Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
La música de
Dios
Un organista de
una iglesia estaba practicando una pieza de Felix Mendelssohn y no estaba
tocando muy bien. Frustrado, recogió su partitura de música y se dispuso a
irse. No había notado a un extraño que se había sentado en un banco de atrás.
Cuando el organista se dio la vuelta para irse, el extraño se le acercó y le
preguntó si él podía tocar la pieza. El organista respondió bruscamente: «Nunca
dejo que nadie toque este órgano.». Finalmente, después de dos peticiones
amables más, el músico gruñón le dio permiso con renuencia.
El extraño se
sentó y llenó el santuario de una hermosa e impecable música. Cuando terminó,
el organista preguntó: «¿Quién es usted?» El hombre contestó: «Yo soy Felix
Mendelssohn.» El organista por poco impide al creador de la canción que tocara
su propia música.
Hay veces en
que nosotros también tratamos de tocar los acordes de nuestra vida e impedimos
a nuestro Creador que haga una música hermosa.
Igual que el
obstinado organista, quitamos las manos de las teclas con renuencia. Como
pueblo Suyo, somos «creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano» (Efesios 2:10). Pero nuestras vidas no producirán una
música hermosa a menos que le dejemos obrar a través de nosotros.
Dios tiene una
sinfonía escrita para nuestras vidas. Dejémosle que haga su voluntad en
nosotros.
NO ESTÁ LIMITADA POR NUESTRA INCAPACIDAD.
Franja dice:.
Me ha
alegrado muchísimo encontrarme con este pequeño artículo. Me gustaría
encontrarme con uno de esos autores favoritos de los que intento interpretar su
música, que me dijese… ¿Me dejas tocarlo a mi? Para mí sería el mayor placer. Pero
ahora me pregunto: ¿Dejo interpretar a Dios la sinfonía que desea hacer por mí?
¿No le estaré impidiendo a Dios esa ocasión que me llevaría a la santidad? Voy
a tratar con el esfuerzo diario a componer esa gran sinfonía? ¿Me quieres
acompañar, lector, con tu ayuda? Así no me sentiré solo en el intento y tu música con la mía puede ser una obra maravillosa. Franja.
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