III SEMANA DEL TIEMPO
ORDINARIO
Santoral de la semana
Santos del 13 al 19 de febrero 2023
Lunes, 13
Beato Jordán de Sajonia
Nació en Burgherg (Westfalia) en torno al año 1190 hijo de los condes de Ebernstein. Comenzó sus estudios formalmente en la Universidad de Paris, en el año 1210, donde logró obtener el grado de maestro en artes y bachiller en teología.
Fue el primer y más joven sucesor del fundador Santo, Domingo de Guzmán
como Maestro General de la Orden de Predicadores. Participo en varios capítulos
de la orden antes de llegar a ser maestro, y le fue consejero del papa Gregorio
IX. Es autoría de Jordano la primera biografía de Santo Domingo.
Al año siguiente en 1220, tomó los hábitos en el convento de Saint-Jacques
de parís, para poder pertenecer a la Orden de los predicadores. A finales de
ese mismo año se llevó a cabo el primer capítulo general de la Orden, que tuvo
lugar en Babilonia, donde se propusieron a enseñar la Sagrada Escritura a los
frailes de París, y Jordano siendo tan solo un novicio logró participar.
Poco tiempo después se llevó a cabo una organización de provincias por la
Orden, donde Jordano quedo encargado de la provincia de Lombardía. En el año
1222 murió Santo Domingo de Guzmán, y es entonces cuando Jordano con tan solo
32 años, es elegido como el nuevo Maestro de la Orden de Predicadores y
desempeño sus funciones con muchas actividades y eficacia.
En 1237 zarpó en barco de Tierra
Santa una provincia dominicana, con el fin de regresar a Nápoles, sin embargo
murió frente a las costas de Siria, el 13 de febrero de ese año en un
naufragio. El 10 de mayo de 1829, fue confirmado su culto por el papa León XII.
ORACIÓN
Dios nuestro, que
llamaste a tu servidor el Beato Jordán de Sajonia para vivir en el seguimiento
de Cristo, concédenos, por su intercesión, que apartándonos de todo egoísmo podamos
unirnos a ti de todo corazón. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Martes, 14
San Cirilo, monje y San Metodio, Obispo
> Patronos de Europa <
Eran hermanos, nacidos
en Tesalónica (Grecia), misioneros, oriundos de la Iglesia Bizantina, que, en
el siglo IX, en los tiempos difíciles del gran cisma del Oriente cristiano,
evangelizaron a los pueblos eslavos de la Europa oriental. Tradujeron las
sagradas Escrituras y celebraron la liturgia en lengua eslava, adaptando así el
Evangelio a las diversas culturas. El papa Nicolás I confirmó su misión y
alentó sus trabajos. Juan Pablo II los proclamó en 1980, junto a san Benito,
patronos de Europa. San Cirilo hizo brillantes estudios en Constantinopla. En
unión de su hermano Metodio se dirigió a Moravia a predicar la fe. Entre los
dos publicaron los textos litúrgicos en lengua eslava, escritos en caracteres
«cirílicos», como después se designaron. Llamados a Roma, Cirilo murió allí el
14 de febrero del año San Metodio, consagrado obispo, marchó a Panonia, donde desarrolló una
infatigable labor de evangelización. Tuvo que sufrir mucho a causa de los
envidiosos, pero contó siempre con el apoyo de los papas. Murió el 6 de abril
del año 885 en la ciudad checoslovaca de Vellehrad.
Oración
Oh Dios, que
iluminaste a los pueblos eslavos mediante los trabajos apostólicos de los
santos hermanos Cirilo y Metodio, concédenos la gracia de aceptar tu palabra y
de llegar a formar un pueblo unido en la confesión y defensa de la verdadera
fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Miércoles, 15
San Claudio de la Colombière
- Jesuita -
Nació en 1641 en St-Symphorien d'Ozon
(Francia). Ingresó en la Compañía de Jesús y pronto, en París, lo eligieron
preceptor de los hijos de Colbert, ministro de Finanzas de Luis XIV. Ordenado
de sacerdote, regresó a Lyon, donde se dedicó a la predicación y dirección de
la Congregación Mariana. En 1675, fue nombrado rector del colegio de
Paray-le-Monial; allí, en el monasterio de la Visitación, Margarita María de
Alacoque vivía momentos difíciles en su misión de difundir la devoción al
Corazón de Jesús. El P. La Colombière supo discernir los planes de Dios, y la
apoyó y guió con acierto. Poco después, marchó a Londres como predicador de
María Beatriz, esposa del duque de York, futuro rey, que era una católica en un
entorno protestante. El encargo era delicadísimo, pero Claudio cumplió su cometido
e instruyó en la fe a no pocas personas que habían abandonado la Iglesia
romana. En 1678 fue acusado de conspiración papista, encarcelado y expulsado de
Inglaterra. Enviado nuevamente a Paray, falleció el 15 de febrero de 1682.
