Julio 2025
Santos del 14 al 20 de julio de la SEMANA
XV del Tiempo ordinario
Lunes, 14 de julio
San Camilo de Lelis
> Presbitero <
Nació en Bucchianico, cerca de Chieti (Italia), el año 1550. Al principio,
siguiendo la profesión de su padre, abrazó la carrera militar, y llevó una vida
desordenada; pero después se convirtió a raíz de una conversación con un
capuchino y por dos veces comenzó su noviciado del que tuvo que salir por una llaga
en un pie. Tras la experiencia vivida en el Hospital de Santiago de Roma y
viendo el trato negligente que se prestaba a los enfermos, se consagró él mismo
a su cuidado y fundó la Congregación de los Clérigos Regulares Ministros de los
Enfermos (Camilos), elevada a la categoría de Orden religiosa por Gregorio XIV,
dedicada a levantar hospitales y atender de manera competente y amorosa a los
enfermos. Para mejor logar sus objetivos, realizó los estudios pertinentes y
recibió la ordenación sacerdotal en 1584. Presidió la Orden con gran espíritu y
entereza y logró una pronta difusión de la misma, para lo que viajó
incansablemente. Murió en Roma el 14 de julio de 1614. Es patrono de los
enfermos, hospitales y personal sanitario, junto con san Juan de Dios.
ORACIÓN
Oh Dios, que has enaltecido a san Camilo de Lelis con el carisma singular del amor a los enfermos, infunde en nosotros, por su intercesión, el espíritu de tu caridad, para que, sirviéndote en nuestros hermanos, podamos llegar seguros a ti en la hora de la muerte. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Martes, 15 de julio
San Buenaventura
> Obispo y Doctor de la Iglesia <
Nació hacia el año 1218 en Bagnoregio, junto a Viterbo
(Italia). Se dice que de niño había sido curado de una grave enfermedad por
intercesión de san Francisco. De joven ingresó en la Orden franciscana. Estudió
filosofía y teología en París y, obtenido el doctorado, las enseñó en la misma
Universidad. Junto con santo Tomás reivindicó el derecho de los mendicantes a
la docencia y al apostolado. Elegido general de su Orden en 1257, la gobernó
con prudencia y sabiduría, convirtiéndose en una especie de segundo fundador.
Nombrado obispo y cardenal de la diócesis de Albano, trabajó con gran empeño en
la unión de las Iglesias de Oriente y de Occidente en el Concilio II de Lyón,
ciudad en la que murió el 15 de julio de 1274. Nos legó numerosas obras
teológicas y filosóficas, espirituales y místicas, luminosas y llenas de
unción, que le merecieron el título de Doctor Seráfico. En la historia
franciscana ha sido de particular importancia su «Leyenda mayor», biografía
oficial de san Francisco, en la que se inspiró Giotto.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, concede a cuantos hoy celebramos la fiesta de tu obispo san Buenaventura la gracia de aprovechar su admirable doctrina e imitar los ejemplos de su ardiente caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Miercoles, 16 de julio
Nuestra Señora
del Carmen
> Patrona de la Familia Carmelitana <
-
Protectora de los marineros -
La Sagrada Escritura celebra la belleza del monte Carmelo, donde el
profeta Elías, en el siglo IX antes de Cristo, defendió la pureza de la fe de
Israel en el Dios vivo, en contra del culto a Baal. En el siglo XII, algunos
eremitas se retiraron a aquel monte, constituyendo más tarde una Orden dedicada
a la vida contemplativa, bajo el patrocinio de la Virgen María. Según la
tradición, en este día la Virgen entregó el popular escapulario del Carmen a
San Simón Stock. Además, bajo este título celebramos a la Virgen como guía de
los navegantes, consuelo de los afligidos, fortaleza de los moribundos en su
agonía, intercesora nuestra en el trásito de la muerte, auxilio de las almas
del purgatorio.
ORACIÓN
Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Virgen María, en su advocación del monte Carmelo, nos ayude y nos haga llegar hasta Cristo, monte de salvación. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Jueves,
17 de julio
Beatas Teresa de San Agustín
> y compañeras mártires <
El 17
de julio de 1794, en la Revolución Francesa, fueron guillotinadas en París 16
carmelitas descalzas del Carmelo de Compiègne, encabezadas por su priora,
Teresa de San Agustín. Ésta nació en París el año 1752 e ingresó en el
monasterio de carmelitas descalzas de Compiègne, en la región de Picardía, unos
65 Km al norte de París. Por sus talentos y virtudes pronto la eligieron
priora, cargo que ejercía cuando llegó la Revolución Francesa. Por inspiración
suya, todas se ofrecieron al Señor como víctimas de expiación para pedir la paz
para la Iglesia y para su patria. En septiembre de 1792 fueron expulsadas de su
convento. Siguieron viviendo en pequeños grupos hasta que en junio de 1794
fueron arrestadas, trasladadas a París y condenadas a muerte. Ante su
inmolación, entonaron cantos religiosos y renovaron su profesión religiosa en
manos de la priora, que fue la última en ser sacrificada. Estos son sus nombres
(entre paréntesis, los de pila): Teresa de San Agustín (María Magdalena
Claudina Lindoine), María Ana Francisca de San
Luis Brideau, María Ana de Jesús Crucificado Piedcourt, Carlota de la Resurrección (Ana María Magdalena Thouret), Eufrasia de la Inmaculada
Concepción (María Claudia Cipriana Brard), Enriqueta de Jesús (María Gabriela de
Croissy), Teresa del Corazón de María (María Ana Hanisset), Teresa de San Ignacio (María Gabriela Trézelle), Julia Luisa de Jesús (Rosa Cristina de
Neufville), María Enriqueta de la
Providencia (Ana Pelras), Constancia (María Genoveva Meunier), María del Espíritu Santo (Angélica Roussel), María de Santa Marta Dufour,
Isabel Julia de San Francisco Vérolot, Catalina y Teresa Soiron.
