Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
San Josemaría Escrivá de Balaguer
SEMANA CORRESPONDIENTE
DEL 23 AL 29 DE Junio 2014
DEL 23 AL 29 DE Junio 2014
XII
Semana Tiempo Ordinario
Nació en Castelnuovo Don Bosco (Piamonte,
Italia) el año 1811. De joven optó por la carrera eclesiástica y, hechos los
estudios, recibió la ordenación sacerdotal en 1833. Su vida discurrió, serena
pero intensa, en Turín. Ingresó en la Tercera Orden de san Francisco, como hicieron
sus santos colegas Juan Bosco y José Benito Cottolengo. Se incorporó al “Convitto”
Eclesiástico de San Francisco de Asís, fundado por Don Guala, en el que los
nuevos sacerdotes completaban su formación, y desde la cátedra y el
confesonario formó maestros de fe, y hombres y mujeres de Dios. Se le
encontraba también con frecuencia en las cárceles atendiendo a los detenidos, o
acompañando a los condenados a muerte. Formó un plantel de excelentes
sacerdotes entre los que destaca san Juan Bosco. Murió en Turín el 23 de junio
de 1860. Pío XII lo proclamó patrono de los encarcelados
ORACIÓN
Dios nuestro, que has puesto a los santos como
ejemplo y ayuda para facilitar a los débiles el camino de la salvación, al
celebrar la fiesta de san José Cafasso, concédenos bondadosamente que,
siguiendo sus pasos, caminemos hacia ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
MARTES, 24
Seis meses antes de la Natividad del
Señor celebramos la de su Precursor. Refiere San Lucas que Isabel era estéril y
que tanto ella como Zacarías eran de edad avanzada. Pero un día en que él
oficiaba en el templo de Jerusalén, se le apareció un ángel que le dijo: «Tu
mujer te dará un hijo y le pondrás por nombre Juan». Tiempo después, en la
Anunciación, el ángel Gabriel dijo a María que su pariente Isabel estaba en el
sexto mes de embarazo. María marchó presurosa a Ain Karem, entró en casa de
Zacarías y saludó a Isabel. Al oír ésta el saludo de María, saltó de gozo el
hijo que llevaba en su seno. Cuando se le cumplió el tiempo, Isabel dio a luz
un hijo, de quien profetizó su padre: «Y a ti, niño, te llamarán profeta del
Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos». Juan vivió en
el desierto hasta el momento de empezar su predicación. De él dijo Jesús:
«Entre los nacidos de mujer, ninguno mayor que Juan Bautista».
Oración.
Oh Dios, que suscitaste a san Juan Bautista para que preparase a Cristo,
el Señor, un pueblo bien dispuesto, concede a tu familia el don de la alegría
espiritual y dirige la voluntad de tus hijos por el camino de la salvación y de
la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
San Próspero de Aquitania
Nació en
Limoges (Francia) a finales del siglo IV. Fue un hombre docto en filosofía y
letras. Contrajo matrimonio y llevó una vida virtuosa con su mujer. Después se
hizo monje en Marsella, pero no sacerdote. Vio que entre los monjes se difundía
el pelagianismo, doctrina según la cual el hombre es capaz de querer el bien y
de salvarse con su sola voluntad, de suerte que la gracia divina es preciosa,
pero no indispensable. Ante el peligro que esto significaba para la fe, se
dedicó a defender la doctrina católica tal como la enseñaba san Agustín, autor
de varias obras sobre el tema y con quien estuvo en estrecha relación. Mucho
tuvo que trabajar para explicar la recta doctrina agustiniana sobre la gracia,
la perseverancia, la predestinación, y conseguir que la aceptaran. El año 440
acompañó a Roma al que iba a ser el papa san León Magno, quien lo nombró
canciller y escribano suyo. Fue un gran trabajador, que escribió también sobre
la historia romana y la salvación de los no cristianos. Murió en Roma en torno
al año 463
ORACIÓN
Dios nuestro, que llamaste a tu servidor san
Própero para vivir en el seguimiento de Cristo, concédenos, por su intercesión,
que apartándonos de todo egoísmo podamos unirnos a ti de todo corazón. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina
en unidad y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
JUEVES, 26
San Pelayo (o Pelagio)
Es el mártir
de la castidad en el umbral de la juventud. Nació el año 912 en Galicia
(España), al parecer en Albeos, provincia de Pontevedra, no lejos de Tuy, donde
era obispo su tío paterno, san Hermogio, quien cuidó de su formación cristiana.
