Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
SANTOS DEL 18 AL 24 DE SEPTIEMBRE 2017
XXIV Semana del Tiempo Ordinario
Santos de la semana
San José de Copertino
Nació el año 1603 en
Copertino, pueblo del sur de Italia, de familia pobre y honrada. Desde joven
mostró tener muy escasas las dotes intelectuales y las habilidades manuales.
Superando muchas dificultades ingresó en la Orden de los franciscanos
conventuales y sólo gracias a la fuerte ayuda de Dios llegó al presbiterado.
Tras su ordenación sacerdotal se entregó de lleno al sagrado ministerio,
inflamado en celo de las almas. Adornado de carismas singulares, éxtasis y
levitaciones, por lo que es conocido como el «Santo de los vuelos», los superiores
tuvieron que cambiarlo con frecuencia de un convento a otro, huyendo del
fanatismo popular. Descolló por su obediencia, humildad, paciencia y caridad
para con los necesitados de Dios. Manifestó ardiente devoción a los misterios
de la vida de Cristo, en especial la Eucaristía, y a la Madre de Dios. Sus
biógrafos dicen que lograba transmitir su santa y franciscana alegría mediante
el modo de orar, enriquecido por atractivas composiciones musicales y versos
populares que entusiasmaban a sus oyentes, reavivando su devoción. Murió en
Ósimo (Marcas) en 1663.
ORACIÓN
Dios de misericordia,
que con admirable sabiduría has querido que tu Hijo, al ser levantado de la
tierra, atrajera todas las cosas hacia él, concédenos, por intercesión de san
José de Copertino, tender a la perfección que nos has propuesto en la persona
de tu Hijo, y vernos libres de la malicia de este mundo. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
San Jenaro
Fue obispo de Benevento
(Campania, Italia). A principios del siglo IV, hacia el año 305, durante la
persecución de Diocleciano, sufrió el martirio juntamente con otros seis
cristianos en Pozzuoli, cerca de Nápoles, donde se le tiene una especial
devoción. Tenemos pocos datos históricos de su vida. Según la tradición,
después de que sufriera en vano otros tormentos, fue decapitado en el estadio
de Pozzuoli, y su sangre, recogida en dos ampollas, fue trasladada a Nápoles
junto con el cuerpo del santo. El culto a san Jenaro se ha acentuado por el
fenómeno, atestiguado desde finales del siglo XIV, de esa sangre que se licua
normalmente cuatro veces al año en diversas fechas.
ORACIÓN
Tú que nos concedes,
Señor, venerar la memoria de tu mártir san Jenaro, otórganos también la gracia
de gozar de su compañía en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
San Andrés Kim Taegon, San Pablo
Chong Hasang
► y compañeros mártires ◄
Este día la Iglesia venera en
una misma celebración a los 103 Mártires de Corea que canonizó Juan Pablo II el
6 de mayo de 1984 en Seúl. Ellos testificaron valerosamente la fe cristiana en
aquel país y consagraron con su sangre preciosa las primicias de aquella
Iglesia, en distintos lugares y en diferentes fechas de 1839 a 1867. A
principios del siglo XVII, desde China, penetró en Corea la fe cristiana,
introducida primero por algunos laicos y después alimentada y reafirmada por la
predicación y celebración de los sacramentos por medio de los misioneros. En el
siglo XIX se sucedieron las persecuciones contra los cristianos y fueron miles
los que perdieron la vida por su fe. Entre los canonizados figuran 3 obispos, 8
sacerdotes y 92 laicos; había hombres y mujeres, casados o no, pobres y ricos,
ancianos, jóvenes y niños de diversas clases sociales; 10 eran franceses
(sacerdotes de las Misiones Extranjeras de París) y 93 coreanos. San Andrés Kim Taegon, hijo de padre mártir, fue el
primer sacerdote coreano, y murió decapitado el 16 de septiembre de 1846 en
Seúl. San Pablo
Chong Hasang, seglar de
noble familia, abrazó la fe antes de la llegada de los misioneros, por obra de
un grupo laical. Su padre y su hermano mayor dieron la vida por la fe. Asumió
con entusiasmo la tarea de catequista e insistió ante la Santa Sede para que
enviara misioneros. Fue martirizado el 22 de septiembre de 1839
ORACIÓN
Oh Dios, creador y
salvador de todos los hombres, que en Corea, de modo admirable, llamaste a la
fe católica a un pueblo de adopción y lo acrecentaste por la gloriosa profesión
de fe de los santos mártires Andrés, Pablo y sus compañeros, concédenos, por su
ejemplo e intercesión, perseverar también nosotros hasta la muerte en el
cumplimiento de tus mandatos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
San Mateo
► Apóstol y Evangelista ◄
Nacido en Cafarnaún, era de
profesión publicano o recaudador de impuestos cuando Jesús lo llamó. Escribió
en arameo el primero de los evangelios, que relata así su vocación. Vio Jesús a
un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme». Él se levantó y le siguió. Y estando en la mesa en casa de Mateo,
muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus
discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que
vuestro maestro come con publicanos y pecadores?». Jesús lo oyó y dijo: «No
tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Que no he venido a
llamar a los justos, sino a los pecadores». Y a partir de entonces el nombre de
Mateo figura entre los Doce elegidos por el Señor. En su evangelio proclama
principalmente que Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán, llevó a plenitud
el Antiguo Testamento. Por lo demás, poco sabemos de su actividad apostólica y
de las circunstancias de su martirio. Se dice que predicó en el Oriente.