ORACIÓN
Señor, Padre Santo, que elegiste a la beata Teresa
y a sus hermanas carmelitas para que, fortalecidas con la gracia de tu Espíritu
Santo, llegaran desde la soledad del Carmelo hasta la palma del martirio;
concédenos amarte con fidelidad, hasta llegar a la contemplación de tu gloria
en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Sábado,
19 de julio
Santa Áurea
> Virgen y mártir <
Nació en Sevilla de padres de origen musulmán. La familia de origen moro, a pesar de su descendencia, la educó en la religión cristiana, al igual que a sus hermanos san Adulfo y san Juan. Su madre, Artemia, una mujer de profunda piedad, fue quien inculcó en ella los principios de la fe cristiana desde temprana edad. La educación cristiana de Áurea contrasta con la cultura y creencias de su entorno, lo cual resaltaría la importancia de su fe personal. Tras el fallecimiento de su marido, ingresó en el monasterio de Santa María de Cuteclara, donde su hija Áurea la acompañó. En este monasterio, la joven creció en la observancia religiosa, consolidando su compromiso con la fe cristiana. La proximidad con su madre, modelo de vida, influyó profundamente en el desarrollo espiritual de Áurea. La vida de Áurea en el monasterio es descrita como una de grandes progresos en la virtud. Bajo la guía de su madre, se dedicó a la oración y a la práctica de las virtudes cristianas. Sin embargo, esta vida tranquila se vio interrumpida por la intervención de sus parientes de Sevilla. Preocupados por su adhesión al cristianismo, intentaron persuadirla para que regresara a su fe original. La persecución a la que se enfrentó y su resistencia, pese al miedo, demuestra un testimonio extraordinario de su devoción. La descripción de su arrepentimiento sincero y posterior fortaleza ante el juez agareno puede verse como un evento singular. Áurea, enfrentada a la presión para renegar de su fe, cedió momentáneamente a la persuasión del juez, lo cual la llevó a un profundo arrepentimiento. Pero, su firmeza volvió al reencontrarse con su convicción personal. Finalmente, su decisión se vio recompensada con la persecución y el martirio. Fue encarcelada y luego decapitada en Córdoba, siendo su cuerpo arrojado al río Guadalquivir. El testimonio de Áurea es reconocido por la Iglesia por su heroica constancia en la fe. Su muerte en defensa de la fe cristiana la convierte en una figura clave para la historia del cristianismo en la España musulmana.
ORACION
Santa
Áurea, a quien de verdad quiero, te ruego no dejes, hoy ni nunca, de velar
para que viva como corresponde a un cristiano, siguiendo tus
ejemplos. Ayúdame en mis dificultades; sobre
todo no permitas que caiga en pecado, y alcánzame que sepa hacer de mi vida mi
mayor consuelo a la hora de la muerte, para ser contigo eternamente feliz. Amén.
Domingo, 20 de julio
XVI del Tiempo Ordinario
San Elías
> Profeta <
La memoria de Elías se guardó siempre viva de modo particular en el Monte Carmelo, donde se eligió seguir al Dios de Israel. Según el relato del Primer libro de los Reyes, capítulo 18, el sacrificio de Elías, consumado por el fuego que descendió del cielo, mostró al pueblo que Yahweh era el verdadero Dios. Elías estuvo disponible para la obra de Dios y enviado a proclamar su palabra. Emprendió un largo viaje por el desierto, un viaje que lo dejó exánime. Se cobijó bajo un árbol y pidió la muerte. Pero Dios no permitió su muerte, sino que lo impulsó a continuar su viaje hasta el monte Horeb. Cuando llegó, Dios se mostró a Elías, no en los consabidos signos del antiguo testamento: fuego, terremoto o del fuerte viento, sino en una ligera brisa. Elías fue enviado nuevamente a su pueblo para continuar cumpliendo la voluntad de Dios. De Elías, los Carmelitas aprenden a oir la voz de Dios en el silencio y en lo imprevisible. Buscamos permitir que la Palabra de Dios conforme nuestra mente y nuestra corazón de manera que el modo de vivir y trabajar sea profético y fiel a la memoria de nuestro Padre Elías.
ORACIÓN
"Oh glorioso San Elías, profeta
valiente y servidor fiel de Dios, tú que con celo ardiente defendiste la fe en
el monte Carmelo y desafiaste la idolatría, intercede por nosotros ante el
Señor. Concédenos un corazón como el tuyo, lleno de fervor por la gloria de
Dios y la valentía para proclamar la verdad en un mundo que a menudo se aleja
de ella. Ayúdanos a superar las pruebas y dificultades que enfrentamos, a
mantenernos firmes en nuestra fe y a confiar en la providencia divina, como tú
lo hiciste. Que tu ejemplo nos inspire a ser testigos valientes del amor de
Dios en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea. Amén."