Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
MES DE MARÍA. REFLEXIONES PARA CADA DÍA.
MES DE MARÍA. REFLEXIONES PARA CADA DÍA.
DOS
IDEAS PREVIAS
Se
trata de que hagas oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de
oración con la "oración inicial para cada día"; después leyendo con
atención el "texto de cada día", a continuación hablas con Dios y con
María; por último, terminas rezando la "oración final".
1.
PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es leer y ya está.
Dale tiempo a que Ella te hable.
2
LO QUE NO ESTÁ ESCRITO ¿Sabes qué es lo mejor de este texto? Lo que no está
escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente, tengas con María.
ORACIÓN
INICIAL PARA CADA DÍA
Santa
María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas:
cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:
"NO
TIENEN VINO": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos
tus hijos.
"HACED
LO QUE ÉL OS DIGA": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor
grande para hacerlo fielmente.
"HE
AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo
que Él me insinúe.
ORACIÓN
FINAL PARA CADA DÍA
¡OH
SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi
amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi
corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena,
guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén
Día 31:
Temer ¿a qué?
Te copio
una copla popular que hace siglos rezaban los cristianos con frecuencia, para
que ahora se la digas a Ella:
"No,
no temo nada; no temo a mis pecados, porque puedes remediar el mal que me han
causado; no temo a los demonios, porque eres más poderosa que todo el infierno;
no temo a tu Hijo, justamente indignado por mí, porque se aplacará con una sola
palabra tuya. Sólo temo que por mi culpa deje de encomendarme a Ti y así me
pierda".
¡Qué
seguridad! ¡Y qué lógico! Si yo no le dejo, Ella no me dejará. Lo único que
puede darnos miedo es dejar de rezar y alejarse de María.
Madre
mía, hoy acaba el mes dedicado a Ti. Tenme siempre cogido de tu mano. Cuídame
cada día hasta el día de mi muerte. Y así vaya al cielo, donde ya poder estar
contigo por los siglos. Amén.
Ahora
puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que
has leído.
Después
termina con la oración final.
Texto
escrito por José Pedro Manglano Castellary (Sacerdote)
Madre Mía.
ayúdame todos los días de mi vida,
hasta la hora de mi muerte.
Y en la hora de la muerte,
preséntame como hijo tuyo a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Amén
Franja
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