Santos del 2
de al 8 de Octubre 2023
XXVI Semana del Tiempo Ordinario
Santoral de la semana
Lunes, 2
Santos Ángeles Custodios
La tradición bíblica nos presenta a los ángeles
como ministros o funcionarios de Dios, mensajeros de su voluntad y ejecutores
de sus órdenes, que por designio divino son los custodios, guardianes o
protectores de los hombres. San Francisco de Asís, según nos cuenta su biógrafo
Tomás de Celano, «tenía en muchísima veneración y amor a los ángeles, que están
con nosotros en la lucha y van con nosotros entre las sombras de la muerte.
Decía que a tales compañeros había que venerarlos en todo lugar; que había que
invocar, cuando menos, a los que son nuestros custodios. Enseñaba a no ofender
la vista de ellos y a no osar hacer en su presencia lo que no se haría delante
de los hombres. Y porque en el coro o capilla se salmodia en presencia de los
ángeles, quería que todos cuantos hermanos pudieran se reunieran en el coro y
salmodiaran allí con devoción» (2 Cel 197).
ORACIÓN
Oh Dios, que en tu providencia amorosa te has dignado enviar para nuestra custodia a tus santos ángeles, concédenos, atento a nuestras súplicas, vernos siempre defendidos por su protección y gozar eternamente de su compañía. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Martes, 3
San Francisco
de Borja
Nació en Gandía, provincia de Valencia (España), el
año 1510. Gran privado del Emperador Carlos V y caballerizo de la emperatriz
Isabel, vivió ejemplarmente en palacio. La vista del cadáver de la emperatriz
le impulsó a despreciar las vanidades de la corte. Suya es la frase famosa: «No
quiero servir a señor que se me pueda morir». Fue virrey de Cataluña y duque de
Gandía. En 1529 contrajo matrimonio con Leonor de Castro, y tuvieron ocho
hijos. Después de la muerte de su esposa, acaecida en 1546, que acabó de
desligarlo del mundo, fue recibido por san Ignacio en la Compañía de Jesús, de
la que llegó a ser superior general, después de haberse dedicado, ya sacerdote,
al apostolado y a los asuntos de la naciente Compañía. Se distinguió, sobre
todo, por su profunda humildad. Dio gran impulso a las misiones, especialmente
de América. Murió en Roma el 30 de septiembre de 1572.
ORACIÓN
Señor y Dios nuestro, que nos mandas valorar los bienes de este mundo según el criterio de tu ley, al celebrar la fiesta de san Francisco de Borja, tu siervo fiel y cumplidor, enséñanos a comprender que nada hay en el mundo comparable a la alegría de gastar la vida en tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Miércoles, 4
Nació en
Asís (Italia) hacia 1182, hijo de un rico mercader de telas. De joven ayudó a
su padre en el comercio y fue el rey de la juventud. Participó en la guerra de
su ciudad contra Perusa; la cárcel que sufrió y la enfermedad que contrajo le
iniciaron en un nuevo camino, por el que Dios lo fue conduciendo hasta su plena
conversión. Renunció a su herencia, abrazó la vida evangélica, se desposó con
Dama Pobreza, atendió a pobres y a leprosos. Se le unieron compañeros con los
que se presentó al Papa: Inocencio III aprobó su forma de vida, que consistía
en seguir las huellas de Cristo que adora al Padre, ama todo y a todos, predica
incansablemente la penitencia y conversión. Junto con santa Clara fundó la
Segunda Orden, la de las Clarisas, y a los seglares les dio directrices para
vivir el Evangelio en su estado y condición, la Tercera Orden. En 1223, Honorio
III aprobó su Regla definitiva. En septiembre de 1224, sobre el monte Alverna,
las Llagas de Cristo quedaron impresas en el cuerpo de Francisco, quien murió
en la Porciúncula al atardecer del 3 de octubre de 1226. Gregorio IX lo
canonizó en Asís el 16 de julio de 1228.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre san Francisco la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Jueves, 5
TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIAS Y DE PETICIÓN
Días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual. Son una ocasión que presenta la Iglesia para rogar a Dios por las necesidades de los hombres, principalmente por los frutos de la tierra y por los trabajos de los hombres, dando gracias a Dios públicamente. Desde antiguo, y hasta la última reforma litúrgica, la Iglesia celebraba las «Cuatro Témporas», correspondientes a las cuatro estaciones del año, en tres días sucesivos. En la actualidad, las Témporas se celebran al menos el día 5 de octubre, y es aconsejable celebrarlas también en otros dos días de la misma semana. Son días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, de quien procede todo bien, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual. Son una ocasión que presenta la Iglesia para rogar a Dios por las necesidades de los hombres, principalmente por los frutos de la tierra y por el trabajo humano, dando gracias a Dios públicamente. Cuando las Témporas se celebras en tres días, el primero se centra en la acción de gracias, el segundo es un día penitencial, y el tercero se consagra a la petición por la actividad humana.
