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sábado, 22 de junio de 2013

SANTOS DE LA SEMANA DEL 24 AL 30 DE JUNIO DE 2013

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
SANTOS DE LA 
SEMANA DEL 24  AL  30  DE  JUNIO  DE  2013
XII  Semana  del  Tiempo Ordinario
PEQUEÑAS BIOGRAFÍAS
LUNES, 24
Solemnidad de la Natividad de san Juan Bautista
 Seis meses antes de la Natividad del Señor celebramos la de su Precursor. Refiere San Lucas que Isabel era estéril y que tanto ella como Zacarías eran de edad avanzada. Pero un día en que él oficiaba en el templo de Jerusalén, se le apareció un ángel que le dijo: «Tu mujer te dará un hijo y le pondrás por nombre Juan». Tiempo después, en la Anunciación, el ángel Gabriel dijo a María que su pariente Isabel estaba en el sexto mes de embarazo. María marchó presurosa a Ain Karem, entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír ésta el saludo de María, saltó de gozo el hijo que llevaba en su seno. Cuando se le cumplió el tiempo, Isabel dio a luz un hijo, de quien profetizó su padre: «Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos». Juan vivió en el desierto hasta el momento de empezar su predicación. De él dijo Jesús: «Entre los nacidos de mujer, ninguno mayor que Juan Bautista»
ORACIÓN
Oh Dios, que suscitaste a san Juan Bautista para que preparase a Cristo, el Señor, un pueblo bien dispuesto, concede a tu familia el don de la alegría espiritual y dirige la voluntad de tus hijos por el camino de la salvación y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
MARTES, 25
 San Guillermo (de Vercelli)
Abad de Monte Virgine,1085-1142 Confesor, padre los ermitaños del Monte Virgen, en territorio de Guleto junto a Nusco. Nació en la población italiana de Vercelli, donde profesó la fe de Cristo. Las narraciones dan a conocer su vida a partir de su juventud, cuando peregrina a Compostela (España) y decide consagrar su vida al Creador (en oración y penitencia), en la soledad del Monte Solícoli. Después, en el llamado Monte de la Virgen, en Benevento, convive con otros eremitas. Fundó varios monasterios en el sur de Italia. Ocupó el cargo de consejero en la corte del rey Rogelio II de Nápoles. Tuvo el mérito de haber reunido numerosos varones a los que instruyó en la vida religiosa, la oración y el amor a Dios, con base en la regla benedictina; estos varones eran conocidos como los "ermitaños del Monte de la Virgen". En este lugar, después de una vida ejemplar, murió con fama de santo. La Santa Sede aprobó su culto en 1728 y lo difundió a la Iglesia universal en 1785.  
ORACIÓN
Señor, tú que otorgaste a san Guillermo, la gracia de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también a nosotros, por intercesión de este santo, la gracia de vivir fielmente nuestra vocación, para que así tendamos a la perfección que tú nos has propuesto en la persona de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo. Amén.
MIÉRCOLES, 26 
San Pelayo MÁRTIR
Nacido en Albeos (Crecente, Pontevedra), en el año 911 o 912, Pelayo era sobrino del Obispo de Tui, Hermoigio – quien también es contado como santo -. Cuentan los hagiógrafos que en la escuela de la catedral aprendió gramática y se inició en la Liturgia, actuando como monaguillo.
España sentía sobre sí el peso de la dominación musulmana. El que se proclamaría, en 929, primer califa de Córdoba, Abderramán III, unificador del al-Andalus, venció en el 920 a los leoneses y navarros en la batalla de Valdejunquera.
Un éxito militar que repercutió directamente en la vida del joven Pelayo. Su tío, el obispo, fue apresado y llevado a Córdoba. Pelayo era su rescate. En un principio, se trataba de un rescate provisional: el niño, como rehén, ocuparía la plaza del anciano, mientras éste conseguiría el oro necesario para, a su vez, liberarlo. Pero esta liberación no tuvo lugar, ya que el obispo, enfermo, murió antes de lograr su propósito.
En Córdoba, a Pelayo le tocó compartir, desde 921, el destino de otros cautivos: la prisión y los trabajos en aquella ciudad enorme. Dicen que en la prisión fue tratado con relativa benevolencia, e incluso aprovechó el tiempo dejándose instruir por clérigos reclusos.