El año 920 los árabes vencieron a los cristianos en Valdejunquera y se llevaron
a Córdoba como rehenes a muchos cristianos, entre ellos al obispo de Tuy. Su
hermano, el padre de Pelayo, fue a Córdoba con su hijo para rescatar a
Hermogio. No fue posible llegar a un acuerdo con los árabes, y los dos hermanos
volvieron a su tierra para reunir el rescate que se les pedía, mientras Pelayo
quedaba en Córdoba como rehén. No consiguieron los musulmanes que apostatara de
su fe y abrazara la de ellos. El califa Abderramán III se sintió atraído por su
figura y, al no poder doblegar su virtud, lo hizo martirizar, a los trece años
de edad, el 26 de junio del año 925. Su cuerpo fue trasladado a León, y más
tarde a Oviedo, donde se venera en el monasterio benedictino que lleva su
nombre.
ORACIÓN
Señor, Padre nuestro, que prometiste a los limpios
de corazón la recompensa de ver tu rostro, concédenos tu gracia y tu fuerza,
para que, a ejemplo de san Pelayo, mártir, antepongamos tu amor a las
seducciones del mundo y guardemos el corazón limpio de todo pecado. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
San Josemaría Escrivá de Balaguer
Nació en
Barbastro (Huesca, España) en 1902. Recibió la ordenación sacerdotal en
Zaragoza el año 1925, y en 1927 se trasladó a Madrid para hacer el doctorado en
Derecho Civil; su celo apostólico le puso en contacto con gentes de todos los
ambientes y, en particular, con las de las barriadas periféricas. El 2 de
octubre de 1928 nació el Opus Dei: durante un retiro espiritual ve la misión
que el Señor quiere confiarle: abrir en la Iglesia un nuevo camino vocacional,
dirigido a difundir la búsqueda de la santidad y la realización del apostolado
mediante la santificación del trabajo ordinario en medio del mundo sin cambiar
de estado. Y se entregó en cuerpo y alma a su misión. Comenzaron a seguirle
personas de todas las condiciones sociales, en particular, grupos de
universitarios. En 1934 publicó su libro Camino. Aunque no faltaron
dificultades, la Obra se afianzó, y en 1950 recibió de Pío XII la aprobación
definitiva. Se multiplicaron los proyectos: escuelas, universidades, colegios,
hospitales, publicaciones, etc. Murió en Roma el 26 de junio de 1975 y Juan
Pablo II lo canonizó el 2002.
Oración
Señor y Dios nuestro, que elegiste a san Josemaría,
presbítero, para anunciar en la Iglesia la vocación universal a la santidad y
al apostolado: concédenos, por su intercesión y su ejemplo, que, realizando
fielmente el trabajo cotidiano según el Espíritu de Cristo, seamos configurados
a tu Hijo y, en unión con la Santísima Virgen María, sirvamos con ardiente amor
a la obra de la Redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús ha existido desde los primeros
tiempos de Iglesia. Sin embargo, hay una fecha concreta en que esta devoción
pasó a vivirse con un enfoque determinado; enfoque que lo dio el mismo Jesús a
santa Margarita María de Alacoque el 27 de diciembre de 1673.
Los Padres de la Iglesia ya tenían una gran devoción por el Sagrado
Corazón. En san Agustín, san Ambrosio, san Juan Crisóstomo encontramos
textos que se “refieren a la Sagrada Llaga del costado de Jesús, a la Sangre y
Agua que brotaron de su corazón, de donde recibimos los sacramentos”.
