Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
SANTOS DEL 12 AL 19 DE
ENERO 2015
II Semana del
Tiempo Ordinario
LUNES, 12
San Arcadio de Mauritania
La Iglesia celebra el nacimiento al
cielo de San Arcadio, quien fue martirizado en la persecución del emperador
Diocleciano en el año 304, en Mauritania (hoy Argelia), al norte de África.
Arcadio, eminente ciudadano, al
darse cuenta de todo esto, se ocultó en las montañas para no comprometer a su
familia al negarse a adorar ídolos. En su retiro, Arcadio oraba, ayunaba y,
cuando podía, ayudaba a sus hermanos cristianos. Pero por su condición
distinguida en la población, su ausencia no pudo pasar mucho tiempo
inadvertida. La policía llegó a su casa y se llevó a uno de sus familiares como
rehén, amenazando que si Arcadio no aparecía, moriría su familiar.
Cuando Arcadio se enteró de esto,
regresó de su retiro en la montaña y se presentó ante el tribunal pidiendo que
lo apresaran a él pero que dejaran libre a su familiar. El juez le prometió la
libertad para él y para su pariente si adoraba ídolos y les quemaba incienso.
Arcadio respondió: "Yo sólo adoro al Dios Único del cielo y a su Hijo
Jesucristo". Su pariente fue puesto en libertad, pero él fue a la prisión.
Los jueces dispusieron convencerlo a
base de amenazas y le dijeron que si no dejaba de ser cristiano lo
despedazarían cortándole manos y pies, pedazo por pedazo. Arcadio respondió:
"Pueden inventar todos los tormentos que quieran contra mí. Pero estén
seguros de que nadie ni nada me apartará del amor de Jesucristo. Espero no
traicionar nunca mi fe. Es tan alto el premio que espero en el cielo, que los
tormentos de la tierra me parecen pocos con tal de conseguirlo".
Le presentaron entonces ante sus
ojos todos los instrumentos con los cuales acostumbraban torturar a los
cristianos para que renunciaran a su religión: garfios de hierro afilados,
látigos con puntas de plomo, carbones encendidos, etc., etc. Pero nuestro
mártir no se dejó asustar y continuó diciendo que prefería morir antes que ser
infiel a la religión de Cristo.
Entonces el tribunal decreta que sea
despedazado a cuchilladas, primero los brazos, pedazo por pedazo, y luego los
pies. Así lo hacen. Arcadio siente que su cuerpo se estremece de dolor, pero al
mismo tiempo recibe en su alma una fuerza tal del Espíritu Santo que lo mueve a
ofrecer cada miembro cortado a Dios entonando himnos de adoración y acción de
gracias. Los que están allí presentes se estremecen ante tan enorme valentía.
Cuando le presentan ante sus ojos todos los
pedazos de manos y de pies que le habían quitado a cuchilladas, exclama:
"Dichoso cuerpo mío que ha podido ofrecer este sacrificio a mi Señor
Jesucristo". Y dirigiéndose a los presentes les dice: "Los
sufrimientos de esta vida no son comparables con la gloria que nos espera en el
cielo. Renuncien a hacer sacrificios a los ídolos. Sólo hay un Dios verdadero:
nuestro Dios que está en el cielo. Y un sólo Señor: Jesucristo, Nuestro
Redentor".
Y quedó suavemente dormido, muerto como mártir
de Cristo. Los paganos se quedaron maravillados de tanto valor, y los
cristianos recogieron su cadáver y empezaron a honrarlo como a un gran santo.
ORACIÓN
Señor Dios Omnipotente: te pedimos el favor de poder exclamar como tu
mártir San Arcadio: "Primero lograrán sacar de mi cuerpo el corazón, que
sacar de mi alma el amor hacia Jesucristo". Haz que la esperanza del
premio que nos espera en el cielo nos lleve a resistir con valentía contra los
enemigos de nuestra alma. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
MARTES, 13
San Hilario
Obispo y doctor de la Iglesia.
