viernes, 24 de junio de 2016

SANTOS DEL 27 DE Junio al 3 de Julio 1016

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona

SANTOS DEL 27 DE Junio al 3 de Julio 1016


XIII Semana del Tiempo Ordinario

SANTOS DE LA SEMANA

LUNES, 27


San Cirilo de Alejandría
Obispo y Doctor de la Iglesia

Nació el año 370 en Alejandría de Egipto de familia distinguida. Era sobrino del patriarca Teófilo de Alejandría. Abrazó primero la vida monástica, pero, ordenado de sacerdote, acompañó a su tío obispo en sus viajes, y el año 412 le sucedió en el patriarcado, en una de las épocas más difíciles de la Iglesia de Oriente. Era una persona de carácter entero, emprendedor e imperativo, firme en sus convicciones. Combatió con energía las herejías de su tiempo y en especial la de Nestorio, que enseñaba la existencia de dos personas en Cristo, separando en Él la naturaleza divina de la humana, y negando la divina maternidad de María, que sería madre únicamente del hombre Jesús. Cirilo fue figura principal en el Concilio de Éfeso del año 431, en el que se definió que Jesús, Dios y hombre, es uno y el mismo, una sola persona, la divina, y que María es la madre de Dios. Escribió importantes tratados teológicos y numerosas homilías. Murió el año 444.

ORACIÓN
Señor, tú que hiciste de tu obispo san Cirilo de Alejandría un defensor invicto de la maternidad divina de la Virgen María, concédenos a cuantos la proclamamos verdadera Madre de Dios llegar, por la encarnación de tu Hijo, a la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

MARTES, 28


San Ireneo de Lyon

Nació hacia el año 130 y se educó en Esmirna (Turquía), donde fue discípulo de San Policarpo, obispo de aquella ciudad y que había sido discípulo del apóstol san Juan, por lo que enlazó con los tiempos apostólicos. Pero emigró, y el año 177 era presbítero en Lyon (Francia); poco después fue nombrado obispo de dicha ciudad. Se encontró con una Iglesia diezmada por las persecuciones. Aprendió las lenguas de los nativos para poder evangelizarlos. Gran apologista y buen pastor, escribió varias e importantes obras en las que combate las herejías de aquel tiempo y expone la recta doctrina: valoración del Antiguo Testamento a la luz del Nuevo; Cristo, nuevo Adán; la Eucaristía, símbolo y prenda de la resurrección. Fue hombre pacífico y conciliador, que medió eficazmente en el enfrentamiento entre el Papa y las iglesias de Asia Menor por la cuestión de la pascua, evitando un posible cisma. Recibió la palma del martirio, según refiere la tradición, alrededor del año 200.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que otorgaste a tu obispo san Ireneo la gracia de mantener incólume la doctrina y la paz de la Iglesia, concédenos, por su intercesión, renovarnos en fe y en caridad y trabajar sin descanso por la concordia y la unidad entre los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

MIÉRCOLES, 29

Solemnidad San Pedro y San Pablo - apóstoles



San Pedro, Príncipe de los Apóstoles

Es Simón, a quien Jesús cambió el nombre por el de «Cefas» o Pedro. Era de Betsaida, aldea marinera situada a la ribera del mar de Galilea, donde ejercía el oficio de pescador junto con su padre y su hermano Andrés, también apóstol. Fue éste quien lo llevó a Jesús, el cual les dijo: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Estaba casado y tenía un carácter noble, franco y vehemente, como puso de manifiesto en repetidas ocasiones. Estando por Cesarea de Filipo, a preguntas de Jesús, Pedro le respondió: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo», y el Maestro le prometió entonces el Primado: «Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Pedro, en la noche más negra de la historia, negó por tres veces a Jesús; pero enseguida lloró su pecado, volvió al grupo y corrió la mañana de la Resurrección al sepulcro de Cristo, quien, cuando se les apareció más tarde en Galilea, le otorgó el Primado: «Apacienta mis ovejas». Después de Pentecostés, ejerció su apostolado en Jerusalén, Antioquía de Siria y luego en Roma como primer obispo de la misma. Allí fue crucificado, cabeza abajo como los esclavos, durante la persecución de Nerón, el año 64.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, tú que entregaste a la Iglesia las primicias de tu obra de salvación, mediante el ministerio apostólico de san Pedro y san Pablo, concédenos, por su intercesión y sus méritos, los auxilios necesarios para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.




San Pablo
Apóstol de los gentiles

Nació en Tarso (Turquía) y estudió en la escuela de Gamaliel en Jerusalén. Ferviente fariseo, presenció y aprobó el martirio de san Esteban y, llevado de su celo por la ley mosaica, persiguió a los cristianos. Convertido a Cristo en el camino de Damasco, hecho que celebramos el 25 de enero, se retiró al desierto y más tarde visitó a los Apóstoles y se incorporó a la comunidad cristiana. Con algunos compañeros recorrió, en tres largos viajes, amplias regiones de Asia Menor y Europa Oriental fundando numerosas comunidades cristianas. Su acción fue esencial para la extensión de la Iglesia a todas las gentes, más allá del pueblo judío. Sus cartas a las iglesias locales son alimento sustancial del que se nutre la Iglesia en todos los tiempos. Acusado de traicionar la Tradición de sus mayores, los judíos lo entregaron a la autoridad romana para acabar con él, pero Pablo, ciudadano romano, apeló al César, y fue trasladado a Roma. Allí permaneció dos años evangelizando con libertad, hasta que el año 67, durante la persecución de Nerón, fue decapitado en la Vía Ostiense.