Siglos más tarde, nos encontramos ya muchas referencias a las llagas del
Señor. Sin fijar una devoción concreta, son muchos los santos y santas que se
han referido al Corazón y las llagas de Cristo: San Bernardo de Claraval, Santa
Clara, San Buenaventura, Santa Gertrudis, Santa Angela de Foligno, Beato
Enrique Suso, Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Ávila, San Pedro
Canisio, San Francisco de Sales, Santa Juana Francisca de Chantal.
La aspiración principal de santa Margarita era la aprobación pontificia del
culto público al Corazón de Jesús, sin embargo hubo que esperar al pontificado
del Papa Clemente XIII en 1765 para su aprobación, e incluso limitado a Polonia
y a Roma.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús cobró auge al ser acogida como
devoción propia de El Apostolado de la Oración (fundado el 3
diciembre 1844 por el P. Francisco Javier Gautrelet, SJ). En 1861 nació, en
Francia, la primera publicación para promover la devoción al Corazón de Jesús: El
Mensajero. Pronto publicaciones similares surgieron por todo el mundo.
En 1917, en las pariciones de Fátima, el ángel y la Virgen enseñaron a los
niños a rezar y responder a los designios de los Corazones de Jesús y María. A
partir de Fátima, la devoción a los corazones de Jesús y María prendió como
fuego.
En el siglo XX, Santa Faustina (+1938) tiene unas revelaciones místicas en
donde Jesús le comunicó Su Corazón expresándole que desea derramar la
misericordia de Su Corazón sobre toda la humanidad. Juan Pablo II canonizó a
Santa Faustina.
ORACIÓN
Oh Dios, que en el corazón de tu Hijo, herido por
nuestros pecados, has depositado los infinitos tesoros de tu caridad; te
pedimos que, al réndirle el homenaje de nuestro amor, te ofrezcamos una cumplida
reparación. Por nuestro Señor Jesucristo
Inmaculado
Corazón de María
San Juan
Eudes fue quien promovió la celebración litúrgica del Inmaculado Corazón de
María; los papas León XIII y Pío X dieron a este santo el nombre de padre,
doctor y primer apóstol de la devoción, en especial al culto litúrgico de a los
Sagrados Corazones de Jesús y María. Este santo consagró de manera particular a
los religiosos de su congregación.
La fiesta
del Corazón de María se celebró de manera pública y por primera vez en la
historia el 8 de febrero de 1648 en la catedral de la ciudad de Autun: la misa
y los oficios fueron compuestos por Juan Eudes y aprobados por el obispo
diocesano. Varios obispos de Francia aprobaron los textos litúrgicos pero los
jansenistas estaban en completo desacuerdo.
Para el año
1668, el día 2 de junio la fiesta y también los textos litúrgicos tuvieron la
aprobación del cardenal legado para Francia, aunque al año siguiente se pidió a
Roma la ratificación, pero la Congregación de Ritos dio una respuesta negativa.
En
diferentes ocasiones se pidió a la Santa Sede la aprobación de la fiesta, una
de ellas fue hecha como petición formal por el padre jesuita Gallifet en el
1726; esta causa fue tratada por Prospero Lambertini.2 La Congregación de Ritos
llegó a responder por primera vez en 1727 con un non proposita,3 pues
presentaba dificultades doctrinales. Luego de esta respuesta, Gallifet sin
perder esperanzas vuelve a enviar la petición, pero para esta ocasión la
respuesta fue oficialmente tajante y negativa, era el 30 de julio de 1729.
Siendo papa
Pío IX, en 1855, la Congregación de Ritos aprobó para la celebración del
Corazón de María nuevos textos para la misa y el oficio, utilizando algunas
partes de los de san Juan Eudes. En 1914, con ocasión de la reforma del misal
romano, la fiesta del Corazón de María fue trasladada del cuerpo del misal a un
apéndice del mismo, entre las fiestas pro aliquibus locis4
Hubo muchas
peticiones para que esta fiesta se extendiera a toda la Iglesia, en especial
las peticiones de los Claretianos.5
El 31 de
octubre de 1942 y luego, de manera solemne, el 8 de diciembre en la Basílica de
San Pedro, cumpliéndose el 25 aniversario de las apariciones de Fátima, Pío XII
consagró la Iglesia y el género humano al Inmaculado Corazón de María.
