Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Contemplar
el Evangelio de hoy
Evangelio
de hoy
Master·evangeli.net
Día
litúrgico: Jueves XXVII del tiempo ordinario
Texto
del Evangelio (Lc 11,5-13): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si
uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: ‘Amigo,
préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no
tengo qué ofrecerle’, y aquél, desde dentro, le responde: ‘No me molestes; la
puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme
a dártelos’, os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al
menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite.
»Yo
os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque
todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un
pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues,
vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más
el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!».
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM
(Barcelona,
España)
«El Padre del cielo dará el Espíritu Santo
a los que se lo pidan»
Hoy,
el Evangelio es una catequesis de Jesús sobre la oración. Afirma solemnemente
que el Padre siempre la escucha: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis;
llamad y se os abrirá» (Lc 11,9).
A
veces podemos pensar que la práctica nos muestra que esto no siempre sucede,
que no siempre “funciona” así. ¡Es que hay que rezar con las debidas actitudes!
La
primera es la constancia, la perseverancia. Hemos de rezar sin desanimarnos
nunca, aunque nos parezca que nuestra plegaria choca con un rechazo, o que no
es escuchada enseguida. Es la actitud de aquel hombre inoportuno que a
medianoche va a pedirle un favor a su amigo. Con su insistencia recibe los
panes que necesita. Dios es el amigo que escucha desde dentro a quien es
constante. Hemos de confiar en que terminará por darnos lo que pedimos, porque
además de ser amigo, es Padre.
La
segunda actitud que Jesús nos enseña es la confianza y el amor de hijos. La
paternidad de Dios supera inmensamente a la humana, que es limitada e
imperfecta: «Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a
vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo...!» (Lc 11,13).
Tercera:
hemos de pedir sobre todo el Espíritu Santo y no sólo cosas materiales. Jesús
nos anima a pedirlo, asegurándonos que lo recibiremos: «...¡cuánto más el Padre
del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!» (Lc 11,13). Esta
petición siempre es escuchada. Es tanto como pedir la gracia de la oración, ya
que el Espíritu Santo es su fuente y origen.
El
beato fray Gil de Asís, compañero de san Francisco, resume la idea de este
Evangelio cuando dice: «Reza con fidelidad y devoción, porque una gracia que
Dios no te ha dado una vez, te la puede dar en otra ocasión. De tu cuenta pon
humildemente toda la mente en Dios, y Dios pondrá en ti su gracia, según le
plazca».
No hay comentarios:
Publicar un comentario