Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
BIOGRAFÍA DE LOS SANTOS de la
SEMANA DEL 28 DE OCTUBRE AL 3 DE
NOVIEMBRE 2013
XXX Semana
del Tiempo Ordinario
LUNES, 28
San Simón y San Judas, apóstoles.
Simón,
nacido en Caná y apodado el Cananeo o el Zelotes, figura en la lista de los
doce apóstoles elegidos por Jesús. Poco más se sabe de él. Judas, por
sobrenombre Tadeo, también uno de los elegidos por Jesús, es el apóstol que en
la Última Cena preguntó al Señor por qué se manifestaba sólo a sus discípulos y
no al mundo (Jn 14,22). La tradición le atribuye una carta, recogida en el
canon del Nuevo Testamento, en la que se trata de prevenir a los cristianos
contra los falsos doctores y sus doctrinas sectarias. Según san Fortunato (s.
VI), estos dos apóstoles predicaron en distintas regiones de Oriente Medio y
murieron mártires en Persia.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro,
que nos llevaste al conocimiento de tu nombre por la predicación de los
apóstoles, te rogamos que, por intercesión de san Simón y san Judas, tu Iglesia
siga siempre creciendo con la conversión incesante de los pueblos. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
MARTES, 29
San Cayetano
Errico
Fundador de los Misioneros
de los Sagrados Corazones. Nació el año 1791 en Secondigliano (Nápoles).
Recibió una buena educación cristiana y en 1808 ingresó en el seminario de
Nápoles, donde se ordenó de sacerdote en 1815. Se le confió la tarea de maestro
comunal y se dedicó con amor al servicio parroquial. Desarrolló su actividad
apostólica en cuatro direcciones: anuncio de la Palabra, ministerio de la
reconciliación, asistencia material y espiritual de los enfermos, servicio de
la caridad: cuatro maneras distintas para decir a los hombres que Dios es Padre
y los ama. Para promover los retiros espirituales y la contemplación de la
Eucaristía fundó su Congregación, y sus religiosos se empeñaron en la actividad
misionera, la predicación al pueblo, los ejercicios espirituales a religiosas,
la dirección espiritual y, especialmente, la administración del sacramento de
la reconciliación. Murió en Secondigliano el 29 de octubre de 1860. Lo canonizó
Benedicto XVI el año 2008.
ORACIÓN
Dios nuestro, que llamaste a tu servidor san Cayetano
Errico para vivir en el seguimiento de Cristo, concédenos, por su intercesión,
que apartándonos de todo egoísmo podamos unirnos a ti de todo corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo y el Espíritu Santo
vive y reina en unidad y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
MIÉRCOLES, 30
hermosísimo Icono de los santos Marcelo y Casiano
San Marcelo,
centurión
El 21 de julio del año 298, se
celebraba en León (España) la fiesta de los «augustos imperadores». Mientras
los demás sacrificaban a los dioses, Marcelo, que militaba en el ejército
imperial romano y era centurión ordinario, se quitó las insignias de su función
en presencia de la tropa y las arrojó al pie de los estandartes, proclamando
que era cristiano y no podía seguir manteniendo el juramento militar, pues
debía obedecer solamente a Cristo. El 28 de julio fue interrogado por el
presidente Astayano Fortunato, y Marcelo confirmó los hechos. Fortunato,
considerada la gravedad del delito, decidió enviarlo a su superior jerárquico,
Aurelio Agricolano de Tánger, el cual apenas podía creerse lo que le decía la
carta de Fortunato. El 30 de octubre del año 298, Agricolano interrogó a
Marcelo, quien una vez más, ahora en Tánger (Marruecos), confirmó lo sucedido y
se ratificó en sus convicciones. Aquel mismo día fue condenado a muerte y
decapitado. Leyendas posteriores añadieron otras noticias que no tienen fundamento
histórico. En León se levantó en su honor una iglesia preciosa, en la que se
guardan sus reliquias.
ORACIÓN
Dios nuestro, que para embellecer a tu Iglesia otorgaste la gloria del martirio a san
Marcelo; concédenos, en tu bondad, que así como él imitó la pasión del Señor,
también nosotros, siguiendo sus pasos, podamos alcanzar la felicidad eterna. Que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
JUEVES, 31
San Alonso Rodríguez
Nació
en Segovia (España) el año 1533; su padre se dedicaba al comercio de paños.
