Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
SANTOS DEL 18 AL 24 DE ABRIL 2016
IV
SEMANA DE PASCUA
SANTOS DE LA SEMANA
LUNES, 18
Beato Andrés Hibernón
Nació en Murcia (España), aunque sus
padres vivían en Alcantarilla, el año 1534. En casa recibió una exquisita
formación cristiana. Estuvo trabajando en Valencia en las propiedades de un tío
suyo, y luego en Granada. En 1556 vistió el hábito franciscano como hermano
lego entre los observantes. Más tarde, buscando una mayor austeridad de vida,
pasó a los descalzos o alcantarinos. Se distinguió por su vida de penitencia,
oración y contemplación, que estuvo acompañada de carismas extraordinarios, así
como por el fiel cumplimiento de sus oficios conventuales y la particular
atención a los pobres y necesitados. Sus devociones favoritas fueron la
Eucaristía y la Virgen María en el misterio de su Inmaculada Concepción. Pasó
los últimos años de su vida en Gandía (Valencia), donde murió el 18 de abril de
1602. Tuvo amistad con los santos de su tiempo: Pascual Bailón, Juan de Ribera,
Luis Beltrán.
ORACIÓN
Oh Dios, que adornaste al
bienaventurado Andrés con el don de una admirable inocencia y contemplación;
concédenos por sus ruegos que, en medio de la inestabilidad de las cosas del
mundo, podamos unirnos a ti de todo corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
MARTES, 19
San León IX
› Papa
de 1049 a 1054 ‹
Nació en Alsacia el año 1002, y
estaba emparentado con los emperadores alemanes Conrado II y Enrique III. Era
canónigo y diácono cuando fue nombrado obispo de Toul, oficio en el que se
mostró reformador de la Iglesia y defensor de su libertad; fue consejero de
sucesivos emperadores. Muerto el papa Dámaso II, el emperador Enrique III lo
designó papa, pero él se negó a asumir funciones papales hasta que el clero y el
pueblo de Roma lo eligieron. Con él se puso en marcha la reforma de la Iglesia.
Celebró un sínodo en Roma, viajó por Europa visitando diócesis y celebrando
sínodos, impulsando el espíritu de reforma y revitalizando los estamentos
eclesiales, luchando contra la simonía y la vida irregular de sacerdotes.
Estuvo un tiempo preso de los normandos. Surgida la polémica con el patriarca
de Constantinopla Miguel Cerulario, tras hacer cuanto estaba de su parte para
salvar la unidad de la fe y de la disciplina de la Iglesia, le envió una
embajada que acabó excomulgándolo el 16 de julio de 1054, fecha de la ruptura
entre Oriente y Occidente. El papa murió antes, el 19 de abril de aquel mismo
año.
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que
pusiste a san León como guía de tu pueblo para servirlo con la palabra y el
ejemplo, por su intercesión, protege a los pastores de tu Iglesia junto al
rebaño que les has confiado, y condúcelos por el camino de la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
MIÉRCOLES, 20
Santa Inés Segni de Montepulciano
Nació cerca de Montepulciano
(Toscana, Italia) en la segunda mitad del siglo XIII de familia noble. Su
trayectoria es sorprendente y se sale de lo habitual. A los 9 años ingresó en
el monasterio de las monjas penitentes «del Saco», así llamadas por su vestido.
Cinco años después acompañó a la maestra de novicias a Proceno, junto a
Viterbo, para fundar un monasterio del que al año siguiente, con 15 años, fue
elegida superiora. Sus cualidades y su santidad, su piedad, ternura e infancia
espiritual, sin que le faltaran sufrimientos e incomprensiones, llamaron la
atención de todos. En 1306 volvió a Montepulciano como superiora del nuevo
monasterio allí construido. Pasados unos años, la comunidad adoptó las
Constituciones de las monjas dominicas y se puso bajo la dirección de los
frailes predicadores. En sus últimos años Inés sobrellevó con gran paciencia
los dolores de una enfermedad del aparato digestivo, y murió el 20 de abril de
1317.