El 4 de
marzo de 1944, con el decreto Cultus liturgicus, el pontífice extendió a toda
la Iglesia latina la fiesta litúrgica del Inmaculado Corazón de María,
ORACIÓN
(acto de
consagración al Inmaculado Corazón de María)
Oh, Virgen mía,
Oh, Madre mía, yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón y te consagro
mi cuerpo y mi alma, mis pensamientos y mis acciones. Quiero ser como tú
quieres que sea, hacer lo que tú quieres que haga. No temo, pues siempre estás
conmigo. Ayúdame a amar a tu hijo Jesús, con todo mi corazón y sobre todas las
cosas. Pon mi mano en la tuya para que esté siempre contigo. Amén.
DOMINGO, 29
SOLEMNIDAD DE SAN
PEDRO Y SAN
PABLO, Apóstoles
SAN PEDRO,
El Príncipe de
los Apóstoles, es Simón, a quien Jesús cambió el nombre por el de «Cefas» o
Pedro. Era de Betsaida, aldea marinera situada a la ribera del mar de Galilea,
donde ejercía el oficio de pescador junto con su padre y su hermano Andrés,
también apóstol. Fue éste quien lo llevó a Jesús, el cual les dijo: «Venid
conmigo, y os haré pescadores de hombres». Estaba casado y tenía un carácter
noble, franco y vehemente, como puso de manifiesto en repetidas ocasiones.
Estando por Cesarea de Filipo, a preguntas de Jesús, Pedro le respondió: «Tú
eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo», y el Maestro le prometió entonces el
Primado: «Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Pedro, en la noche más negra
de la historia, negó por tres veces a Jesús; pero enseguida lloró su pecado,
volvió al grupo y corrió la mañana de la Resurrección al sepulcro de Cristo,
quien, cuando se les apareció más tarde en Galilea, le otorgó el Primado:
«Apacienta mis ovejas». Después de Pentecostés, ejerció su apostolado en
Jerusalén, Antioquía de Siria y luego en Roma como primer obispo de la misma.
Allí fue crucificado, cabeza abajo como los esclavos, durante la persecución de
Nerón, el año 64.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, tú que entregaste a la Iglesia
las primicias de tu obra de salvación, mediante el ministerio apostólico de san
Pedro y san Pablo, concédenos, por su intercesión y sus méritos, los auxilios
necesarios para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SAN PABLO,
Apóstol de los gentiles, nació en Tarso (Turquía) y estudió en
la escuela de Gamaliel en Jerusalén. Ferviente fariseo, presenció y aprobó el
martirio de san Esteban y, llevado de su celo por la ley mosaica, persiguió a
los cristianos. Convertido a Cristo en el camino de Damasco, hecho que
celebramos el 25 de enero, se retiró al desierto y más tarde visitó a los
Apóstoles y se incorporó a la comunidad cristiana. Con algunos compañeros
recorrió, en tres largos viajes, amplias regiones de Asia Menor y Europa
Oriental fundando numerosas comunidades cristianas. Su acción fue esencial para
la extensión de la Iglesia a todas las gentes, más allá del pueblo judío. Sus
cartas a las iglesias locales son alimento sustancial del que se nutre la
Iglesia en todos los tiempos. Acusado de traicionar la Tradición de sus
mayores, los judíos lo entregaron a la autoridad romana para acabar con él,
pero Pablo, ciudadano romano, apeló al César, y fue trasladado a Roma. Allí
permaneció dos años evangelizando con libertad, hasta que el año 67, durante la
persecución de Nerón, fue decapitado en la Vía Ostiense.
ORACIÓN
Señor, tú que nos
llenas de santa alegría en la celebración de la fiesta de san Pedro y san
Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos
que fueron fundamento de nuestra fe cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Confeccionado por Franja y Állen-Perkins
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