Debía gozar de cierta reputación, por su inteligencia y hasta por su prestancia física. El caso es que fue llevado ante Abderramán III, quien se sintió atraído por el muchacho. Todo el poder de un califa frente a la debilidad de un adolescente. La pretensión del soberano era doble: Comprar el alma y el cuerpo de Pelayo, pero éste, libre pese a la cautividad, no quiso venderse, ni en un sentido ni en otro.
Se negó a renunciar a la fe cristiana para convertirse al Islam. Ponen en su boca palabras como éstas: “Soy cristiano y lo seré. Tus riquezas no valen nada. No voy a renegar de Cristo que es mi Señor y el tuyo, aunque tú no lo quieras”. Igualmente rechazó convertirse en un mancebo del emir, a quien no permitió que le tocase.
Abderramán no se anduvo con contemplaciones y Pelayo pagó su fidelidad a Cristo con la muerte, el 26 de junio de 925. Dicen algunos que una catapulta de guerra lo lanzó desde un patio del alcázar hasta la otra orilla del Guadalquivir; casi muerto, fue degollado por un guardia.
Pero, en algún retablo, como en el mismo “Martirologio”, se alude a otro modo de martirio: siendo desgarrada su carne con tenazas.
El cuerpo del joven santo fue trasladado a León y, más tarde, a Oviedo, donde es venerado en un monasterio de benedictinas. San Pelayo es el patrono del Seminario Menor de Tui.
El “Martirologio” nos proporciona este pequeño resumen: “En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, san Pelayo, mártir, que a los trece años, por querer conservar su fe en Cristo y su castidad ante las costumbres deshonestas de Abd al-Rahmán III, califa de los musulmanes, consumó su martirio glorioso al ser despedazado con tenazas (925)”.
ORACIÓN
Señor y Dios nuestro, que has consagrado este día con la pasión de tu mártir san Pelayo, atiende benigno las oraciones de tu familia. Que por la intercesión de aquél cuya fiesta celebramos hoy nos apliquemos a llevar a cabo cuanto deseamos imitar de él. Por Nuestro Señor Jesucristo, R. Amén
EL MISMO DÍA 26
SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER
Nació en Barbastro (Huesca, España) en 1902. Recibió la ordenación sacerdotal en Zaragoza el año 1925, y en 1927 se trasladó a Madrid para hacer el doctorado en Derecho Civil; su celo apostólico le puso en contacto con gentes de todos los ambientes y, en particular, con las de las barriadas periféricas. El 2 de octubre de 1928 nació el Opus Dei: durante un retiro espiritual ve la misión que el Señor quiere confiarle: abrir en la Iglesia un nuevo camino vocacional, dirigido a difundir la búsqueda de la santidad y la realización del apostolado mediante la santificación del trabajo ordinario en medio del mundo sin cambiar de estado. Y se entregó en cuerpo y alma a su misión. Comenzaron a seguirle personas de todas las condiciones sociales, en particular, grupos de universitarios. En 1934 publicó su libro Camino. Aunque no faltaron dificultades, la Obra se afianzó, y en 1950 recibió de Pío XII la aprobación definitiva. Se multiplicaron los proyectos: escuelas, universidades, colegios, hospitales, publicaciones, etc. Murió en Roma el 26 de junio de 1975 y Juan Pablo II lo canonizó el 2002.
ORACIÓN
Señor y Dios nuestro, que elegiste a san Josemaría, presbítero, para anunciar en la Iglesia la vocación universal a la santidad y al apostolado: concédenos, por su intercesión y su ejemplo, que, realizando fielmente el trabajo cotidiano según el Espíritu de Cristo, seamos configurados a tu Hijo y, en unión con la Santísima Virgen María, sirvamos con ardiente amor a la obra de la Redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
JUEVES, 27
San Cirilo de Alejandría
Obispo y Doctor de la Iglesia.