ORACIÓN

Señor, tú que nos llenas de santa alegría en la celebración de la fiesta de san Pedro y san Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron fundamento de nuestra fe cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

JUEVES, 30

Santos Protomártires de la Iglesia Romana

«En el circo de Nerón, el año 64 después de Cristo, un número indeterminado de cristianos, pertenecientes a la población residente en Roma, acusados del incendio de la ciudad, fueron quemados vivos, o echados como pasto a las fieras, a causa de su fe. No conocemos sus nombres, pero su memoria permaneció viva en la comunidad creyente de Roma con este único título: “Los primeros mártires: protomártires”. Celebramos su fiesta el 30 de junio, al día siguiente de la memoria de los Santos Pedro y Pablo, porque ellos perecieron en la misma persecución, como primer fruto de la predicación de los Apóstoles y del Obispo de Roma, Pedro» (Juan Pablo II, 21-IV-85).

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que santificaste los comienzos de la Iglesia romana con la sangre abundante de los mártires, concédenos que su valentía en el combate nos infunda el espíritu de fortaleza y la santa alegría de la victoria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


* * *   MES DE JULIO   * * *
VIERNES, 1
Primer Viernes de mes

Santos Justino Orona Madrigal y Atilano Cruz Alvarado

Eran el párroco y el coadjutor de Cuquío (Jalisco, México) y fueron martirizados en el Rancho de las Cruces (Guadalajara) el 1 de julio de 1928. 

Justino REONA nació en Atoyac el año 1877. Estudió en el seminario de Guadalajara y se ordenó de sacerdote en 1904. Trabajó en diversas parroquias y en 1916 lo nombraron párroco de Cuquío. Fueron años de apostolado fecundo en los que también colaboró con el seminario y contribuyó a la fundación de las Clarisas del Sagrado Corazón dedicadas a recoger niñas huérfanas y pobres. 

Atilano nació el año 1901 en Ahuetiche de Abajo. Estudió en los seminarios de Totaliche y Guadalajara, y en casas particulares tras el cierre de los seminarios. Recibió la ordenación sacerdotal en la clandestinidad en 1927, y enseguida lo destinaron a Cuquío. Era humilde y celoso.- Encontrándose el párroco en el Rancho, mandó llamar al coadjutor. 
Estuvieron hablando largamente de la pastoral parroquial y rezaron juntos. 
A las dos de la madrugada llegaron los soldados y golpearon la puerta. Les abrió el párroco, y lo acribillaron a balazos mientas gritaba: ¡Viva Cristo Rey! Luego balearon al coadjutor en su habitación, mientras rezaba con el crucifijo y el rosario en sus manos.

ORACIÓN

Dios todopoderoso y eterno que otorgaste a los santos Justino Orona y Atilano Cruz la gracia de dar la vida por amor a Cristo; ven en ayuda de nuestra debilidad con tu poder divino para que, así como ellos no vacilaron en morir por ti, nosotros podamos confesarte valientemente con el testimonio de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SABADO, 2


San Bernardino Realino

Nació en Carpi, provincia de Módena (Italia), el año 1630, en el seno de una familia acomodada. 
Estudió primero en su casa, y luego en Módena y Bolonia, donde sacó el doctorado en ambos derechos. Ejerció diversos cargos en la administración civil. 
El fallecimiento de su prometida le provocó una crisis sobre su vocación. Se trasladó a Nápoles, como lugarteniente del virrey, y allí conoció a los jesuitas. 
Ingresó en la Compañía de Jesús en 1564 y en 1567 recibió la ordenación sacerdotal. 
Estuvo trabajando en un colegio de Nápoles hasta que en 1574 lo destinaron a Lecce, donde pasó el resto de su vida. Realizó una muy grande labor apostólica en la ciudad como predicador, confesor y director de las congregaciones marianas, y atrajo a multitud de personas a la vida cristiana. Fue ilustre por su caridad y su benignidad; había despreciado los honores del mundo y se entregó al cuidado pastoral de los presos y de los enfermos, y al ministerio de la palabra y del sacramento de la penitencia. Murió el 2 de julio de 1616.

ORACIÓN
Dios nuestro, que otorgaste a san Bernardino Realino la gracia de imitar a Cristo pobre y humilde, concédenos por sus ruegos que viviendo con fidelidad nuestra vocación, podamos alcanzar aquella perfección que tu Hijo nos propuso con su ejemplo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


DOMINGO, 3 

XIV del  Tiempo  Ordinario

Jornada de Responsabilidad del Tráfico


SANTO TOMÁS, apóstol.

En los Evangelios recibe el sobrenombre de Dídimo o Mellizo. Se hizo famoso en las apariciones de Jesús resucitado a los Apóstoles. Su incredulidad cuando le hablaron de la primera aparición, que tuvo lugar estando él ausente, desapareció a la vista de Cristo en la segunda, cuando Jesús le mostró su costado traspasado por la lanza y sus manos llagadas por los clavos. Entonces acabó proclamando: «¡Señor mío y Dios mío!». San Juan nos refiere otras actuaciones de Tomás: cuando los otros temían acompañar a Cristo, él dijo resuelto: «Vayamos también nosotros y muramos con él». Y en la Última Cena, cuando Jesús les anuncia su partida, Tomás le pregunta: «No sabemos a donde vas, ¿cómo podemos saber el camino?», a lo que Jesús responde: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». Tomás es símbolo del hombre en su lento pero decidido caminar hacia la fe. Según la tradición, evangelizó los pueblos de Persia y de la India, donde murió mártir.

ORACIÓN
Dios todopoderoso, concédenos celebrar con alegría la fiesta de tu apóstol santo Tomás; que él nos ayude con su protección, para que tengamos en nosotros vida abundante por la fe en Jesucristo, tu Hijo, a quien tu apóstol reconoció como su Señor y su Dios. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Confeccionado por Franja y Álen-Perkins

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