Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Contemplar el Evangelio
de hoy
Evangelio de hoy
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Día litúrgico: 27 de
Abril: La Virgen de Montserrat, patrona principal de Cataluña
Texto del Evangelio (Lc
1,39-47): En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la
región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a
Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo
el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con
gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y
¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis
oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha
creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!». Y
dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi
salvador».
P.
Abad Dom Josep Mª SOLER OSB Ab
ad de Montserrat
(Barcelona, España)
«Se levantó María y
se fue con prontitud a la región montañosa, entró en casa de Zacarías y saludó
a Isabel»
Hoy, en la solemnidad de
Nuestra Señora de Montserrat, la liturgia proclama el Evangelio de la
Visitación. María no se encierra en sí misma ni en el Misterio del que es
depositaria por obra de Dios. Lo vive a fondo, como nadie, pero por eso
precisamente va a ayudar, a servir, y no sólo a contemplar el don que Dios ha
otorgado a su parienta. En la Visitación, María es portadora de la salvación
mesiánica. Es, a la vez, portadora y sierva. Y su presencia trae a Cristo que
da el Espíritu y, por lo tanto, el gozo y la alabanza.
«En aquellos días, se
levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa» (Lc 1,39). Los
peregrinos que suben a nuestra montaña de Montserrat vienen a visitar a Santa
María. Traen con ellos los gozos y esperanzas, las penas y angustias, los
anhelos y alegrías de su vida, de su familia, de la parroquia o de la comunidad
donde viven su fe. La peregrinación es como una metáfora de la vida. Salimos de
casa, hacemos camino —a menudo con esfuerzo y abnegación—, pero andamos con
alegría y decisión porque sabemos que al final hay Alguien que nos espera.
Y, a pesar de todo, al
llegar a Montserrat, ante la viva imagen venerable de Santa María, el peregrino
advierte que en realidad es la Virgen María quien lo visita a él. María nos
sale al encuentro en lo más profundo de nuestro corazón. Viene “decididamente”
a visitarnos para traernos a su Hijo Jesucristo, para anunciarnos la Buena
Nueva de que Dios nos ha amado tanto, que nos ha dado a su Hijo para
rescatarnos del pecado y de la muerte. María nos trae a Cristo y nos dice
«Haced lo que Él os diga» (Jn 2,5). Nosotros hemos de ser, también,
“visitación” para cuantos hallamos en el camino de la vida.
INTRODUCCIÓN
A la Virgen, Madre de
Jesús, la aclamamos con muchas advocaciones, lo acepta porque sabe que de esta
manera se hace más próxima a nosotros.
Hoy la vemos donde el
Señor ha colocado su "palacio", en una esbelta montaña tan admirada y
venerada por todos los catalanes y por todo el mundo, que llamamos: "La
montaña de la Virgen de Montserrat".
Imaginémonos que hoy, que
hace un buen sol, hemos cogido el coche, y, al llegar a Montserrat, hemos
asistido a la misa pontifical, celebrada por el padre abad, y que hemos
escuchado atentos la homilía, que comentaba el evangelio, y ha subrayado tres
aspectos:
La venida de Jesús nos produce
una gran alegría. Como dijo Isabel: Cuando oyó el saludo de María, el niño
empezó a dar saltos en su seno (Lc 1,41).
La humildad de María,
cuando fue a ayudar a su prima Isabel: Pero, ¿cómo es posible que la madre de
mi Señor venga a visitarme? (Lc 1,43).
La fe de María: ¡Dichosa
tú que has creído! Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá (Lc 1,45).
Hemos escuchado a la
escolanía, que nos ha deleitado con sus cantos, y hemos participado en la
celebración, tan esmerada y perfecta, de los monjes.
Dejamos el templo y vamos
al camarín, allí, en silencio, miramos la imagen de la Virgen y repasamos la
historia de la devoción del pueblo catalán.
LA IMAGEN DE LA VIRGEN
MARÍA
La profecía de santa
Isabel cuando dice a María, que será bendita entre todas las mujeres, se cumple
en esta maravillosa imagen de la Virgen de Montserrat. Son incontables las
personas que han subido a Montserrat para venerarla y besarla.
DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN
DE LA VIRGEN
La imagen original de la
Virgen de Montserrat, bellísimo ejemplar del arte románico de finales del siglo
XII, o comienzo del XIII, es tallada en madera. En la mano derecha sostiene una
bola; con su mano izquierda sostiene suavemente la espalda del Niño Jesús, que
está sentado en su regazo materno, y coronado como la Virgen. Con la mano
derecha el Niño está en actitud de bendecir; con la izquierda sostiene una
piña. La imagen sentada, mide unos noventa y cinco centímetros de altura. Es
esbelta de cuerpo, según el estilo de la época, lo cual le confiere un aire de
honor y de espiritualidad que encanta.