ORACIÓN
Señor Dios, Padre lleno de amor, que diste a nuestros padres de Israel una tierra buena y fértil, para que en ella encontraran descanso y bienestar, y, con el mismo amor, nos das a nosotros fuerza para dominar la creación y sacar de ella nuestro progreso y nuestro sustento, al darte gracias por todas tus maravillas, te pedimos que tu luz nos haga descubrir siempre que has sido tú, y no nuestro poder, quien nos ha dado fuerza para crear las riquezas de la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Viernes, 6
* * * Primer viernes de mes * * *
San Bruno
- Fundador de los cartujos -
Nació en Colonia
(Alemania) hacia el año 1035. Formado y ordenado de sacerdote en Reims
(Francia), el arzobispo le encargó la dirección de los estudios y escuelas de
su diócesis. Fue maestro de Teología y sus comentarios de la Escritura fueron
bien acogidos. Pero Bruno buscaba otra cosa y se fue a Molesme, donde estaba
naciendo la reforma Cisterciense. Deseoso de mayor silencio y soledad, en 1084
fundó un pequeño eremitorio en el lugar salvaje y casi inaccesible del desierto
de la Cartuja, cerca de Grenoble, que iba a servir de modelo para las Cartujas
de todo el mundo. El año 1090 Urbano II le ordenó ir a Roma para el servicio de
la Sede Apostólica. La vocación del Santo era otra. El Papa lo comprendió y le
permitió retirarse al desierto, sin salir de Italia. Aquel mismo año marchó
Bruno a la soledad de Squillace (Calabria), y allí se durmió en la paz del
Señor, en el monasterio de La Torre, el 6 de octubre de 1101.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, tú que llamaste a san Bruno para que te sirviera en la soledad, concédenos, por su intercesión, que, en medio de las vicisitudes de este mundo, vivamos entregados siempre a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Sábado, 7
Nuestra Señora, la Virgen del Rosario
Esta conmemoración fue
instituida por el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida
por los cristianos en la batalla naval de Lepanto (1571), victoria atribuida a
la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este
día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía
de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la
encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios. «El mes
de octubre -dice Juan Pablo II- es el mes de María, mes del rosario. Hubo un tiempo
en que esta plegaria sencilla y profunda, rezada en particular y en familia, se
hallaba muy difundida en el pueblo cristiano. ¡Cuánto beneficiaría, si también
hoy se redescubriera y valorara, especialmente en el seno de los hogares! Ayuda
a contemplar la vida de Cristo y los misterios de la salvación; aleja los
gérmenes de la disgregación familiar, gracias a la incesante invocación a la
Virgen; y es vínculo seguro de comunión y de paz. Exhorto a todos, y de modo
especial a las familias cristianas, a encontrar en el santo rosario el consuelo
y el apoyo diarios para avanzar por el camino de la fidelidad».
ORACIÓN
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, y con la intercesión de la Virgen María, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Domingo, 8
XXVII del Tiempo Ordinario
Nuestra Señora del Buen Remedio
- Patrona de los PP. Trinitarios –
Según cierta tradición, el tercer general de la Orden, Fray Guillermo el Escocés (+1222), fue el primero en inculcar el culto mariano bajo esta advocación. De notar que, en el lenguaje medieval, los verbos «redimere» y «remediare» y los sustantivos «redime» y «remede», tenían un significado similar: redimir, rescatar; rescate, remedio (en su alcance de salvación, liberación). Esto explica que, en los escritos de los siglos XVI-XVIII, se le den a la patrona los tres títulos: «del Remedio», «del Rescate», «de la Redención».
La
representación más antigua hoy conservada es una imagen románica, que
perteneció a la primera casa de los trinitarios en Marsella. Está la Virgen
sentada, con el Niño sobre el brazo izquierdo y con una bolsa de dinero en el
derecho. La bolsa es alusiva a una presunta aparición de la Virgen en Valencia a San
Juan de Mata para hacerle entrega de una cantidad de dinero que necesitaba con
urgencia para concluir un rescate de cautivos.
El Capítulo General de 1230 ratificó la veneración de la Virgen María (sin título preciso) como patrona de la Orden. Es, sobre todo, a partir del siglo XV cuando se desarrolla una creciente atención hacia la Virgen del Buen Remedio (o del Remedio), a cuya advocación se dedican iglesias, altares, cofradías, etc.
El Capítulo General de 1688 mandó venerar a la Virgen como patrona bajo el título «del Remedio», dedicándole en cada convento un altar y celebrando su fiesta el 7 de octubre, con sermón y particular solemnidad. El 1921, Fray Javier de la Inmaculada, Ministro General, proclama el patronazgo de la Virgen del Buen Remedio sobre toda la Orden. Y este dato se incluye en las Constituciones de la Orden de 1933. Con la Carta Apostólica «Sacrarium Trinitatis», del 10 de marzo de 1961, Juan XIII ha dado carácter oficial en la Iglesia a dicho título y patronazgo. En la Familia Trinitaria, María es vista, por un lado, como modelo y guía de una vida totalmente consagrada a la Trinidad. Y por otro, como modelo, guía y madre providente de un apostolado evangélico orientado a los pobres y a los creyentes perseguidos. El trinitario la contempla y la abraza en su condición de «trinitaria» cabal y de madre «corredentora» unida a Cristo. Y se confía a su «mediación maternal» para ser configurado con Cristo trinitario-redentor y entregarse al pobre y al oprimido con el espíritu del «Magníficat».
ORACIÓN
Dignaos,
amabilísima Madre, sellar con vuestro nombre el memorial de las súplicas nuestras, dándonos el consuelo de que lo atienda benignamente
vuestro Hijo Jesús, para que alcancemos aburrimiento grande a todas las
vanidades del mundo, firme afición a la virtud, y ansias continuas de nuestra eterna salvación. Amén.
Confeccionado por Franja y Állen.Perkins
el Amigo fiel
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