ORACIÓN
Señor y Padre nuestro, tú que hablaste al corazón de tu
fiel servidor, San Claudio de la Colombiére, para que fuese testigo de la
abundancia de tu amor; haz que los dones de tu gracia iluminen y consuelen a tu
Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Jueves,
16
Beato José Allamano
- Misionero de la Consolata -
Nació en Castelnuovo
d'Asti (Piamonte, Italia) el año 1851, de familia campesina. Era sobrino de san
José Cafasso y tuvo a san Juan Bosco de confesor y guía espiritual en Turín,
donde ingresó en el seminario y, en 1873, recibió la ordenación sacerdotal. Era
frágil de salud, pero inteligente y tenaz. Su primer destino fue el seminario
diocesano. En 1880 fue nombrado rector de la Consolata, el santuario más
querido de los turineses. Allí promovió el culto mariano, reabrió el
convictorio sacerdotal anejo al santuario para fomentar la formación y santidad
de los sacerdotes. Desde joven había sentido la vocación misionera y
consideraba imprescindible avivar en la Iglesia el amor a las misiones. Con
paciencia y tenacidad fue desarrollando su proyecto que desembocaría en una
doble congregación: en 1901 nació el Instituto de la Consolata para las
Misiones Extrajeras, y años más tarde, en 1910, comenzó el nuevo instituto de
hermanas misioneras. Murió en Turín el año 1926, y lo beatificó Juan Pablo II
en 1990.
ORACIÓN
Dios nuestro, que otorgaste al beato José Álamo, la gracia de imitar a Cristo pobre y humilde, concédenos por sus ruegos que viviendo con fidelidad nuestra vocación, podamos alcanzar aquella perfección que tu Hijo nos propuso con su ejemplo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
Viernes, 17
Los siete Santos
Fundadores
de la Orden de los Siervos de la Virgen María
Que son Bonfilio, Bartolomé, Juan, Benito,
Gerardino, Ricóvero y Alejo
Falconieri; éste murió, último
de todos ellos, el 17 de febrero de 1310, y en ese día los celebramos a todos.
Hacia el año 1233, cuando Florencia vivía agitada por las luchas fratricidas,
siete ciudadanos nobles, comerciantes, miembros de una asociación seglar de
devotos de la Virgen, unidos por el ideal evangélico de la comunión fraterna y
del servicio a los pobres, decidieron abandonar sus negocios y retirarse a
llevar vida eremítica en el monte Senario, cerca de Florencia, con particular
dedicación al culto de la Virgen. Más tarde se dedicaron a predicar por toda la
Toscana. Muchas personas acudían a ellos en busca de consuelo o de consejo, y
no pocos deseaban compartir su forma de vida. Por eso decidieron fundar la
Orden de los Siervos de la Virgen María, los «Servitas», que adoptó la Regla de
San Agustín y fue reconocida definitivamente por la Santa Sede el año 1304.
ORACIÓN
Señor, infunde en nosotros el espíritu de amor que llevó a estos santos hermanos a venerar con la mayor devoción a la Madre de Dios, y les impulsó a conducir a tu pueblo al conocimiento y al amor de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Sábado, 18
San Eladio
- Obispo de Toledo
Arzobispo importante
por su cometido entre los visigodos toledanos de su tiempo. Tuvo el buen gusto
de admitir al diaconado a san Ildefonso que le sucedería también en la sede
arzobispal de Toledo. Pasó dieciocho años al servicio de los cristianos como sucesor
de los Apóstoles, desde que murió Aurasio, su antecesor en el mismo ministerio,
y construyó también el templo de santa Leocadia.
