lunes, 12 de octubre de 2015

¿CUÁNDO VIENE LA VIRGEN DEL PILAR? Por Javier Leoz

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona


¿CUÁNDO VIENE LA VIRGEN DEL PILAR?
Por Javier Leoz

También hoy, como hace muchos siglos al Apóstol Santiago, sigue avanzando hasta nosotros en multitud de rasgos y distintas presencias la figura emblemática de Santa María en la advocación “del Pilar”. Se acercó hasta un Apóstol que, abatido por la crudeza y la dureza de los corazones de aquellos primeros siglos, se encorvaba sobre sí mismo bajo el peso de las dificultades.
¡Vino, viene y vendrá la Virgen del Pilar!

1.- Vino la Virgen del Pilar para hacernos entender que la fe se levanta sólidamente sobre el pilar de la esperanza. Que los males y las batallas nunca serán más grandes que la valentía y la fortaleza de los hijos de la fe.
El enemigo del gran tesoro que llevamos en vasijas de barro, el Evangelio, es precisamente la desesperanza. Nunca el hombre ha tenido tanto y nunca como hoy se encuentra tan desorientado y con falta de motivos para creer, vivir y seguir adelante. La Virgen del Pilar nos invita a levantar un nuevo modo de vida sobre el pilar de la fe. El Papa, en la Eucaristía de apertura del Sínodo de la Familia, nos lo recordaba: “Las modas no pueden condicionar la verdad”. La Virgen del Pilar nos recuerda que no es lo mismo la piedra (fortaleza) que da lugar a un gran edificio que la arena movediza sobre la cual no se puede construir nada.

2.Viene la Virgen del Pilar, /aquí/ahora, en las situaciones de búsqueda y de inconformismo ante el mundo. Estamos a punto de iniciar el Año de la Misericordia. Y, como una de sus letanías nos indica, la vemos como Madre de la Misericordia. No podemos permanecer en el pilar de la fe si, a continuación, no construimos el reino de Dios buscando a los que sufren o necesitados. Es decir; tener a María como Madre implica saber buscar las heridas de los que, estando necesitados, son en Dios hermanos.

3.- Vendrá la Virgen del Pilar, en los hombres y mujeres que anuncien (más allá de la propia comodidad y de los intereses personales, ideológicos, partidistas o con el falso disfraz del progresismo o modernismo) un mundo con los esquemas de Jesucristo. Un mundo en el que, el Evangelio, sea un cauce para llevar adelante todo lo que otros discursos son incapaces de realizar.
La Virgen del Pilar, lejos de dormir, se mantiene despierta y navegante a las orillas del Río Ebro en Zaragoza. Nos sigue refrescando y recordando en sus aguas, a veces tranquilas y cuando no tempestuosas, que el Evangelio es una corriente que vive y corre en aquellos que la han aceptado con alegría y que, luego, son capaces de propagarlo con ilusión, coherencia y valentía.

La Virgen del Pilar, no solamente “vino”….sigue estando presente y operativa en todo creyente que se acerca hasta Ella para hacer más pura, testimonial y nítida la fe
La Virgen del Pilar, lejos de enmudecer, habla en lenguaje y clave moderna constituyendo un elemento importante de orgullo y de identidad en el mundo hispano y católico. Vivir y legislar, en contra de esta realidad, sería hacer flaco favor a nuestra historia y quedarnos en una visión corta y cobarde de la presencia del hecho y del acontecimiento pilarista en gran parte del mundo.

3.- Felicitamos, no podría ser de otra manera, a nuestros hermanos de Aragón que desde los primeros siglos de la era cristiana sintieron el manto protector de María. A todos los hombres y mujeres de habla hispana que, con su lengua, promocionan el bienestar, el entendimiento, proclaman su fe o buscan más lo que les une que lo que les separa.

Y finalmente el reconocimiento a todos los institutos civiles y militares que, bajo la protección de la Virgen del Pilar, sienten que su misión es ser garante de concordia, respeto y seguridad.




4.- TÚ, MARIA, PILAR. NOSOTROS PIEDRAS

Tu camino, será nuestro  sendero
Tu meta, nuestro horizonte
Tu verdad, luz en nuestro caminar
Tu tesoro, Cristo: ayer, hoy  y siempre.
Sí;  María. Tú eres “pilar” que nos sostiene
en situaciones de flaqueza y  de ruina
ayúdanos a ser, también  nosotros,
sillares de paz y de  esperanza.
A ser piedras vivas de ese  templo vivo
que está llamado a ser el  mundo
con la fuerza del Evangelio.
¿Nos ayudaras, María?


Sí;  María. Tú eres “pilar”
al que nos agarramos en  tiempos de tormenta
en el que nos apoyamos  cuando la fe tambalea
en el que nos despertamos
cuando la esperanza es  somnolienta.


Sí;  María. Tú eres “pilar” que nos ampara
en situaciones de peligro y  de discernimiento
en batallas no fáciles y sin  tregua
en momentos amargos y noches  oscuras.

Sí;  María. Tú eres “pilar”
Pilar, en pequeño, que nos  lleva a ese otro PILAR
Pilar de fe en Cristo
Pilar de la Resurrección de  Cristo
Pilar de la Salvación de  Cristo
Pilar de lo que nos espera  en el cielo.

Ayúdanos, Virgen y Santa  Madre mía,
a ser piedras que se vayan  colocando
para construir caminos que  conduzcan a los hombres
al destino final que es la  Patria del Cielo.



El P. Javier Leoz, sacerdote de Pamplona

Amén.

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