Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
SANTOS DEL 28 DE MAYO AL 3 DE JUNIO 2018
VIII SEMANA del Tiempo Ordinario
Santoral de la semana
DIA, 28 – LUNES
Santa María Ana de Jesús de Paredes - virgen
Nació
en Quito (Ecuador) el año 1618, en el seno de una familia piadosa y acomodada.
Huérfana desde la niñez, consagró a Dios su virginidad y, al no poder entrar en
ningún monasterio, emprendió en su casa una vida ascética, dedicada a la
oración, el ayuno y otros ejercicios piadosos. A la vez, se entregó con gozo y
amor a la ayuda espiritual de sus compatriotas sin distinción de raza ni color:
enseñaba el catecismo a los niños, visitaba a enfermos, socorría a pobres,
consolaba a las personas atribuladas, atendía las necesidades de los indígenas
pobres y de los negros, hubiera querido llevar la fe a los indios. Fue
particularmente devota de la Pasión de Cristo. Formada en el espíritu
ignaciano, ingresó luego en la Tercera Orden Franciscana. Además, fue lectora
asidua de las obras de santa Teresa de Jesús. Murió en Quito el 26 de mayo de
1645. Es patrona del Ecuador.
ORACIÓN
Señor, Dios de misericordia, que
hiciste florecer, junto con la virtud de la pureza, la austeridad de la
penitencia, como lirio entre espinas, en santa María Ana de Jesús, que vivió en
medio de un mundo corrompido, concédenos, por su intercesión, vernos libres de
los vicios de nuestro tiempo y tender a la perfección cristiana. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
DIA, 29 – MARTES
Santa Úrsula Ledóchowska
Fundadora Ursulinas del Sagrado Corazón de
Jesús
Agonizante
Nació
el año 1865 en Loosdorf (Austria), de familia noble y muy religiosa. Entre sus
hermanos, María Teresa, fundadora de las Claverianas, fue beatificada por Pablo
VI, y Vladimiro fue superior general de la Compañía de Jesús. En 1883 la
familia se trasladó a Polonia. A sus 21 años, entró ella en las Ursulinas de
Cracovia. Destacó por su amor al Señor, su talento educativo y su sensibilidad
ante las necesidades de los jóvenes en las difíciles circunstancias de su
tiempo. Con la bendición de san Pío X, emprendió, en medio de grandes dificultades,
su trabajo apostólico en Rusia, Finlandia, Suecia y Dinamarca. Durante su
estancia en Escandinavia, trabajó en la promoción del compromiso ecuménico. Con
la aprobación de la Santa Sede transformó su convento en la nueva congregación
de Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante, centrada en la
contemplación del amor salvífico de Cristo y en la labor educativa y de
servicio a los indigentes. Murió en Roma el 29 de mayo de 1939. Juan Pablo II
la canonizó el año 2003.
ORACIÓN
Oh gloriosa Virgen Santa Úrsula, que dedicaste tu
virtuosa vida al prójimo, te rogamos seas nuestra intercesora ante el
trono de Dios: le presentes a Él nuestros ruegos, le comuniques nuestros sufrimientos y
nos alcances lo que a bien convenga a
nuestras almas en esta vida, y por la gloria de los cielos en la otra. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
DIA, 30 MIÉRCOLES
SAN FERNANDO III, «el Santo»,
Fernando
III, rey de León y de Castilla, hijo de Alfonso IX de León y de Berenguela de
Castilla, nació el año 1198 en el reino leonés, probablemente cerca de
Valparaíso (Zamora). Tradicionalmente se afirma que perteneció a la Tercera
Orden franciscana. Fue el rey de la reconquista del sur de España. Su visión
política de altas miras es reconocida por los historiadores, y las gentes de
toda clase y condición bendijeron su reinado sabio, ecuánime, prudente. En los
territorios reconquistados por él, nunca hubo vencedores y vencidos. Con razón
es proclamado «señor de la convivencia de cristianos, musulmanes y judíos».