Nació en Poitiers (Francia), de una distinguida familia pagana,
a principios del siglo IV. Recibió una excelente formación. Estaba casado y
tenía una hija, que abrazaron la fe cristiana junto con él. Hacia el año 350
fue elegido obispo de su ciudad natal. Luchó valerosamente contra los arrianos,
proclamando con firmeza la divinidad de Jesucristo, y fue desterrado a Oriente
por el emperador Constancio. Teólogo, historiógrafo y exégeta bíblico, escribió
varias obras admirables por su sabiduría y doctrina, entre ellas el tratado De
Trinitate, destinadas a consolidar la fe católica y a interpretar la Sagrada
Escritura. Regresó a Poitiers, y allí murió el año 367.
ORACIÓN
Concédenos, Dios
todopoderoso, progresar cada día en el conocimiento de la divinidad de tu Hijo
y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y
doctor san Hilario. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
MIÉRCOLES, 14
San Juan de Ribera
Nació en Sevilla el año 1533 de familia noble. Estudió en
Salamanca y Pío IV, en 1562, lo nombró obispo de Badajoz antes de la edad
canónica de treinta años. Su autoridad entre los obispos se mostró en el sínodo
de Compostela de 1565. En 1568 San Pío V lo honró con el título de Patriarca de
Antioquía y lo nombró arzobispo de Valencia. Sirvió a su grey hasta la muerte
mediante la palabra, los escritos y la administración de los sacramentos. Se
esforzó por la evangelización de los infieles y la moralización de la sociedad.
Destacaron en él las cualidades pastorales, caritativas y sacerdotales en toda
la amplitud de la palabra. Celebró varios sínodos y recorrió varias veces la
diócesis en visita pastoral. Felipe III lo tuvo en Valencia como Virrey.
Admirable fue su devoción hacia el Santísimo Sacramento, y ante él pasaba todos
los días varias horas en oración; fundó la iglesia y colegio de Corpus Christi.
Murió en Valencia el 6 de enero de 1611. En Valencia y otros lugares, su
memoria se celebra el 14 de enero.
ORACIÓN
Oh Dios, que hiciste
admirable al obispo Juan de Ribera en el celo pastoral y en el amor al divino
sacramento del cuerpo y sangre de tu Hijo; te suplicamos que, por su
intercesión, nos hagas perennemente participantes del fruto de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
JUEVES, 15
San Francisco Fernández de Capillas
Protomártir de China. Nació
en Baquerín de Campos (Palencia, España) el año 1607. En 1623 ingresó en los
dominicos y, en 1631, siendo aún diácono, marchó a Filipinas donde recibió la
ordenación sacerdotal y estuvo misionando casi diez años. Tras unos meses de
aprendizaje de la lengua y de las costumbres chinas, llegó a Fugian en 1642. La
situación de aquella Iglesia era precaria y la persecución religiosa acechaba
de continuo; además, nuestro misionero contrajo las fiebres cuartanas. Durante
seis años dedicó sus desvelos, de la forma y manera que las circunstancias
permitían, a las comunidades cristianas de Xeunin y de los pueblos vecinos. Un
día, cuando después de atender a los enfermos se dirigía a su escondite, fue
detenido por los Tártaros. Ante el tribunal confesó su fe y se reafirmó en la
misma. Sufrió dos meses de crueles y refinados tormentos en la cárcel, y el 15
de enero de 1647 lo degollaron. Fue canonizado, junto con otros mártires de
China, el año 2000.
ORACIÓN
Dios todopoderoso y
lleno de misericordia, que concediste a san N. superar los tormentos del
martirio, concédenos, a quienes celebramos su triunfo, no sucumbir nunca a los
ataques del enemigo.Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
VIERNES, 16
Santos Berardo y compañeros, mártires.
