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miércoles, 20 de junio de 2018

SANTOS DEL 25 DE JUNIO AL 1 DE JULIO 2018

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona


SANTOS DEL 25 DE JUNIO AL 1 DE JULIO 2018
XII SEMANA  DEL  TIEMPO ORDINARIO

Santoral de la semana

DIA, 25 – LUNES



San Próspero de Aquitania
Nació en Limoges (Francia) a finales del siglo IV. Fue un hombre docto en filosofía y letras. Contrajo matrimonio y llevó una vida virtuosa con su mujer. Después se hizo monje en Marsella, pero no sacerdote. Vio que entre los monjes se difundía el pelagianismo, doctrina según la cual el hombre es capaz de querer el bien y de salvarse con su sola voluntad, de suerte que la gracia divina es preciosa, pero no indispensable. Ante el peligro que esto significaba para la fe, se dedicó a defender la doctrina católica tal como la enseñaba san Agustín, autor de varias obras sobre el tema y con quien estuvo en estrecha relación. Mucho tuvo que trabajar para explicar la recta doctrina agustiniana sobre la gracia, la perseverancia, la predestinación, y conseguir que la aceptaran. El año 440 acompañó a Roma al que iba a ser el papa san León Magno, quien lo nombró canciller y escribano suyo. Fue un gran trabajador, que escribió también sobre la historia romana y la salvación de los no cristianos. Murió en Roma en torno al año 463.

ORACIÓN
Dios nuestro, que has puesto a los santos como ejemplo y ayuda para facilitar a los débiles el camino de la salvación, al celebrar la fiesta de san Próspero de Aquitania, concédenos bondadosamente que, siguiendo sus pasos, caminemos hacia ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

DIA, 26 – MARTES



San Pelayo (o Pelagio),
Es el mártir de la castidad en el umbral de la juventud. Nació el año 912 en Galicia (España), al parecer en Albeos, provincia de Pontevedra, no lejos de Tuy, donde era obispo su tío paterno, san Hermogio, quien cuidó de su formación cristiana. El año 920 los árabes vencieron a los cristianos en Valdejunquera y se llevaron a Córdoba como rehenes a muchos cristianos, entre ellos al obispo de Tuy. Su hermano, el padre de Pelayo, fue a Córdoba con su hijo para rescatar a Hermogio. No fue posible llegar a un acuerdo con los árabes, y los dos hermanos volvieron a su tierra para reunir el rescate que se les pedía, mientras Pelayo quedaba en Córdoba como rehén. No consiguieron los musulmanes que apostatara de su fe y abrazara la de ellos. El califa Abderramán III se sintió atraído por su figura y, al no poder doblegar su virtud, lo hizo martirizar, a los trece años de edad, el 26 de junio del año 925. Su cuerpo fue trasladado a León, y más tarde a Oviedo, donde se venera en el monasterio benedictino que lleva su nombre.

ORACIÓN
Señor, Padre nuestro, que prometiste a los limpios de corazón la recompensa de ver tu rostro, concédenos tu gracia y tu fuerza, para que, a ejemplo de san Pelayo, mártir, antepongamos tu amor a las seducciones del mundo y guardemos el corazón limpio de todo pecado. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

* * *   EL MISMO DÍA   * * *




San Josemaría Escrivá de Balaguer
Nació en Barbastro (Huesca, España) en 1902. Recibió la ordenación sacerdotal en Zaragoza el año 1925, y en 1927 se trasladó a Madrid para hacer el doctorado en Derecho Civil; su celo apostólico le puso en contacto con gentes de todos los ambientes y, en particular, con las de las barriadas periféricas. El 2 de octubre de 1928 nació el Opus Dei: durante un retiro espiritual ve la misión que el Señor quiere confiarle: abrir en la Iglesia un nuevo camino vocacional, dirigido a difundir la búsqueda de la santidad y la realización del apostolado mediante la santificación del trabajo ordinario en medio del mundo sin cambiar de estado. Y se entregó en cuerpo y alma a su misión. Comenzaron a seguirle personas de todas las condiciones sociales, en particular, grupos de universitarios. En 1934 publicó su libro Camino. Aunque no faltaron dificultades, la Obra se afianzó, y en 1950 recibió de Pío XII la aprobación definitiva. Se multiplicaron los proyectos: escuelas, universidades, colegios, hospitales, publicaciones, etc. Murió en Roma el 26 de junio de 1975 y Juan Pablo II lo canonizó el 2002.

