Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
La Santa Misa. Renovación del Sacrificio de la Cruz.
Cuando el Señor celebraba la última Cena con sus discípulos, tenía presente en su mente y en su Corazón la escena de su Muerte en la cruz, que al día siguiente sería una realidad en el Calvario.
Jesús hacía presente sacramentalmente en un sacrificio incruento, lo que Él en aquel momento adelantaba, su Sacrificio de la Cruz. Después de su muerte, lo actualizarán en memoria suya los Apóstoles y los sucesores, por el ministerio sacerdotal, a quienes dio poder cuando les dijo: "Haced esto en conmemoración mía".
Por eso añade después S.Pablo: "Cada vez que coméis de este pan y bebéis de este cáliz, anunciáis la muerte del Señor, hasta que vuelva" (1 Co 11, 26).
Estampa confeccionada por Brais, que tenía 12 años y un blog.
Temor en el favor
Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro,
y la cándida víctima levanto,
de mi atrevida indignidad me espanto
y la piedad de vuestro pecho admiro.
y la cándida víctima levanto,
de mi atrevida indignidad me espanto
y la piedad de vuestro pecho admiro.
Tal vez el alma con temor retiro,
tal vez la doy al amoroso llanto,
que arrepentido de ofenderos tanto
con ansias temo, y con dolor suspiro.
tal vez la doy al amoroso llanto,
que arrepentido de ofenderos tanto
con ansias temo, y con dolor suspiro.
Volved los ojos a mirarme humanos,
que por las sendas de mi error siniestras
me despeñaron pensamientos vanos;
que por las sendas de mi error siniestras
me despeñaron pensamientos vanos;
no sean tantas las miserias nuestras
que a quien os tuvo en sus indignas manos
vos le dejéis de las divinas vuestras.
que a quien os tuvo en sus indignas manos
vos le dejéis de las divinas vuestras.
Lope de Vega
¿QUÉ TENGO YO QUE MI AMISTAD PROCURAS?...
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno escuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno escuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué estraño desvarío
si de mi ingratitud el yelo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
pues no te abrí! ¡Qué estraño desvarío
si de mi ingratitud el yelo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!
Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!
¡Y cuántas, hermosura soberana:
Mañana le abriremos -respondía-,
para lo mismo responder mañana!
Mañana le abriremos -respondía-,
para lo mismo responder mañana!
Lope de Vega
PASTOR
Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño,
Tú que hiciste cayado de ese leño,
en que tiendes los brazos poderosos,
me despertaste del profundo sueño,
Tú que hiciste cayado de ese leño,
en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño,
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño,
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, pastor, pues por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.
Espera, pues, y escucha mis cuidados,
pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?
pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?
Lope de Vega
El Santo Cáliz de la última Cena de Jesús
Custodiado en la Catedral de Valencia
ARREPENTIMIENTO
¡Cuántas veces, Señor, me habéis llamado,
y cuántas con vergüenza he respondido,
desnudo como Adán, aunque vestido
de las hojas del árbol del pecado!
y cuántas con vergüenza he respondido,
desnudo como Adán, aunque vestido
de las hojas del árbol del pecado!
Seguí mil veces vuestro pie sagrado,
fácil de asir, en una cruz asido,
y atrás volví otras tantas, atrevido,
al mismo precio en que me habéis comprado.
fácil de asir, en una cruz asido,
y atrás volví otras tantas, atrevido,
al mismo precio en que me habéis comprado.
Besos de paz os di para ofenderos,
pero si fugitivos de su dueño
hierran cuando los hallan los esclavos,
pero si fugitivos de su dueño
hierran cuando los hallan los esclavos,
hoy que vuelvo con lágrimas a veros,
clavadme vos a vos en vuestro leño,
y tendréisme seguro con tres clavos.
clavadme vos a vos en vuestro leño,
y tendréisme seguro con tres clavos.
Lope de Vega
De los Sonetos e imágenes de Internet
Si un lector,
después de la lectura de estos preciosos sonetos
de Lope de Vega,
no comprende un poco más la SANTA MISA
y no siente en su interior una llamada a aprovechar mejor
la cercanía de Jesús, que sale a nuestro encuentro...
podremos decir que es un poco o un muy necio.
Y ahora te añado
De
FRAY LUIS DE LEÓN - (1527-1591)
PREGUNTAS DE AMOR
Si pan es lo que
vemos, ¿cómo dura,
sin que comiendo
dél se nos acabe?
Si Dios, ¿cómo en
el gusto a pan nos sabe?
¿Cómo de sólo pan
tiene figura?
Si pan, ¿cómo le
adora la criatura?
Si Dios, ¿cómo en
tan chico espacio cabe?
Si pan, ¿cómo por
ciencia no sabe?
Si Dios, ¿cómo le
come su hechura?
Si pan, ¿cómo nos
harta siendo poco?
Si Dios, ¿cómo
puede ser partido?
Si pan, ¿cómo en el
alma hace tanto?
Si Dios, ¿cómo le
miro y le toco?
Si pan, ¿cómo del
cielo ha descendido?
Si Dios, ¿cómo no
muero yo de espanto?
PAN DE ÁNGELES
Comida celestial,
pan cuyo gusto
es tan dulce,
sabroso y tan suave,
que al bueno,
humilde, santo, recto y justo,
a manjar celestial,
como es, le sabe;
Justa condenación
del hombre injusto
si come el pan de
Dios se encierra y cabe;
el sumo Dios que en
sí se da y oculta
diga el bien que de
tanto bien resulta.
Pan de ángeles,
Dios tan verdadero,
que, aunque se
quiebra, se divide y parte,
está un inmenso
Dios, trino y entero,
en cualquiera
migaja y menor parte;
Agnus Dei,
sincerísimo Cordero
que en pan al
pecador gustas de darte;
pues eres todo
Dios, el que es bastante,
de su deidad en sí
cifrada cante,
Eres, pues, Dios,
de tu deidad tan digno
que no hay justo ni
santo entre los santos
que no se juzgue y
tenga por indigno
de bocado que da
regalos tantos;
eres Pan para el
bueno, tan benigno
que de
tribulaciones y de llantos
le produces y das
gloriosos bienes,
y para con el malo
los detienes.
Eres, pan
celestial, lo figurado
de aquel maná
sabroso del desierto;
Tú lo vivo y
aquello lo pintado,
aquello la figura y
tú lo cierto;
eres, pan, tan
glorioso y endiosado
que a decir tus
grandezas yo no acierto:
las angélicas
lenguas lo prosigan,
que faltas quedarán
aunque más digan.
FRAY LUIS DE LEÓN - (1527-1591)
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