Su padre llevó antes que él
su nombre y ocupaba un cargo importante en la Corte. En familia de buenos
cristianos nació Eladio, en Toledo, pasando la segunda mitad del siglo VI.
Llega a sobresalir tanto en el cuidado de los negocios y tan merecedor es de
confianza que el rey lo nombra administrador de sus finanzas y un antecedente de
los Administradores. No se le sube a la cabeza de
mala manera el honor, ni las riquezas, ni el poder que su cargo conlleva. No,
no se dejó deslumbrar por la grandeza. Desde siempre era conocida su devoción y
la fidelidad a las prácticas de vida cristiana. San Ildefonso dice de él que
«aunque vestía secular, vivía como un monje».
Y no le faltaba
razón, porque frecuentaba el retiro
monacal del monasterio Entre los afanes de las cuentas, recaudaciones, ajustes y distribución de
dineros le llega la hora de la vocación a cosas más altas. Hay un cambio de
negocio y quien lo propone es el Señor. Con voluntad desprendida deja bienes,
afanes terrenos, comodidades, familia y mucho honor. Tomado hábito, a la muerte
del abad, los monjes le eligen para esa su misión. Después viene otra muerte, porque así
vamos pasando los hombres. Se resiste Eladio a aceptar la distinción de
arzobispo, pero la silla toledana necesita un sucesor después de la muerte de
Aurasio. Los años no son obstáculo para reformar el estamento eclesiástico,
mejorar el estado secular y cuidar el culto divino. Como obispo no puede
olvidar a los más necesitados en lo material porque sin caridad no hay
cristianismo creíble; y es en este punto donde su discípulo y sucesor Ildefonso
escribe: «Las limosnas y misericordias que hacía Eladio eran tan copiosas que
era como si entendiese que de su estómago estaban asidos como miembros los
necesitados, y de él se sustentaban sus entrañas»; este era un motivo más para
cuidar la austeridad de su mesa arzobispal, debía ser frugal en la comida para no defraudar a los
pobres.
Aún tuvo más entresijos su vida; negoció delicadamente con Sisebuto la
ardua cuestión que planteaba la convivencia diaria entre las comunidades de
judíos y cristianos que era fuente permanente de conflictos religiosos y de
desorden social. Murió el 18 de febrero del año 632.
ORACIÓN
Dios nuestro, que llamaste a tu servidor para vivir en el seguimiento de Cristo, concédenos, por su intercesión de San Eladio, Arzobispo de Toledo, que apartándonos de todo egoísmo podamos unirnos a ti de todo corazón. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Domingo, 19
VII del Tiempo Ordinario
San Conrado Confalonieri de Piacenza
Nació en Piacenza (Italia) hacia el año 1290, de
familia noble. Fue amante de la vida mundana y de la caza. En una cacería
ordenó a sus criados que prendieran fuego al matorral donde se habían escondido
unas piezas. El fuego se extendió y arrasó campos y casas. Conrado volvió a la
ciudad sin que nadie lo viera. Acusado del incendio un hombre pobre, fue
condenado a muerte. Esto hizo reflexionar a Conrado, que se declaró culpable y
tuvo que satisfacer con sus bienes los daños causados. Él y su mujer quedaron
en la miseria, pero vieron en ello la mano de Dios y decidieron consagrarse al
Señor. Ella entró en las clarisas y él optó por la vida de ermitaño. Vistió el
hábito de la Tercera Orden de San Francisco. Peregrinó por Roma y Malta, llegó
a Sicilia y se estableció en Noto. Atendió a los enfermos del Hospital hasta
que, para huir de sus devotos, se retiró en un eremitorio cercano. Allí murió
el 19 de febrero de 1351.-
ORACIÓN
Oh Señor, justo y bueno, que llamaste a la vida de
retiro y penitencia a san Conrado, movido por el sentido de la justicia, te
pedimos, por su intercesión, valorar en su justa medida las cosas de este
mundo, y anhelar las del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Confeccionado por Franja y Allen-Perkins, el amigo fiel
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