ORACIÓN
 Señor y Dios nuestro, que elegiste a san Josemaría, presbítero, para anunciar en la Iglesia la vocación universal a la santidad y al apostolado: concédenos, por su intercesión y su ejemplo, que, realizando fielmente el trabajo cotidiano según el Espíritu de Cristo, seamos configurados a tu Hijo y, en unión con la Santísima Virgen María, sirvamos con ardiente amor a la obra de la Redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

DIA, 27 MIÉRCOLES



San Cirilo de Alejandría
Obispo y doctor de la Iglesia
Nació el año 370 en Alejandría de Egipto de familia distinguida. Era sobrino del patriarca Teófilo de Alejandría. Abrazó primero la vida monástica, pero, ordenado de sacerdote, acompañó a su tío obispo en sus viajes, y el año 412 le sucedió en el patriarcado, en una de las épocas más difíciles de la Iglesia de Oriente. Era una persona de carácter entero, emprendedor e imperativo, firme en sus convicciones. Combatió con energía las herejías de su tiempo y en especial la de Nestorio, que enseñaba la existencia de dos personas en Cristo, separando en Él la naturaleza divina de la humana, y negando la divina maternidad de María, que sería madre únicamente del hombre Jesús. Cirilo fue figura principal en el Concilio de Éfeso del año 431, en el que se definió que Jesús, Dios y hombre, es uno y el mismo, una sola persona, la divina, y que María es la madre de Dios. Escribió importantes tratados teológicos y numerosas homilías. Murió el año 444.
ORACIÓN
Señor, tú que hiciste de tu obispo san Cirilo de Alejandría un defensor invicto de la maternidad divina de la Virgen María, concédenos a cuantos la proclamamos verdadera Madre de Dios llegar, por la encarnación de tu Hijo, a la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

DIA, 28 JUEVES



San Ireneo de Lyon
Obispo y mártir
Nació hacia el año 130 y se educó en Esmirna (Turquía), donde fue discípulo de San Policarpo, obispo de aquella ciudad y que había sido discípulo del apóstol san Juan, por lo que enlazó con los tiempos apostólicos. Pero emigró, y el año 177 era presbítero en Lyon (Francia); poco después fue nombrado obispo de dicha ciudad. Se encontró con una Iglesia diezmada por las persecuciones. Aprendió las lenguas de los nativos para poder evangelizarlos. Gran apologista y buen pastor, escribió varias e importantes obras en las que combate las herejías de aquel tiempo y expone la recta doctrina: valoración del Antiguo Testamento a la luz del Nuevo; Cristo, nuevo Adán; la Eucaristía, símbolo y prenda de la resurrección. Fue hombre pacífico y conciliador, que medió eficazmente en el enfrentamiento entre el Papa y las iglesias de Asia Menor por la cuestión de la pascua, evitando un posible cisma. Recibió la palma del martirio, según refiere la tradición, alrededor del año 200.

ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que otorgaste a tu obispo san Ireneo la gracia de mantener incólume la doctrina y la paz de la Iglesia, concédenos, por su intercesión, renovarnos en fe y en caridad y trabajar sin descanso por la concordia y la unidad entre los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


DÍA, 29 VIERNES



Solemnidad de los  santos Pedro y Pablo - Apóstoles



San Pedro
Príncipe de los Apóstoles
Es Simón, a quien Jesús cambió el nombre por el de «Cefas» o Pedro. Era de Betsaida, aldea marinera situada a la ribera del mar de Galilea, donde ejercía el oficio de pescador junto con su padre y su hermano Andrés, también apóstol. Fue éste quien lo llevó a Jesús, el cual les dijo: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Estaba casado y tenía un carácter noble, franco y vehemente, como puso de manifiesto en repetidas ocasiones. Estando por Cesarea de Filipo, a preguntas de Jesús, Pedro le respondió: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo», y el Maestro le prometió entonces el Primado: «Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Pedro, en la noche más negra de la historia, negó por tres veces a Jesús; pero enseguida lloró su pecado, volvió al grupo y corrió la mañana de la Resurrección al sepulcro de Cristo, quien, cuando se les apareció más tarde en Galilea, le otorgó el Primado: «Apacienta mis ovejas». Después de Pentecostés, ejerció su apostolado en Jerusalén, Antioquía de Siria y luego en Roma como primer obispo de la misma. Allí fue crucificado, cabeza abajo como los esclavos, durante la persecución de Nerón, el año 64.

 ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, tú que entregaste a la Iglesia las primicias de tu obra de salvación, mediante el ministerio apostólico de san Pedro y san Pablo, concédenos, por su intercesión y sus méritos, los auxilios necesarios para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Pablo
Apóstol de los gentiles
Nació en Tarso (Turquía) y estudió en la escuela de Gamaliel en Jerusalén. Ferviente fariseo, presenció y aprobó el martirio de san Esteban y, llevado de su celo por la ley mosaica, persiguió a los cristianos. Convertido a Cristo en el camino de Damasco, hecho que celebramos el 25 de enero, se retiró al desierto y más tarde visitó a los Apóstoles y se incorporó a la comunidad cristiana. Con algunos compañeros recorrió, en tres largos viajes, amplias regiones de Asia Menor y Europa Oriental fundando numerosas comunidades cristianas. Su acción fue esencial para la extensión de la Iglesia a todas las gentes, más allá del pueblo judío. Sus cartas a las iglesias locales son alimento sustancial del que se nutre la Iglesia en todos los tiempos. Acusado de traicionar la Tradición de sus mayores, los judíos lo entregaron a la autoridad romana para acabar con él, pero Pablo, ciudadano romano, apeló al César, y fue trasladado a Roma. Allí permaneció dos años evangelizando con libertad, hasta que el año 67, durante la persecución de Nerón, fue decapitado en la Vía Ostiense.

ORACIÓN
Señor, tú que nos llenas de santa alegría en la celebración de la fiesta de san Pedro y san Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron fundamento de nuestra fe cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

DIA, 30 - SÁBADO



Santos Protomártires de la Iglesia Romana
«En el circo de Nerón, el año 64 después de Cristo, un número indeterminado de cristianos, pertenecientes a la población residente en Roma, acusados del incendio de la ciudad, fueron quemados vivos, o echados como pasto a las fieras, a causa de su fe. No conocemos sus nombres, pero su memoria permaneció viva en la comunidad creyente de Roma con este único título: "Los primeros mártires: protomártires". Celebramos su fiesta el 30 de junio, al día siguiente de la memoria de los Santos Pedro y Pablo, porque ellos perecieron en la misma persecución, como primer fruto de la predicación de los Apóstoles y del Obispo de Roma, Pedro» (Juan Pablo II, 21-IV-85).

 ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que santificaste los comienzos de la Iglesia romana con la sangre abundante de los mártires, concédenos que su valentía en el combate nos infunda el espíritu de fortaleza y la santa alegría de la victoria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

* * *   MES  DE  JULIO   * * *

DÍA, 1 – DOMINGO
XIII  DEL  TIEMPO  ORDINARIO
Santos Justino Orona Madrigal y Atilano Cruz Alvarado
Mártires Mejicanos



    Justino Orona Madrigal nació en Atoyac, Jalisco, México, el 14 de abril de 1877, en un hogar sumido en la pobreza; desde muy temprana edad manifestó su inclinación por el sacerdocio. Su familia se opuso porque contaban con su mano de obra para obtener recursos; finalmente pudo ingresar al Seminario Conciliar de Guadalajara en octubre de 1894.
Fue ordenado sacerdote por su arzobispo, Don José de Jesús Ortiz, el 7 de agosto de 1904 y fue asignado a diferentes parroquias, hasta que el 19 de octubre de 1916, se le confió la Parroquia de Cuquío, con un especial encargo de atender la preceptoría del Seminario establecida en esa población. Los vecinos de Cuquío se distinguía por su apatía a las prácticas religiosas y aún por actitudes anticlericales; lo cual, lejos de intimidar al pastor, le sirvió de estímulo. Sobrellevó con dignidad las muestras gratuitas de odio que le fueron proferidas por su condición de consagrado, inclusive murmuraciones calumniosas acerca de su vida privada.
Sus virtudes, en especial la esperanza, le permitieron afrontar la adversidad con entereza: cuantas mayores eran los trabas, más aumentaba su ahínco para ganar adeptos a la causa de Cristo. Quienes lo trataron afirmaron que su vida fue ejemplar, edificante y entregada, sin tasa ni medida; en su trato habitual era amable y bondadoso, especialmente con los pobres. No supo límites en la cura de almas, y durante los tiempos de persecución religiosa aprovechó al máximo la oportunidad de ejercitar su fortaleza, sufrió con heroicidad las agresiones contra su ministerio de parte de agentes del gobiernos civil. Cuando la persecución arrecio, san Justino se alejó de la cabecera parroquial pero sin abandonar a los suyos.
A partir de agosto de 1926 ejerció su ministerio en aldeas, ranchos y no pocas veces a campo abierto, entre muchas limitaciones, a veces con los perseguidores pisando sus huellas. Así se mantuvo casi dos años hasta el día de su sacrificio. En 1928 las tropas gubernamentales se posesionaron de Cuquío. El sábado 30 de junio, sin angustias ni aflicciones, el Padre Justino presintió su muerte, y refiriéndose a la escasez de lluvia que inquietaba a los campesinos en las Cruces les dijo: «No se preocupen, yo pronto iré con mi Madre Santísima y les mando la lluvia».