Empezó estudios en Alcalá, pero, al fallecer su padre, tuvo que hacerse cargo
del negocio familiar. Contrajo matrimonio en 1557 y tuvo dos hijos. Pronto fue
perdiendo toda la familia a la vez que los negocios le iban mal. Hombre de fe,
se planteó ante el Señor su situación y decidió entrar en la Compañía de Jesús
como hermano coadjutor. Lo rechazó la provincia de Castilla, pero lo admitió la
de Aragón y en 1571 empezó el noviciado. Lo destinaron al colegio de Monte Sión
en Palma de Mallorca, donde pasó el resto de su vida. Trabó una gran amistad
con san Pedro Claver. Su ocupación principal fue la de portero, lo que le dio
ocasión de relacionarse con muchas personas a las que dejaba edificadas. Trataba
a cada uno como si fuera el mismo Jesús en persona. Era hombre de profunda vida
espiritual y los superiores le mandaron escribir sus experiencias. Murió con
fama de santo el 31 de octubre de 1617.
ORACIÓN
Dios
nuestro, sólo tú eres santo y nadie puede ser bueno fuera de ti, por la
intercesión de san Alonso Rodríguez, danos la gracia de vivir de tal manera que
nunca nos veamos privados de tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
* * * MES DE NOVIEMBRE * * *
VIERNES, 1
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SOLEMNIDAD DE
TODOS LOS SANTOS
La Iglesia celebra esta
solemnidad en honor de todos los santos, o sea, de todos los fieles que
murieron en Cristo y con Él han sido ya glorificados en el cielo. Esta fiesta
nos recuerda, pues, los méritos de todos los cristianos, de cualquier lengua,
raza, condición y nación, que están ya en la casa del Padre, aunque no hayan
sido canonizados ni beatificados; nos invita a pedirles su ayuda e intercesión
ante el Señor; y nos estimula a seguir su ejemplo, múltiple y variado, en
nuestra vida cristiana.
ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que nos has otorgado
celebrar en una misma fiesta los méritos de todos los santos, concédenos, por
esta multitud de intercesores, la deseada abundancia de tu misericordia y tu
perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SÁBADO, 2
Conmemoración de
todos los Fieles Difuntos
La Iglesia, después de celebrar
ayer la fiesta de todos sus hijos bienaventurados ya en el cielo, se interesa
hoy ante el Señor en favor de las almas de todos cuantos nos precedieron en el
signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección, para que,
purificados de toda mancha de pecado, puedan gozar de la felicidad eterna.
Celebramos, pues, la victoria de Cristo, y de nosotros con Él, sobre la muerte.
Y hacemos memoria de cuantos, habiendo compartido ya la muerte de Jesucristo,
están llamados a compartir también con Él la gloria de la resurrección. El
primer prefacio de difuntos nos enseña que «en Cristo brilla la esperanza de
nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece,
nos consuela la promesa de la futura inmortalidad; porque la vida de los que
creemos en el Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada
terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo». Mientras nosotros pedimos
por los difuntos, ellos interceden por nosotros.
ORACIÓN
Oh Dios, gloria de los fieles y vida de los justos, nosotros los redimidos
por la muerte y resurrección de tu Hijo, te pedimos que acojas con bondad a tus
siervos difuntos, y pues creyeron en la resurrección futura, merezcan alcanzar
los gozos de la eterna bienaventuranza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
DOMINGO, 3
XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO
San Martín de Porres
Nació en Lima (Perú) el año 1579, de un funcionario real español, Juan
de Porres, y de una joven de origen africano, Ana Velázquez, que no se casaron:
Martín era mulato e hijo ilegítimo, lo que le causó muchas dificultades. Fue
educado cristianamente por su madre y aprendió de joven el oficio de
barbero-cirujano. En 1603 fue admitido en la Orden de los dominicos como
hermano converso, después de vivir ocho años en el convento como donado. Desde
el principio se le confió el oficio de enfermero que ejerció, con gran
competencia y mayor caridad, en favor de los frailes y de los numerosos pobres
que acudían al convento; además instituyó varias obras caritativas. Supo
conjugar la incesante actividad asistencial con el recogimiento de un
contemplativo. Llevó una vida de mortificación y de humildad, y tuvo una gran
devoción a la Eucaristía. Murió en Lima el 3 de noviembre de 1639.
ORACIÓN
Señor, Dios
nuestro, que has querido conducir a san Martín de Porres por el camino de la
humildad a la gloria del cielo, concédenos la gracia de seguir sus ejemplos,
para que merezcamos ser coronados con él en la gloria. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
Confeccionado por Franja y Állen-Perkins