En 1219 san Francisco envió a muchos frailes a misiones. Entre
ellos estaban nuestros cinco santos, Berardo, Pedro, Acursio, Adyuto y Otón,
todos ellos de Umbría, que bajo la guía de fray Vidal fueron enviados a Al
Ándalus y al Magreb. En Aragón cayó enfermo fray Vidal, y los otros cinco
hermanos continuaron viaje a Coimbra, donde estaba la corte portuguesa, para
pasar luego a tierras de musulmanes. Ya en Sevilla pretendieron predicar en
público el Evangelio y entrar en la mezquita, pero fueron apresados y
expulsados. Llegaron a Marruecos y en Marrakech continuaron predicando la fe
cristiana, por lo que fueron detenidos, encarcelados y torturados. Ante su
reiterada negativa a abdicar de Cristo, el sultán los condenó a muerte y él
mismo los degolló el 16 de enero de 1220. El infante don Pedro de Portugal
trasladó a Coimbra sus restos, ante los que san Antonio decidió pasarse a la
Orden Franciscana. Se dice que san Francisco, al enterarse del martirio,
exclamó: « ¡Ya puedo decir que tengo cinco auténticos hermanos menores! ».
ORACIÓN
Señor todopoderoso,
que santificaste los comienzos de la Orden Franciscana con la sangre de sus
primeros mártires, los santos Berardo y compañeros, concédenos que, a ejemplo
de ellos, sepamos mantenernos firmes en la fe, y con nuestra vida demos
testimonio de ti ante los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
SÁBADO, 17
San Antonio Abad
Este ilustre padre del monaquismo nació en Egipto, de padres
nobles y acomodados, alrededor del año 250. A la muerte prematura de éstos,
quedó al cuidado de una hermana menor y de la hacienda. Siguiendo la llamada de
Cristo en el Evangelio, buscó un buen acomodo para su hermana en un grupo de
vírgenes y repartió sus bienes entre los pobres, hecho lo cual se retiró a una
ermita de las afueras de su pueblo; quince años después marchó a las montañas y
finalmente se estableció en el desierto de la Tebaida. Llevó una vida
consagrada a la oración y la penitencia, y fue por mucho tiempo terriblemente
tentado por el espíritu maligno. La gente acudía a él en busca de consejo y
consuelo. Muchos se quedaban a vivir cerca de él, siguiendo su ejemplo. Tuvo
numerosos discípulos. Trabajó por el bien de la Iglesia, confortando la fe de
los cristianos durante la persecución de Diocleciano, y apoyando a San Atanasio
en su lucha contra el arrianismo. Murió el año 356.
ORACIÓN
Señor
y Dios nuestro, que llamaste al desierto a san Antonio, abad, para que te
sirviera con una vida santa, concédenos, por su intercesión, que sepamos
negarnos a nosotros mismos para amarte a ti siempre sobre todas las cosas. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén
DOMINGO, 18
II del Tiempo Ordinario
Santa Margarita de Hungría
Hija de Bela IV, rey de Hungría, nació en Turoc (Dalmacia) el
año 1242. Sus padres hicieron voto de consagrarla a Dios si liberaba a su
patria de los tártaros. Desde pequeña se educó en las dominicas, en el
monasterio de Santa María, fundado por su padre junto a Buda, en el que hizo la
profesión religiosa en 1254. Es una de las grandes místicas medievales de
Hungría. En la vida conventual, realizaba las tareas más humildes, con gran
espíritu de pobreza y mortificación. No tenía una gran cultura, pero desde niña
se hacía leer las Escrituras y se confiaba a la guía espiritual de su confesor,
el dominico P. Marcelo, que fue Provincial de Hungría. Rezaba siempre las
mismas oraciones y tenía una particular devoción a la Pasión de Cristo y a la
Eucaristía. Llegó a un alto grado de contemplación, acompañada de visiones y
otros dones de Dios. Murió el 18 de enero de 1270 en su convento.
ORACIÓN
Señor, tú que
otorgaste a santa Margarita de Hungría la gracia de imitar con fidelidad a
Cristo pobre y humilde, concédenos también a nosotros, por intercesión de esta
santa, la gracia de vivir fielmente nuestra vocación, para que así tendamos a
la perfección que tú nos has propuesto en la persona de tu Hijo. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Confeccionado por Franja y Állen-Perkins.
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