martes, 19 de febrero de 2013

Entrevista al cardenal Julián Herranz

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
El cardenal Herranz entrevistado

Me ha parecido muy esclarecedora y por eso acuso recibo, porque puede interesar a no pocos, cuando vemos a tantos que andan desnortados, como en especial algunos periodistas o gentes sin formación sobre la doctrina cristiana. Cuando no tienen formación acerca del Catecismo de la Iglesia Católica o del Derecho Canónico  dicen casi siempre inexactitudes. Por eso, esta entrevista goza de sinceridad y de verdad ajustada al Derecho Canónico. Y tengamos en cuenta que en estos tiempos es D. Julián la máxima autoridad en Derecho de la Iglesia. ¿Se lo van a discutir? No creo que sean tan ilusos. Franja.
 Entrevista al cardenal Julián Herranz, presidente del consejo pontificio de texto legislativos/ 

490 [Sobre la sacralidad del Papado]. La perfecta humanidad de Cristo se refleja en la humanidad de su vicario
El cardenal Julián Herranz (Baena, 1930) ha servido en el Vaticano desde 1960 a cinco Papas. Es presidente del Pontificio Consejo de Textos Legislativos. Su último servi cio a Benedicto XVI fue presidir la comisión cardenalicia investigadora del«Vatileaks
entrevista al cardenal julián herranz, presidente del consejo pontificio de texto legislativos/ www.abc.es / sábado 15 de febrero de 2013
11 de febrero de 2013
Usted estaba el lunes en la reunión de cardenales cuando el Papa les comunicó inesperadamente su renuncia. ¿Qué sintió?
Primero tuve la reacción del jurista y luego la del cardenal. Para un canonista fue una sorpresa, primero por la precisión jurídica con que estaba actuando. Pero, sobre todo, porque un hecho de este tipo no tiene ningún precedente en la historia de la Iglesia.
Pero en 1294 Celestino V…
No se puede comparar con la renuncia de Celestino V hace siete siglos, pues son personas y situaciones muy distintas. Me quedó la sensación de haber sido testigo de un hecho único en dos mil años de historia de la Iglesia, perfectamente meditado en todas las dimensiones, tanto teológicas como jurídicas.
¿Y qué pensó como cardenal?
Como cardenal, como sacerdote y como fiel, tuve una sensación de tristeza, de que se me va una persona con la que he trabajado tantos años y que admiro profundamente. Al mismo tiempo, tuve una sensación como de gozo interior, de encontrarme ante de un hecho que revela gran santidad.
¿Por qué motivo?
Porque era un gesto de humildad heroica y de amor a la Iglesia, y por lo tanto a Cristo. Un gesto que corresponde perfectamente al alma de un santo. Es un tipo de humildad que hoy no estamos acostumbrados a ver, especialmente en la vida civil, pues tantas personas se apegan a su sillón, al puesto de mando…
¿Cómo deberían ver la renuncia los fieles de a pie?
Desde el punto de vista espiritual, considerar el ejemplo de humildad profunda de este hombre, que ama sobre todo a Cristo y a la Iglesia. Y desde el punto de vista humano pueden considerarla como una cosa muy lógica. Hace un siglo era inconcebible. Ahora no, pues se ha prolongado mucho la esperanza de vida sin que –y esto lo digo como médico- se mantengan del mismo modo la capacidad orgánica y mental de las personas.
Algunos fieles objetan que se pierde un poco el sentido de la sacralidad del Papado.
Yo creo que eso no es verdad. El Papa es el vicario de Cristo, que era perfecto Dios, pero también perfecto hombre: que llora con una viuda a la que se le ha muerto un hijo, o llora por la muerte de un amigo. Esta perfecta humanidad se refleja en la humanidad de su vicario. 
A otros les preocupa que Benedicto XVI actúe de forma contraria a Juan Pablo II, que prefirió no renunciar.
Veo diferencia, pero no oposición, entre el actuar de los dos Papas. En conciencia, delante de Dios, Juan Pablo II consideró que debía continuar. Y en conciencia, también delante de Dios, Benedicto XVI ha pensado que, por amor a la Iglesia debía hacer este gesto igualmente heroico e igualmente santo. Son dos formas distintas de comportamiento heroico en momentos distintos de historia de la Iglesia. Y personalmente considero que lo que ha hecho Benedicto XVI no es en absoluto bajarse de la Cruz.
¿Sería preferible establecer la renuncia de los Papas a los 80 años, la edad en que cesan los cardenales?
No creo que se deba fijar un límite de edad a los Papas. Se trata de una elección «ad vitam», «de por vida». Pero tampoco hay que convertirla en una condena a llevar ese peso «de por vida».
A partir del 1 de marzo comenzarán las «reuniones generales» de cardenales de todo el mundo. ¿Cómo van a trabajar?
En la primera parte de las «congregaciones generales», a las que asisten todos los cardenales, incluidos los de más de 80 años, se comienza por abordar cuestiones de tipo práctico y logístico. Después viene el examen de la situación de la Iglesia en el mundo.
Se reciben estudios sobre la situación en cada continente, y también informes por temas, cuestiones positivas o negativas en el panorama de la evangelización en el mundo. Luego se discuten posibles soluciones a un problema y a otro… De ese modo, al definir las tareas, se ayudar a pensar como tendría que ser, el «identikit», el retrato robot de la persona más apta para afrontar esas cuestiones. 
¿Confía en que el Cónclave elija bien?
Afortunadamente el Espíritu Santo está asistiendo a los cardenales, y esto se ve. Los últimos seis Papas han sido personas de una categoría extraordinaria, tanto humana como sobrenatural. Juan XXIII y Juan Pablo II están ya en los altares como beatos. Y se han abierto los procesos de canonización de Pío XII, Pablo VI y Juan Pablo I. Y si yo le digo en voz bajita, en privado, que yo en mi corazón ya he canonizado a Benedicto XVI, escríbalo. 
Enlace a la noticia: sin enlace
Como podéis ver la entrevista es esclarecedora. 
Franja.


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