ORACIÓN
Oh Dios, que enriqueciste a tu esposa
Santa Inés con un admirable fervor en la oración; concédenos que, a imitación
suya, teniendo siempre en ti nuestro corazón, podamos conseguir el fruto
excelente de sentirnos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
JUEVES, 21
San Anselmo de Canterbury (o de Aosta),
›
Obispo y Doctor de la Iglesia ‹
Nació el año 1033 en Aosta
(Piamonte, Italia) de familia noble y rica. En su juventud quiso abrazar la
vida monástica, pero no se lo permitió su padre. Estuvo viajando por varios
países, hasta que llegó al monasterio benedictino de Bec, en Normandía
(Francia), donde le cautivó la figura de Lanfranco de Pavía y en el que
ingresó. Estudió, se ordenó de sacerdote y enseñó teología. En 1078 fue elegido
abad y se consagró a la formación de los monjes en el camino de la Regla y en
el servicio de Dios. Visitó Canterbury (Inglaterra), donde estaba de arzobispo
Lanfranco de Pavía, y fue tal la impresión que dejó, que lo eligieron para
sucederle en 1093. Al frente de su diócesis tuvo que padecer mucho por defender
la libertad de la Iglesia en sus tirantes relaciones con los monarcas ingleses,
sufriendo dos veces el destierro. Fue un teólogo eminente y su amplia
producción literaria es importante para el desarrollo del pensamiento cristiano
en siglos posteriores. Es el prototipo del creyente que busca entender su fe
para dar razón de ella. Murió en su sede episcopal el 21 de abril de 1109.
ORACIÓN
Señor Dios, que has concedido a tu
obispo san Anselmo el don de investigar y enseñar las profundidades de tu
sabiduría, haz que nuestra fe ayude de tal modo a nuestro entendimiento, que
lleguen a ser dulces a nuestro corazón las cosas que nos mandas creer. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
VIERNES, 22
Santos Cayo y Sotero – papas
Cayo era originario de Dalmacia y
pariente del emperador Diocleciano. La violencia de la persecución le obligó a
vivir ocho años en las catacumbas. Sus sufrimientos por la fe le merecieron el
título de mártir.
San Sotero por su parte sucedió a
San Aniceto en la cátedra de San Pedro. Eusebio nos ha conservado una carta en
la que San Dionisio, obispo de Corinto alude la paternal bondad del Papa,
especialmente con los que habían sufrido por la fe en Cristo. Además, San
Dionisio manifiesta que en las iglesias de Corinto se leyó una carta escrita
por San Sotero junto con la carta del Papa San Clemente, considerada por
algunos autores como la famosa "segunda carta de San Clemente". La
Iglesia venera a San Sotero como mártir, pero no existe ningún relato de su martirio.
Tiempos nada fáciles los que le
tocaron vivir a San Sotero. Fue el sucesor en el pontificado del Papa Aniceto
muerto el año 165. Había nacido en la Campania italiana, en Fondi y su padre se
llamaba Concordio.
Durante su pontificado se extendió
la Iglesia ya que él mismo ordenó a bastantes diáconos, sacerdotes y obispos.
En el terreno disciplinar dictó leyes sobre el lugar de las mujeres en la
Iglesia y, sobre todo, atajó con gran valentía las herejías que se cernían
sobre la Iglesia en aquellos tiempos iniciales del cristianismo.
En su tiempo se extendió la herejía
de Montano que propugnaba un exagerado rigorismo de costumbres. La penitencia
más rigurosa y la vida más perfecta debían practicarla todos los cristianos
para no caer en pecado, sobre todo si se trataba de pecados muy graves, ya que
no se les podían perdonar porque la Iglesia carecía de poder para ello. Esta
doctrina que después defenderían Tertualiano y, sobre todo, Novaciano, fue
condenada por la Iglesia en tiempos del Papa San Sotero. Él defendió la
doctrina que siempre se había predicado y defendido en la Iglesia desde
Jesucristo, que para el pecador arrepentido no hay pecado alguno, por grande
que éste sea, que no se le pueda conceder el perdón. Así desaparecía el clima
de rigorismo y pesimismo que atormentaba a los cristianos tan en contradicción
con la doctrina del Evangelio que es de amor, perdón, alegría y esperanza...
Otra característica de San Sotero
fue su ardiente caridad para con los necesitados. Él era todo para todos y
quería que se viviera de acuerdo con lo que los Hechos de los Apóstoles
expresan de los primeros cristianos, que «todo era común entre ellos» y que
«todos eran un solo corazón y una sola alma»... San Sotero pedía limosnas a las
Iglesias más ricas para distribuirlas entre las más pobres y se esforzaba «por
tratar a todos con palabras y obras como un padre trata a sus hijos». Durante
su pontificado el emperador Marco Aurelio (161-180), persiguió sañudamente a la
Iglesia y durante este tiempo hubo abundantes mártires, entre ellos el mismo
Papa que parece murió mártir el 22 de Abril del 175.