Contrajo dos matrimonios sucesivos, que fueron felices, y de ambos tuvo en
conjunto trece hijos. Fue hombre de óptimos sentimientos y limpias costumbres.
Además de administrar con sabiduría sus reinos, promovió las artes y las
ciencias, y colaboró en la propagación de la fe. Vivió rodeado del respecto y
afecto de unos y otros, y su muerte fue llorada por todos. Murió en Sevilla el
30 de mayo de 1252.
ORACIÓN
Oh Dios, que elegiste al rey san
Fernando como defensor de tu Iglesia en la tierra, escucha las súplicas de tu
pueblo que te pide tenerlo como protector en el cielo. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
DIA, 31 JUEVES
La
Visitación de la Virgen María
Esta fiesta
mariana celebra el episodio narrado por el evangelista san Lucas: Lc 1,39-56.
En la Anunciación, el ángel dijo a María que su pariente Isabel estaba en el
sexto mes de embarazo. Días después, María marchó presurosa de Nazaret a una
ciudad de la montaña de Judá, Ain Karem, entró en casa de Zacarías y saludó a
Isabel. Cuando ésta oyó el saludo de María, saltó de gozo el hijo que llevaba
en su seno y, llena de Espíritu Santo, dijo a María: «Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. Dichosa tú que has
creído». María le respondió con las palabras que conocemos como el Magníficat:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi
salvador...». María permaneció con Isabel unos tres meses y luego se volvió a
Nazaret.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, tú que inspiraste a la Virgen
María, cuando llevaba en su seno a tu Hijo, el deseo de visitar a su prima
Isabel, concédenos, te rogamos, que, dóciles al soplo del Espíritu, podamos,
con María, cantar tus maravillas durante toda nuestra vida. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
* * * EM
PIEZA EL MES DE JUNIO * * *
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Mes del Corazón del Jesús ◄
DÍA, 1 VIERNES
* * * Primer viernes de mes * * *
San Aníbal
María de Francia
► Fundador
de las Congregaciones ◄
“Las Hijas del Divino Celo y la de los
Rogacionistas”
Nació
en Messina (Italia) en 1851. Pronto quedó huérfano de padre, y eso le hizo
sentir un especial amor a los huérfanos. Por otra parte, profesó una gran
devoción a la Eucaristía, ante la que se percató de la necesidad de orar por
las vocaciones: «La mies es mucha... Rogad (Rogate) pues al dueño de la
mies...», palabras que constituyeron la intuición fundamental de su existencia.
En 1878 fue ordenado sacerdote. Poco antes había descubierto la triste realidad
social y moral del barrio periférico más pobre de Messina, donde fue a habitar.
En 1882 dio inicio a sus orfanatos antonianos, puestos bajo la
protección de san Antonio de Padua. Para atender a un mayor número de huérfanos
y de pobres, y guiado por la palabra del Señor: Rogate, fundó dos
nuevas familias religiosas, la de las Hijas del Divino Celo y la de los
Rogacionistas, centradas en la oración por las vocaciones sacerdotales y en una
múltiple actividad asistencial y de beneficencia. Murió el 1 de junio de 1927
en Messina, y Juan Pablo II lo canonizó en el 2004.
ORACIÓN
Señor Jesús, que has escogido a San Aníbal
sacerdote, para hacer de él un insigne apóstol de la oración por las
vocaciones y un verdadero padre de los huérfanos y de los
pobres, por sus méritos y por su intercesión, manda muchos y santos
sacerdotes y apóstoles a tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
DIA, 2 - SÁBADO
Santos
Marcelino y Pedro
Marcelino
era sacerdote y Pedro exorcista, y ambos fueron mártires. El papa san Dámaso es
quien nos ha dejado las noticias de su muerte que oyó de boca del mismo
verdugo. Fueron condenados a muerte en Roma durante la persecución de
Diocleciano, a comienzos del siglo IV, seguramente el año 304. Para su
ejecución los llevaron a un bosque fuera de la ciudad, a fin de que se
desconociera el lugar de su sepultura. Allí los obligaron a cavar con sus manos
su propia fosa, en la que los enteraron después de haberlos decapitado. Pero
una piadosa matrona romana, llamada Lucilia, consiguió localizar los restos de
los mártires, los recogió y los sepultó en el cementerio llamado Ad
duas lauros, en la Vía Labicana de Roma donde, después de la paz de
Constantino, su madre, santa Elena, hizo construir una basílica.
