Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
LA FELICIDAD NO SE NEGOCIA
Por Javier Leoz
“La felicidad no
tiene precio y no se negocia; no es un ‘app’ que se descarga desde un móvil. Ni
siquiera, su versión más reciente, os ayudará a ser libres y grandes en el
amor”. (El Papa Francisco a los jóvenes en San Pedro el domingo 24 de
abril).
1.- Las estadísticas dicen que, una generación de jóvenes en
Europa, está perdida. El suicidio, en Europa, se ha convertido en la principal
causa de muerte entre los jóvenes (por delante de los accidentes de tráfico).
Algo grave está ocurriendo en nuestro mundo cuando se nos
prepara para la felicidad y, a la vuelta de la esquina, nos encontramos en la
soledad o con una ansiedad insoportable.
Algo está aconteciendo en nuestra
sociedad cuando, detrás de muchas palabras y de otros tantos escaparates, se
nos invita a amarnos a nosotros mismos y, luego necesitamos del amor auténtico,
de una ayuda para levantarnos, de un aliento o de una sonrisa…resulta que nos
encontramos solos. Falla, en el fondo y en la forma, aquello que es o no es
digno de ser amado.
2.- Dios, que disfruta amando, goza con nuestro amor. Y Jesús,
el amor hecho carne en medio de nosotros, nos da una pista para ser felices.
Para no sentirnos defraudados, inquietos o desilusionados de nuestra
existencia: hay que esperar en Dios, hay que amar a Dios y no hay que perder de
vista lo que Él nos enseñó. ¿Amas a Dios? ¿Cómo tratas su Palabra? ¿Condiciona,
alumbra, ilumina, interpela en algo tu existencia?
Hemos perdido, en varios aspectos, el norte y –Jesús- nos
recuerda que, sus Palabras, siempre serán causa de serenidad y de encuentro con
nosotros mismos, con los demás y con el mismo Dios. ¿Por qué nos cuesta tanto
guardar, proteger, acoger y enseñar su Palabra? Tal vez porque, entre otras
cosas, es exigente, nítida, a veces duele y otras calma. Su Palabra, de vez en
cuando, deja a la intemperie nuestras vergüenzas y otras nos dice que somos
dichosos, bienaventurados y elegidos. Pero, no lo olvidemos, su Palabra es
eterna.
3.- Estamos en horas muy decisivas para la Iglesia y para el
anuncio del evangelio. Nunca como hoy se necesitan corazones vigorosos (no
cobardes), labios dispuestos a dar testimonio de Jesús (no amordazados por la
sordina del todo da igual), personas dispuestas a brindarse generosamente a los
demás como sello e identidad de que son amigos de Jesús y de que pertenecemos a
una comunidad de hermanos. Y, por encima de todo, la promesa de Jesús: él nos
acompañará, nos consolará con el Espíritu y nos guiará, como miembros de su
Iglesia, hacia la meta final. Que Dios nos siga animando e inundando con la
alegría de esta Pascua. Porque, estar y permanecer al lado de Jesús, es
garantía segura.
4.- QUIERO ESTAR CONTIGO, SEÑOR (Javier Leoz)
Cerca para no perderte, y
no perdiéndome de Ti,
no olvidar a los que, día
a día, me rodean.
Que tu Palabra, Señor,
sea la que me empuje
a no olvidarte, y no
olvidándote,
dar razón de tu presencia
aquí y ahora.
QUIERO ESTAR
CONTIGO, SEÑOR
Y, a pesar del vacío que
existe en el mundo
intentar llenarlo con mi
débil esfuerzo
con mis frágiles palabras
con mi alegría fruto de
mi encuentro contigo.
Ayúdame, Señor, a guardar
tu Palabra
A llevarla cosida a mis
pensamientos
A practicarla en las
pequeñas obras de cada día
A demostrarme a mí mismo
que, cumpliendo tus
deseos
y guardando tus promesas,
es como podré alcanzar la
Vida Eterna.
QUIERO ESTAR
CONTIGO, SEÑOR
En las horas de luz,
cuando a las claras te veo
y en las noches oscuras,
al sentir que te pierdo
En las pruebas amargas,
cuando eres mi bálsamo
Y en los instantes de
soledad cuando avanzo sólo
Aquí me tienes, Señor,
torpe y débil
pero recordando que,
cumplir y amar tu Palabra,
es la mejor autopista
para llegarme hasta el cielo
Amén
Javier Leoz.
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