Nació el año 370 en Alejandría de Egipto de familia distinguida. Era sobrino del patriarca Teófilo de Alejandría. Abrazó primero la vida monástica, pero, ordenado de sacerdote, acompañó a su tío obispo en sus viajes, y el año 412 le sucedió en el patriarcado, en una de las épocas más difíciles de la Iglesia de Oriente. Era una persona de carácter entero, emprendedor e imperativo, firme en sus convicciones. Combatió con energía las herejías de su tiempo y en especial la de Nestorio, que enseñaba la existencia de dos personas en Cristo, separando en Él la naturaleza divina de la humana, y negando la divina maternidad de María, que sería madre únicamente del hombre Jesús. Cirilo fue figura principal en el Concilio de Éfeso del año 431, en el que se definió que Jesús, Dios y hombre, es uno y el mismo, una sola persona, la divina, y que María es la madre de Dios. Escribió importantes tratados teológicos y numerosas homilías. Murió el año 444.
ORACIÓN
Señor, tú que hiciste de tu obispo san Cirilo de Alejandría un defensor invicto de la maternidad divina de la Virgen María, concédenos a cuantos la proclamamos verdadera Madre de Dios llegar, por la encarnación de tu Hijo, a la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
* * * EL MISMO DÍA   * * *
Ntra. Señora del Perpetuo Socorro,
 Bajo este glorioso título se venera en Roma una imagen bizantina de la Santísima Virgen María que data del siglo XII o del XIV. Conservada en otros tiempos en la iglesia de San Mateo en el Esquilino, la milagrosa imagen había caído poco a poco en el olvido, cuando, en 1866, el papa Pío IX la confió a los redentoristas que celebraban su fiesta.
La mayoría de las iglesias de Occidente invocan hoy a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
ORACION
► a Nuestra Sra. del Perpetuo Socorro 
Oh, Santa Virgen María, al inspirar nuestra absoluta confianza, quisiste tomar el dulce nombre de Nuestra Sra. del Perpetuo Socorro. Te imploro que me ayudes y protejas en todas partes y a todas horas, en mis tentaciones, tras mis caídas, en mis dificultades, en todos los misterios de la vida y en especial a la hora de mi muerte. Concédeme, Madre misericordiosa, el pensamiento y el hábito de recurrir a ti en todo momento. Porque estoy seguro de que si te imploro con sinceridad, no olvidarás ayudarme. Por favor, otórgame esta gracia de gracias, la fe de pedirte siempre con la fe de un niño, con la virtud de esta leal oración.
VIERNES, 28
SAN IRENEO DE LYON
Obispo y Mártir
Nació hacia el año 130 y se educó en Esmirna (Turquía), donde fue discípulo de San Policarpo, obispo de aquella ciudad y que había sido discípulo del apóstol san Juan, por lo que enlazó con los tiempos apostólicos. Pero emigró, y el año 177 era presbítero en Lyon (Francia); poco después fue nombrado obispo de dicha ciudad. Se encontró con una Iglesia diezmada por las persecuciones. Aprendió las lenguas de los nativos para poder evangelizarlos. Gran apologista y buen pastor, escribió varias e importantes obras en las que combate las herejías de aquel tiempo y expone la recta doctrina: valoración del Antiguo Testamento a la luz del Nuevo; Cristo, nuevo Adán; la Eucaristía, símbolo y prenda de la resurrección. Fue hombre pacífico y conciliador, que medió eficazmente en el enfrentamiento entre el Papa y las iglesias de Asia Menor por la cuestión de la pascua, evitando un posible cisma. Recibió la palma del martirio, según refiere la tradición, alrededor del año 200.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que otorgaste a tu obispo san Ireneo la gracia de mantener incólume la doctrina y la paz de la Iglesia, concédenos, por su intercesión, renovarnos en fe y en caridad y trabajar sin descanso por la concordia y la unidad entre los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SÁBADO, 29
SOLEMNIDAD  DE  LOS  SANTOS  APÓSTOLES
► SAN PEDRO, Príncipe de los Apóstoles 
 SAN PABLO, Apóstol de los gentiles
► SAN PEDRO, Príncipe de los Apóstoles 