    Atilano Cruz Alvarado nació en Ahuentia de Abajo, aldea de Teocaltiche, Jalisco, el 5 de octubre de 1901. Sus padres, José Isabel Cruz y Máxima Alvarado, conformaban una familia cristiana, pero de una precaria situación económica, por lo que durante su infancia se ocupó de cuidar ganado. Después de mucho insistir, obtuvo el permiso de sus padres para cursar la instrucción primaria en el Colegio llamado de Los Dolores, en Teocaltiche.
Inició su vida clerical durante los peores años de la persecución religiosa y pese a ello, se mantuvo firme en su convicción de ser sacerdote, por lo que recibió presbiterado de manos de su obispo, don Francisco Orozco y Jiménez, en algún lugar de la Barranca de San Cristóbal, el 24 de julio de 192
A partir de la suspensión del culto público, el 1° de agosto de 1926, pertenecer al clero llegó a convertirse en sinónimo de proscripción. El 11 de enero de 1927, pocos meses antes de la ordenación de nuestros santo, el gobernador de Jalisco había girado una circular telegráfica confidencial a los presidentes municipales, en cuya parte final ordena; «...sírvase asimismo aprehender desde luego a todos los sacerdotes católicos, es a comprensión de su mando y remitirlos esta Capital, disposición Ejecutivo».
Desde entonces fueron asesinados algunos sacerdotes por su condición de ministros del culto. Tales antecedentes, lejos de amedrentar a Atilano, lo decidieron a afrontar con valor sus riesgos. Su vida fue muy breve, vivió solo 27 años, de los cuales sólo uno fue sacerdote, por lo que tuvo un único nombramiento, como Vicario Cooperador de la Parroquia de Cuquío, a donde llegó en el mes de septiembre de 1927, luego de haber sido ordenado sacerdote. Ejerció su ministerio en calidad de fugitivo: administrado los Sacramentos a salto de mata en los ranchos donde el párroco le indicaba; a fin de sortear los peligros, vestía el humilde atuendo de los campesinos, calzón blanco, huaraches y sombrero de falda ancha.
Entonces, el muncipio de Cuquío se encontraba bajo la férula de José Ayala, personaje de poca solvencia moral, quien atribuyéndose facultades amplísimas que desbordaban su autoridad, puso precio a la vida de los sacerdotes que atendían Cuquío, les tendió un cerco. La noche del 30 de junio fue denunciado el paradero de los sacerdotes gracias a la indiscreción de Simplicio Gómez. Un nutrido contingente salió de Cuquío, capitaneado por José Ayala, el capitán Vega y Gregorio Gonzáles Gallo, quienes llegaron a las Cruces a las 2:00 horas, sitiando la vivienda donde pernoctaban los clérigos. Los soldados, haciendo alarde de fuerza, despertaron a golpes y gritos a sus ocupantes; al abrir la puerta de su aposento, el párroco alzó la voz y exclamó: «¡Viva Cristo Rey!». En respuesta José Ayala, el capitán Vega y Gregorio Gonzáles Gallo, lo tirotearon dejándolo muerto en el dintel de la puerta, la cual remataron asesinando a los indefensos presbíteros Atilano Cruz y a José María Orona. Los asesinos se enfilaron a Cuquío llevando como carga los cadáveres, que exhibieron en la plaza del pueblo durante cuatro o cinco horas, ya que una muchedumbre cerró filas en torno a los muertos.
Algunos vecinos, desafiando el mandato, lavaron, vistieron y colocaron en ataúdes los restos de las víctimas, a fin de proceder al sepelio, que convocó a muchísimas personas. Los restos mortales, veneradas reliquias, descansan ahora en el templo parroquial de San Felipe, de Cuquío.
Fueron canonizados el 21 de mayo del 2000

ORACIÓN
Dios todopoderoso, que diste a los santos mártires Justino Orona Madrigal y Atilano Cruz Alvarado, la gracia de entregar su vida por amor a tu Palabra y por el testimonio de Jesús; te pedimos que, por la fuerza del Espíritu Santo, nos enseñes a permanecer fieles en la fe y fuertes en la confesión de tu nombre.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

Confeccionado por Franja y Állen-Perkins



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