ORACIÓN
Señor, tú has hecho del glorioso
testimonio de tus mártires san Marcelino y san Pedro nuestra protección y
defensa; concédenos la gracia de seguir sus ejemplos y de vernos continuamente
sostenidos por su intercesión. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
DÍA, 3 – DOMINGO
Santísimo
Cuerpo y Sangre de Cristo – Solemnidad
Esta fiesta se comenzó
a celebrar en Lieja en 1246, siendo extendida a toda la Iglesia occidental por
el Papa Urbano IV en 1264, teniendo como finalidad proclamar la fe en la
presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Presencia permanente y
substancial más allá de la celebración de la Misa y que es digna de ser adorada
en la exposición solemne y en las procesiones con el Santísimo Sacramento que
entonces comenzaron a celebrarse y que han llegado a ser verdaderos monumentos
de la piedad católica. Ocurre, como en la solemnidad de la Trinidad, que lo que
se celebra todos los días tiene una ocasión exclusiva para profundizar en lo
que se hace con otros motivos. Este es el día de la eucaristía en sí misma,
ocasión para creer y adorar, pero también para conocer mejor la riqueza de este
misterio.
El Espíritu Santo después del dogma de la Trinidad
nos recuerda el de la Encarnación, haciéndonos festejar con la Iglesia al
Sacramento por excelencia, que, sintetizando la vida toda del Salvador, tributa
a Dios gloria infinita, y aplica a las almas, en todos los tiempos, los
frutos extraordinarios de la Redención. Si Jesucristo en la cruz
nos salvó, al instituir la Eucaristía la víspera de su muerte, quiso en ella
dejarnos un vivo recuerdo de la Pasión. El altar viene siendo como la
prolongación del Calvario, y la misa anuncia la muerte del Señor. Porque en
efecto, allí está Jesús como una víctima, pues las palabras de la doble
consagración nos dicen que primero se convierte el pan en Cuerpo de Cristo, y
luego el vino en Su Sangre, de manera que, ofrece a su Padre, en unión con sus
sacerdotes, la sangre vertida y el cuerpo clavado en la Cruz.
La Hostia santa se convierte en «trigo que
nutre nuestras almas». Como Cristo al ser hecho Hijo de recibió la vida eterna
del Padre, los cristianos participan de Su eterna vida uniéndose a Jesús en el
Sacramento, que es el símbolo más sublime, real y concreto de la unidad con la
Víctima del Calvario.
Esta posesión anticipada de la vida divina acá
en la tierra por medio de la Eucaristía, es prenda y comienzo de aquella otra
de que plenamente disfrutaremos en el Cielo, porque «el Pan mismo de los
ángeles, que ahora comemos bajo los sagrados velos, lo conmemoraremos después
en el Cielo ya sin velos» (Concilio de Trento).
Veamos en la Santa Misa el centro de todo
culto de la Iglesia a la Eucaristía, y en la Comunión el medio establecido por
Jesús mismo, para que con mayor plenitud participemos de ese divino Sacrificio;
y así, nuestra devoción al Cuerpo y Sangre del Salvador nos alcanzará los
frutos perennes de su Redención.
ORACIÓN
Oh, Dios, que en este admirable sacramento nos
dejaste el memorial de tu Pasión, concédenos venerar de tal manera los sagrados
misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que podamos experimentar siempre en
nosotros los frutos de tu redención.
Tú que eres Dios, y vives y reinas
con el Padre y el Espíritu Santo en unidad por los siglos de los siglos.
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