Es Simón, a quien Jesús cambió el nombre por el de «Cefas» <Piedra o Pedro. Era de Betsaida, aldea marinera situada a la ribera del mar de Galilea, donde ejercía el oficio de pescador junto con su padre y su hermano Andrés, también apóstol. Fue éste quien lo llevó a Jesús, el cual les dijo: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Estaba casado y tenía un carácter noble, franco y vehemente, como puso de manifiesto en repetidas ocasiones. Estando por Cesarea de Filipo, a preguntas de Jesús, Pedro le respondió: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo», y el Maestro le prometió entonces el Primado: «Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Pedro, en la noche más negra de la historia, negó por tres veces a Jesús; pero enseguida lloró su pecado, volvió al grupo y corrió la mañana de la Resurrección al sepulcro de Cristo, quien, cuando se les apareció más tarde en Galilea, le otorgó el Primado: «Apacienta mis ovejas». Después de Pentecostés, ejerció su apostolado en Jerusalén, Antioquía de Siria y luego en Roma como primer obispo de la misma. Allí fue crucificado, cabeza abajo como los esclavos, durante la persecución de Nerón, el año 64.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, tú que entregaste a la Iglesia las primicias de tu obra de salvación, mediante el ministerio apostólico de san Pedro y san Pablo, concédenos, por su intercesión y sus méritos, los auxilios necesarios para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 
SAN PABLO, Apóstol de los gentiles

Nació en Tarso (Turquía) y estudió en la escuela de Gamaliel en Jerusalén. Ferviente fariseo, presenció y aprobó el martirio de san Esteban y, llevado de su celo por la ley mosaica, persiguió a los cristianos. Convertido a Cristo en el camino de Damasco, hecho que celebramos el 25 de enero, se retiró al desierto y más tarde visitó a los Apóstoles y se incorporó a la comunidad cristiana. Con algunos compañeros recorrió, en tres largos viajes, amplias regiones de Asia Menor y Europa Oriental fundando numerosas comunidades cristianas. Su acción fue esencial para la extensión de la Iglesia a todas las gentes, más allá del pueblo judío. Sus cartas a las iglesias locales son alimento sustancial del que se nutre la Iglesia en todos los tiempos. Acusado de traicionar la Tradición de sus mayores, los judíos lo entregaron a la autoridad romana para acabar con él, pero Pablo, ciudadano romano, apeló al César, y fue trasladado a Roma. Allí permaneció dos años evangelizando con libertad, hasta que el año 67, durante la persecución de Nerón, fue decapitado en la Vía Ostiense.
ORACIÓN
Señor, tú que nos llenas de santa alegría en la celebración de la fiesta de san Pedro y san Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron fundamento de nuestra fe cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
DOMINGO, 30
XIII DEL TIEMPO ORDINARIO

Las catacumbas de Roma, donde están enterrados
SANTOS PROTOMÁRTIRES DE LA IGLESIA ROMANA
Al día siguiente de la solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo, recordamos a los cristianos de Roma a quienes el emperador Nerón hizo conducir a 12 muerte en los jardines del Vaticano, luego de haberles hecho responsables del incendio que había asolado la Ciudad en julio del año 64. El historiador Tácito (120) da cuenta en sus Anales de la muerte de «esas gentes a las que el vulgo denominaba cristianos, por el nombre de un tal Cristo que había sufrido el suplicio bajo Tiberio por parte del procurador Poncio Pilato». Eran, según dice el mismo, «una inmensa multitud». Su muerte «fue organizada como una diversión. Unos, cubiertos con pieles de fieras, fueron desgarrados por perros; otros fueron izados a cruces en las que, al caer el día, se convirtieron en antorchas Y¡ vas, a fin de iluminar la noche. Nerón había ofrecido sus jardines para semejante espectáculo. Facilitaba juegos en el circo, mezclándose entre la multitud, vestido de conductor de carrozas o bien tronando sobre su vehículo. Por eso, aun cuando estas gentes fueran unos culpables dignos de los últimos suplicios, uno se sentía lleno de compasión al ver cómo eran inmolados no para el bien público, sino por crueldad de uno solo».
Porque ellos perecieron en la misma persecución, como primer fruto de la predicación de los Apóstoles y del Obispo de Roma, Pedro» (Juan Pablo II, 21-IV-85).
Todo hace suponer que el apóstol San Pedro fue uno de los crucificados en esta noche atroz, puesto que su cuerpo se hallaba depositado en la ladera de la colina vaticana.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que santificaste los comienzos de la Iglesia romana con la sangre abundante de los mártires, concédenos que su valentía en el combate nos infunda el espíritu de fortaleza y la santa alegría de la victoria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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