ORACIÓN:
Dios nuestro, que nos das la
perseverancia en la fe y la fortaleza en la debilidad; concédenos, por el
ejemplo y la intercesión de los mártires Papas Cayo y Sotero, participar de la
pasión y resurrección de tu Hijo único, y así alcanzar, con tus santos, la
alegría eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SÁBADO, 23
San Adalberto.
Nació alrededor del año 956 en
Libice (Bohemia). Estudió en Magdeburgo, y muy joven lo nombraron obispo de
Praga. Su ministerio pastoral no resultó fácil, pues mucha gente seguía
teniendo mentalidad y costumbres paganas. Pronto tuvo que abandonar la ciudad,
y marchó a Roma, donde se hizo monje benedictino. Tras varias idas y venidas
entre Praga y Roma, el Papa aceptó su renuncia a la diócesis de Praga y lo
envió como misionero para anunciar a Cristo a pueblos que todavía no lo
conocían en Polonia, Baviera, Hungría, Eslovaquia... Quiso predicar también en
la Prusia aún pagana. Atravesó en barca la laguna del Vístula, pero fue mal
recibido y falleció traspasado por una lanza el día 23 de abril del año 997 en
la aldea de Tenkitten, junto al
golfo de Gdansk, cerca de la costa báltica.
ORACIÓN:
Oh Dios, que concediste la corona
del martirio a san Adalberto, obispo, encendido en el celo por la salvación de
las almas, concédenos, por su intercesión, que nunca falte a los pastores la
obediencia de su grey ni ésta carezca de la asistencia de los pastores. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
* * * EL
MISMO DÍA * * *
San Jorge
La
figura de este mártir nos llega desde la remota antigüedad cristiana envuelta
en leyenda. Nacido en Capadocia y educado en la fe cristiana por su madre, dejó
su cargo en el ejército imperial, cambiándolo por la profesión de la milicia
cristiana; repartió sus bienes entre los pobres, se enfrentó a los cultos
paganos y sufrió cruel martirio durante la persecución de Diocleciano a
comienzos del siglo IV. Ya en ese siglo fue objeto de veneración en Dióspolis o
Lidda (Palestina), donde había una iglesia construida en su honor, en la que se
veneraba su sepulcro. Su culto se difundió ampliamente desde muy antiguo por
Oriente y Occidente. La tradición popular y el arte lo representan como el
caballero que hace frente al dragón, símbolo de la fe intrépida que triunfa
sobre la fuerza del maligno.
ORACIÓN
Señor, alabamos tu poder y te rogamos que san Jorge, fiel imitador de la
pasión de tu Hijo, sea para nosotros protector generoso en nuestra debilidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
DOMGIGO 24
V DE PASCUA
San Fidel de
Sigmaringa
Nació
en Sigmaringa (Suabia, Alemania) el año 1578, en tiempos agitados por la
Reforma protestante. Fue un joven de vida intachable, que estudió filosofía y
derecho en Friburgo de Brisgovia con excelentes resultados. Ejerció luego la
abogacía con tal amor a la justicia y a los más indefensos, que le dieron el
sobrenombre de «abogado de los pobres». En 1612 recibió la ordenación
sacerdotal y poco después ingresó en los capuchinos. Fue un predicador
incansable entre los católicos y los hermanos separados en los diversos
cantones de Suiza y Suabia. Por su gran actividad misionera, la Congregación de
la Propagación de la Fe, recién creada, le encargó fortalecer la fe católica en
Suiza. Los herejes se conjuraron para acabar con su vida y lo asesinaron el 24
de abril de 1622 en Seewis (Suiza), donde lo habían invitado a predicar. Lo
canonizó Benedicto XIV en 1746.
ORACIÓN
Señor Dios, que te has dignado conceder la palma del martirio a san Fidel
de Sigmaringa cuando, abrasado en tu amor, se entregaba a la propagación de la
fe, concédenos, te rogamos, que arraigados, como él, en el amor, lleguemos a
conocer el poder de la resurrección de Jesucristo. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos. Amén.
Confeccionado
por Franja y Alen-Perkins
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