sábado, 19 de abril de 2014

Buscando el Amor, buscando a Dios

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona

Dios sale al encuentro de quien lo busca

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BUSCANDO A DIOS

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 John Powell, un profesor de Loyola University en Chicago, escribe sobre Tommy, un estudiante de su clase de La Teología de la Fe. Recuerdo que hace unos doce años, yo estaba de pie observando a mis alumnos de la universidad mientras entraban al aula, para nuestra primera clase de Teología de la Fe. Ese fue el primer día que vi a Tommy. Mis ojos y mi mente se fijaron en él. Estaba peinando con su larga melena rubia, que caía 20 centímetros por debajo de sus hombros. Era la primera vez que veía a un joven con una melena tan larga. Me imagino que era lo que estaba de moda en ese tiempo.
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 Cuando al terminar el curso vino a entregar su examen final, me preguntó en un tono algo cínico,
-Cree usted que alguna vez encontraré a Dios?
Inmediatamente decidí usar un poquito de la técnica de la terapia de shock.              
-¡No!, le dije muy enfáticamente. 
-¿Por qué no?, me respondió, yo creía que ése era el producto que usted estaba vendiendo. 
Dejé que estuviese a unos cinco pasos de la puerta del salón y alcé mi voz para decirle: 
-¡Tommy! Creo que tú nunca encontrarás a Dios... pero estoy absolutamente seguro de que Él te encontrará a ti
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Antes de que yo pudiera buscarlo, él vino a verme. Cuando entró en mi despacho tenía un aspecto demacrado y su larga melena había desaparecido debido a la quimioterapia. Pero sus ojos brillaban y su voz tenía la misma firmeza que antes. 
-Tommy, he pensado mucho en ti... oí que estás enfermo, le dije en un tono desenfadado. 
-“Sí, muy enfermo, me respondió, tengo cáncer en ambos pulmones. Es cuestión de semanas. 
-“¿Me puedes hablar sobre eso?, le pregunté. 
-Por supuesto, ¿que quiere saber?, me contestó.
-¿Qué se siente al tener solo 24 años y estar muriendo?, le dije.
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Continuó diciendo,
-Yo le pregunté si usted creía que yo llegaría alguna vez a encontrar a Dios. Usted me dijo que ¡No!, cosa que me sorprendió mucho. Entonces usted dijo: 'Pero Él te encontrará a ti'. He estado pensando mucho en eso, aunque no se puede decir que mi búsqueda era muy intensa en aquel entonces. 
(Mi ingeniosa observación... ¡había pensado mucho en ella!) 
Pero cuando los cirujanos me quitaron el tumor que tenía en la ingle y me dijeron que era maligno, ahí fue cuando empecé a buscar seriamente a Dios. Y cuando el cáncer se extendió a mis órganos vitales, de verás que empecé a golpear fuertemente con mis puños las puertas del Cielo... pero Dios no salió. De hecho, no pasó nada.
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Pensé en usted y en su clase, y recordé otra cosa que usted nos había dicho: "La mayor tristeza es pasarse la vida sin amar". Pero sería igualmente triste pasar por la vida e irse sin nunca haberle dicho a los que uno ama, que los ama'. Así que empecé por el más difícil: mi padre. Él estaba leyendo el periódico cuando me acerqué. –Papá  
-¿Qué?, preguntó sin quitar sus ojos del periódico. 
-Papá, quisiera hablar contigo.
-Bueno, habla. 
-Papá... es algo verdaderamente importante. Bajó el periódico lentamente, 
-¿De qué se trata?
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Compartimos las cosas que habíamos guardado en secreto por tantos años. Sólo me arrepiento de una cosa - de haber esperado tanto tiempo.. Ahí estaba, comenzando a abrirme a todas las personas que siempre habían estado tan cerca de mí. Entonces, un día me dí la vuelta ¡y ahí estaba Dios! No vino a mí cuando yo se lo rogaba. Me imagino que yo me portaba como un entrenador de animales aguantando el aro para que saltaran: '¡Vamos, salta! Te doy tres días, tres semanas.' 

¡me había encontrado!!!

Aparentemente Dios hace las cosas a Su manera y a Su hora. Pero lo importante es que Él estaba ahí. ¡Me había encontrado! Usted tenía razón, me encontró aún después de que yo había dejado de buscarlo.
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- Me he atrevido con usted, pero no sé si me atreverá con su clase.
Piénsalo, Tom, y si te sientes listo, llámame. 
Tom me llamó a los pocos días y me dijo que estaba preparado para la clase. Que quería hacer eso por Dios y por mí. Así que fijamos la fecha, pero Tom no pudo llegar... Tenía una cita mucho más importante que la mía y mi clase. Por supuesto que su vida no terminó con la muerte. Sólo cambió. Dio el gran salto de la fe a la visión. Encontró una vida más hermosa que todo lo que hay podido ver el ojo humano o que el oído humano haya escuchado o que la mente del ser humano jamás se haya imaginado.
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- Así que vosotros que habéis tenido la paciencia de leer esta simple historia sobre el amor de Dios, gracias de corazón. 
Tommy y su abrazo esperado
-Y a ti, Tommy, en los brillantes y verdes cerros del Cielo, debes saber que lo he dicho lo mejor que pude...
 Si esta historia ha significado algo para tí, pásesela por favor a uno o dos amigos. Es una historia real que no ha sido creada para propósitos publicitarios. ¡ Muchas gracias ! 
DE SU HERMANO EN CRISTO, CARLOS

Y un recuerdo al amigo D. Felipe de Urca, 
el médico de cuerpos jardinero de Almas.
De él es el blog: 
"Pequeñas Semillitas"
Si te ha gustado y te ha hecho pensar... te digo lo de siempre:  Aunque sea un poco largo, pásalo a los amigos. Más de uno necesitará una lección, que sea al mismo tiempo un testimonio de cómo se puede encontrar a Dios cuando se le busca, aunque parezca que está lejos. Franja

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