembre de 1925, instituyó esta
solemnidad que cierra el tiempo ordinario. Su objetivo es recordar la soberanía
universal de Jesucristo. Lo confesamos supremo Señor del cielo y de la tierra,
de la Iglesia y de nuestras almas.
Durante el anuncio del Reino, Jesús nos muestra lo que éste
significa para nosotros como Salvación, Revelación y Reconciliación ante la
mentira mortal del pecado que existe en el mundo. Jesús responde a Pilatos
cuando le pregunta si en verdad Él es el Rey de los judíos: "Mi Reino no
es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo mi gente habría combatido
para que no fuese entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí" (Jn
18, 36). Jesús no es el Rey de un mundo de miedo, mentira y pecado, Él es el Rey
del Reino de Dios que trae y al que nos conduce.
Cristo Rey anuncia la Verdad y esa Verdad es la luz que ilumina
el camino amoroso que Él ha trazado, con su Vía Crucis, el camino hacia el
Reino de Dios. "Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para
esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad.
Todo el que es de la verdad escucha mi voz."(Jn 18, 37)
Jesús nos revela su misión reconciliadora de anunciar la verdad ante el engaño
del pecado. Esta fiesta celebra a Cristo como el Rey bondadoso y sencillo que
como pastor guía a su Iglesia peregrina hacia el Reino Celestial y le otorga la
comunión con este Reino para que pueda transformar el mundo en el cual
peregrina. La posibilidad de alcanzar el
Reino de Dios fue establecida por Jesucristo, al dejarnos el Espíritu Santo que
nos concede las gracias necesarias para lograr la Santidad y transformar el
mundo en el amor. Ésa es la misión que le dejó Jesús a la Iglesia al establecer
su Reino.
Se puede pensar que solo se llegará al Reino de Dios luego de
pasar por la muerte pero la verdad es que el Reino ya está instalado en el
mundo a través de la Iglesia que peregrina al Reino Celestial. Justamente con
la obra de Jesucristo, las dos realidades de la Iglesia -peregrina y celestial-
se enlazan de manera definitiva, y así se fortalece el peregrinaje con la
oración de los peregrinos y la gracia que reciben por medio de los sacramentos.
"Todo el que es de la verdad escucha mi voz."(Jn 18, 37) Todos los
que se encuentran con el Señor, escuchan su llamado a la Santidad y emprenden
ese camino se convierten en miembros del Reino de Dios.
ORACIÓN
¡Oh
Cristo Jesús! Os reconozco por Rey universal. Todo lo que ha sido hecho, ha
sido creado para Vos. Ejerced sobre mí todos vuestros derechos. Renuevo
mis promesas del Bautismo, renunciando a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y
prometo vivir como buen cristiano. Y muy en particular me comprometo a hacer
triunfar, según mis medios, los derechos de Dios y de vuestra Iglesia. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Confeccionado por Franja y Állen-Perkins.
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