ORACIÓN
Oh Dios, que en tu
infinita misericordia te dignaste elegir a san Mateo para convertirlo de
publicano en apóstol, concédenos que, fortalecidos con su ejemplo y su
intercesión, podamos seguirte siempre y permanecer unidos a ti con fidelidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
San Mauricio
y compañeros mártires
En Agauno (hoy Saint Maurice d´Agaune), en la región de Valais,
en el país de los helvecios, santos mártires Mauricio, Exuperio, Cándido, que
siendo soldados, al decir de san Euquerio de Lyon, fueron sacrificados por su
fe en Cristo, en tiempo del emperador Maximiano, juntamente con sus compañeros
de la misma legión Tebea y el veterano Víctor, ilustrando así a la Iglesia con
su gloriosa pasión (c. 302).
San Mauricio (llamado también Maurice, Moritz o Mauritius). Era
el comandante de la Legión Tebana y murió martirizado a principios del siglo
III.
La Legión Tebana, integrada sólo por cristianos procedentes de
Egipto, recibió órdenes de partir hacia Galia para auxiliar al emperador Maximiano.
Aunque combatieron valientemente, rehusaron obedecer la orden imperial de
perseguir a los cristianos, por lo que fueron diezmados. Al negarse por segunda
vez, todos los integrantes de la Legión Tebana fueron ejecutados. El lugar en
que supuestamente tuvieron lugar estos hechos, conocido como Agaunum, es ahora
la sede de la abadía de Saint Maurice, en el cantón suizo de Valais.
Esta es la versión más antigua de la historia del martirio de la
Legión Tebana, de acuerdo con la carta que Eucherius, arzobispo de Lyon (c. 434
– 450) dirigió al también obispo Salvius. En otras versiones varía la causa del
martirio, y los legionarios son ejecutados por negarse a hacer sacrificios a
los dioses romanos.
ORACIÓN
Señor Dios, escucha
nuestras súplicas en la celebración del martirio de los santos Mauricio y
compañeros mártires, y concédenos imitar con gozo su constancia en la fe. Por
nuestro Señor Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
San Pío de Pietrelcina
Nació en Pietrelcina (Benevento, Italia) el
año 1887, y en 1903 entró en la Orden Capuchina. Ordenado de sacerdote en 1910,
fue destinado en 1916 al convento de San Giovanni Rotondo, donde permaneció
hasta su muerte, desarrollando una extraordinaria aventura de taumaturgo y de
apóstol del confesonario. Desde 1918 llevó en su cuerpo las llagas del Señor y
fue objeto de otros dones divinos extraordinarios. Se santificó viviendo a
fondo en carne propia el misterio de la cruz de Cristo y cumpliendo en plenitud
su vocación de colaborador en la Redención. Centró su vida pastoral en la
dirección espiritual de los fieles, la reconciliación sacramental de los
penitentes y la celebración de la Eucaristía. Su preocupación por los pobres y
los enfermos se materializó en la «Casa Alivio del Sufrimiento». Otra
iniciativa suya fueron los grupos de oración, que rápidamente se extendieron
por todo el mundo. Murió el 23 de septiembre de 1968 en San Giovanni Rotondo
(Apulia). Juan Pablo II lo beatificó en 1999 y lo canonizó en 2002.
ORACIÓN
Dios omnipotente y
eterno que, con gracia singular concediste al sacerdote san Pío participar en
la cruz de tu Hijo y, por medio de su ministerio, has renovado las maravillas
de tu misericordia, concédenos, por su intercesión, que unidos constantemente a
la pasión de Cristo podamos llegar felizmente a la gloria de la resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
DOMINGO,
24
Beatos
Luis de San Miguel de los Santos
► y compañeros mártires
◄
Son cuatro religiosos Trinitarios del convento de Belmonte
(Cuenca, España) que, en la persecución religiosa desatada en España en 1936,
fueron fusilados por los milicianos a las puertas del cementerio de Cuenca, el
24 de septiembre de 1936, y beatificados el año 2007. Estos son sus nombres:
Luis de San Miguel de los Santos Erdoiza y Zamalloa, Melchor del Espíritu Santo
Rodríguez Villastrigo, Santiago de Jesús Arriaga y Arrien, Juan de la Virgen
del Castellar Joya y Corralero. Luis nació en Amorebieta (Vizcaya) en 1891,
hizo la profesión en 1907, estudió en Roma y se ordenó de sacerdote en 1916.
Estuvo unos años en Viena (Austria) dedicado al ministerio parroquial. En
España se ocupó de la formación de sus religiosos jóvenes y ocupó cargos de
gobierno. Melchor nació en Laguna de Negrillos (León) en 1899. Tomó el hábito
trinitario en 1917 y se ordenó de sacerdote en 1924. Trabajó en la enseñanza y
fue superior de los conventos de Alcázar de San Juan y de Belmonte. Santiago
nació en Líbano de Arrieta (Vizcaya) el año 1903. De joven ingresó en los
Trinitarios, estudió en Roma y se ordenó de sacerdote en 1927. Estuvo destinado
en Algorta y en Belmonte, donde fue profesor y maestro de estudiantes. Juan
nació en Villarrubia de Santiago (Toledo) en 1898. Vistió el hábito trinitario
como hermano cooperador en 1918. Trabajó en Santiago de Chile y en Buenos
Aires. En 1932 lo destinaron al convento de Belmonte. Era un buen sacristán,
sastre y florista, y trabajó con éxito en la catequesis de niños
ORACIÓN
Dios todopoderoso y
eterno que otorgaste a los Beatos Luis
de San Miguel de los Santos y compañeros mártires la gracia de dar la vida por
amor a Cristo; ven en ayuda de nuestra debilidad con tu poder divino para que,
así como ellos no vacilaron en morir por ti, nosotros podamos confesarte
valientemente con el testimonio de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Confeccionado por Franja y Állen-Perkins
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