Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
AÑO EUCARISTICO
Introducción
Una de las grandes lagunas de nuestras
comunidades, parroquias, grupos, etc., es la pereza o el desafío que supone el
estar a solas con Dios. Es difícil encontrar unos espacios de silencio para
que, la vida interior de cada uno, se alimente, se acreciente o se consolide
con el encuentro personal con Cristo. El futuro de nuestra evangelización, de
la iglesia, de la vida cristiana....depende mucho de la experiencia de Dios
que, el creyente, pueda tener a través de la oración.
¿Por qué las iglesias sólo se llenan en
las celebraciones?
¿Por qué no ofrecer el templo como una
escuela de meditación?
¿Por qué tantos sagrarios sin adoradores?
¿Por qué no hay más silencios en
nuestra liturgia?
¿Por qué no hay lugar para la
contemplación?
Acostumbrados a celebrar todo en
comunidad, rezar en comunidad, cantar en comunidad, expresarlo todo en
comunidad....corremos el peligro de descuidar aquella otra vertiente de la fe
personal y contrastada a solas con Dios.
El Año Eucarístico puede constituir una
oportunidad para incentivar dentro de nuestras parroquias, colegios, grupos,
etc., espacios para el silencio, dinámicas para la oración personal o la contemplación.
¡Cómo no amar a Jesús, que siendo
riqueza inestimable que nada necesita, se ha humillado a mendigar mi amor!
Ayer dediqué tan sólo una hora de mi
tiempo a acompañar a Jesús Sacramentado en mi parroquia. Una hora en toda una
semana para dejarme llenar por Él. Me supo a muy poco.
Estar con Jesús a solas, sentir que se
sienta junto a ti en el mismo banco, dejar apartados todos los problemas y
preocupaciones, vaciarte de pensamientos y abandonarte en manos de Jesús para
que Él llene tu corazón con lo que Él quiera, es una experiencia maravillosa.
No, maravillosa no, me quedo corta. Es la experiencia que todo cristiano debería
ansiar.
Dejo en mi intimidad lo que ayer
experimenté, lo que Jesús me sugirió, los compromisos que asumí, los
agradecimientos que expresé, las personas por las que pedí, pero copio aquí la
oración que hicimos todos juntos al final, porque me inspiró mucho y me hizo
pensar que todos deberíamos conocer que el Dios al que alabamos nos espera
incansable en el Sagrario a que vayamos a visitarle, y cuando por fin lo hacemos
pensamos que cómo no hemos ido antes. Es verdad que Jesús está en todas partes,
es verdad que con Jesús se puede hablar en cada lugar, en cada momento, pero
también es verdad que la soledad del Sagrario estremece y extrae de ti lo que
nunca hubieras pensado.
Es del Padre carmelita J. Caraud:
¡Qué bien se está contigo, Señor!
¡Qué bien se está contigo SEÑOR junto
al SAGRARIO!
Qué bien se está contigo, ¿por qué no
vendré mas?
Hace ya muchos años que vengo aquí a
diario
y aquí te encuentro siempre -AMOR Y
SOLITARIO-
Solo, pobre, escondido, pensando en mi
quizás!.....
TÚ no me dices nada ni yo te digo nada;
si TÚ lo sabes todo ¿que voy a decirte?
Sabes todas mis penas, todas mis
alegrías,
sabes que vengo a verte con las manos
vacías
y que no tengo nada que te pueda
servir.
Siempre que vengo a verte, siempre te
encuentro solo
¿Será SEÑOR que nadie sabe que estás
aquí?
No sé, pero sé, en cambio, que aunque
nadie viniera,
aunque nadie te amara ni te lo
agradeciera,
aquí estarías siempre esperándome a
mi.....
¿Por qué no vendré más? ¡Que ciego
estoy, que ciego!
Si sé por experiencia que cuando a TI
me llego
siempre vuelvo cambiado, siempre salgo
mejor.
¿A donde voy Dios mío, cuando a mi Dios
no vengo?
¡Si TÚ me esperas siempre! Si a TI siempre
te tengo
si jamás me has cerrado las puertas de
tu AMOR.
Por otros se recorren a pie largos
caminos,
acuden de muy lejos cansados peregrinos
o pagan grandes sumas que no han de
recobrar.
Por Ti, nadie pregunta, de TI nadie
hace caso,
si alguna vez te visitan es solo así de
paso;
aquí eres TÚ quien jamás paga si alguno
quiere entrar.
¿Por qué no vendré mas si sé que aquí,
a TU lado,
puedo encontrar, Dios mío, lo que tanto
he buscado
mi luz, mi fortaleza, mi paz mi único
bien?
¡Si jamás he sufrido, si jamás he
llorado SEÑOR
sin que conmigo llorases TÚ también!
¿Por qué no vendré más, JESUS?
¡si TÚ lo estás deseando, ! si yo lo
necesito!
Si sé que no soy nada cuando no vengo
aquí...
Si aquí me enseñarás la ciencia de los
santos
como aquí la buscaron y la aprendieron
tantos,
que fueron tus amigos y gozan ya de
TI...
¿Por qué no vendré más, si sé yo
que TÚ eres el modelo único y necesario
que nada se hace duro mirándote a TI
aquí....?
El SAGRARIO es la celda donde estás
encerrado...
¡Qué pobre, qué obediente, qué manso,
qué callado,
qué solo, qué escondido... nadie se
fija en TI!
¿Por qué no vendré más ? ¡Oh! Bondad
infinita!
riqueza inestimable que nada necesita,
y que te has humillado a mendigar mi
amor
Ábreme ya esa puerta, -sea esa ya mi
vida-
olvidado de todos, de todos escondida,
¡Que bien se está contigo, que bien se
está SEÑOR !
Amén
P. Carmelita - (J.Caraud)
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