La Virgen de Montserrat y
el Niño son negros de rostro. Este color no proviene de la madera, que no es
negra, ni de la pintura primitiva. El motivo hay que buscarlo, principalmente,
en el humo de los innumerables cirios que noche y día se quemaban en el altar
de nuestra Señora, en la antigua y reducida iglesia.
La imagen de la Virgen de
Montserrat es una imagen muy nuestra, de la madera de nuestros árboles; del
estilo románico, tan arraigado a nuestra historia, con una piña, fruto
típicamente mediterráneo, con su fisonomía serena nos invita a ser un pueblo
pacífico, acogedor y dialogante.
LOS SANTOS QUE HAN SUBIDO
A MONTSERRAT
Verdaguer decía de la
Señora Morena:
Los santos de nuestra
tierra
Pasan por vuestra sierra
Cuando al cielo suben.
Nombramos aquí, algunos
santos que subieron a Montserrat para venerar esta devota imagen y pedirle su
bendición, ayuda y protección: Ignacio de Loyola; Luis Gonzaga, 1582; Francisco
de Borja, 1533; Juan de Mata, 1289; Pedro Nolasco; José de Calasanz Pedro
Claver; Antonio Mª. Claret; Enrique de Ossó; el beato Ramón Llull, San Josemaría y otros.
Monasterio de Monserrat
Una anécdota
San Salvador de Horta
subía a la montaña con frecuencia y de incógnito, pero, hacia el año 1540, los
enfermos que lo seguían de todas partes, lo descubrieron en Montserrat. La
noticia se divulgó pronto, y los hospitales se quedaron sin enfermos porque se
fueron también a Montserrat. Nunca había habido tantos visitantes enfermos en
nuestro monasterio. Al salir a la plaza del santuario, la pobre gente se
abalanzó al santo, y le pedían a gritos la salud. Salvador de Horta impuso
silencio y los dijo graciosamente: ¿Tenéis tan cerca de vosotros el abundante
manantial de todas las gracias, y venís a mí, que no soy más que una pizca de
esta fuente? ¡Haremos una cosa! Primero os iréis a confesar; después yo vendré
con vosotros y todos juntos rogaremos a la Virgen por vuestra curación Se
aseguraba que no ocurría ningún milagro en Montserrat, pero todos los enfermos
que se encomendaban a la Moreneta quedaban curados.
LA JERARQUÍA DE LA
IGLESIA VISITA MONTSERRAT, COMO TAMBIÉN LAS AUTORIDADES CIVILES
Han sido innumerables los
cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas que han subido a
Montserrat. Hay que destacar la visita del papa Juan Pablo II, cuando vino a
España, el año 1982. También reyes y gobernantes hay subido a Montserrat.
Personalmente, soy un gran
devoto de la Virgen de Montserrat. Después de mi ordenación sacerdotal, subí,
con mucha devoción, para celebrar una de mis primeras misas, en el camarín de
la Virgen. Siempre que he tenido alguna dificultad, personal o de la parroquia,
he subido a Montserrat a pedir ayuda a la Madre, y muchas veces he vuelto para
darle las gracias. Mi vida sacerdotal está unida a Montserrat.
EL PUEBLO CATALÁN QUIERE
MUCHO A SU VIRGEN DE MONTSERRAT
El año 1881, el papa León
XIII declaró a la Virgen de Montserrat patrona principal de las diócesis de
Cataluña, al acabarse la celebración del milenario del supuesto encuentro de la
imagen, decía: catalanes, en la montaña de Montserrat tenéis a vuestra Madre.
Incontables son las
peregrinaciones que se han hecho, y se hacen, a la montaña de Montserrat para
venerar la Virgen Moreneta. Porque, como nos dice el papa León XIII, tenemos a
nuestra madre y sabemos que, tal y como está escrito en el Libro Rojo de
Montserrat, encontraremos consuelo y alegría. Los que están tristes y afligidos
por cualquier razón, esta Madre de consuelo los confortará y les dará alegría.
Además de las
peregrinaciones y personas que particularmente suben a Montserrat, tenemos que
contar los turistas, puesto que todas las agencias de Cataluña, en su ruta,
esta Montserrat. Aunque muchos van sólo por turismo, no por eso dejan de
visitar a la Virgen, y ella, sin duda, los bendice.
Terminemos con la
plegaria del gran obispo de Vic Torres y Bages:
Señor, Vos que has
querido que vuestra Madre tuviera un trono en la montaña de Montserrat, haz que
el pueblo catalán, bajo su guía, se encamine hacia la gloria del cielo.
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