Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
SANTOS DEL 9 AL 15 MAYO 2016
VII
SEMANA DE PASCUA
SANTOS DE LA SEMANA
LUNES, 9
Santa
Catalina de Bolonia
Nació en Bolonia en 1413 de familia noble. Recibió una esmerada
educación humanística en la corte de Ferrara. Después de la experiencia
religiosa en una asociación piadosa de mujeres y de largos años de tribulación
espiritual, formó parte, en 1432, de la primera comunidad de clarisas de
Ferrara. La nombraron maestra de novicias, a las que dio una sólida formación
con su ejemplo y sus consejos, fruto de sus experiencias. Allí escribió su obra
principal, «Las siete armas», que tiene tanto de autobiografía como de tratado
espiritual. En 1436 se trasladó a Bolonia con otras monjas, para poner en
marcha, como abadesa, un nuevo monasterio. Sobresalió en la pobreza y humildad.
Vivió el seguimiento de Cristo crucificado, la contemplación del Niño de Belén
y el amor a la Eucaristía con su temperamento vivaz y artístico, propenso al
canto y a la danza. Murió en Bolonia el 9 de marzo de 1463
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que has colmado de gracias extraordinarias a tu
virgen santa Catalina de Bolonia, concédenos imitar sus virtudes para merecer
con ella el gozo de tu reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
MARTES, 10
San Juan de Ávila
Nació en Almodóvar del Campo (Ciudad
Real, España) el año 1499. Después de estudiar en Salamanca y Alcalá, se ordenó
de sacerdote en 1526. Distribuyó sus bienes entre los pobres y decidió marchar
a las Indias. Pero el arzobispo de Sevilla consiguió que se quedara en su
diócesis. Desarrolló una muy intensa actividad apostólica especialmente en el
sur de España, por lo que se le llama el Apóstol de Andalucía. Y no sólo
durante su vida, sino también después de su muerte, con sus cartas, pláticas,
sermones y escritos, llenos de unción evangélica, ha influido poderosamente en
la historia de la espiritualidad. Acusado injustamente de herejía a la
Inquisición, fue recluido en la cárcel, en la que escribió una parte importante
de su doctrina espiritual; lo absolvieron en 1533. En Granada convirtió a san
Juan de Dios. Fundó colegios para la formación del clero y dirigió varios
memoriales al Concilio de Trento sobre la situación de los sacerdotes. Reunió
discípulos, predicó sin cansancio, dirigió a muchas almas personalmente o por
carta. Murió en Montilla (Córdoba) el 10 de mayo de 1569. Es patrono del clero
secular español
ORACIÓN
Oh Dios, que hiciste de san Juan de
Ávila un maestro ejemplar para tu pueblo por la santidad de su vida y por su
celo apostólico, haz que también en nuestros días crezca la Iglesia en santidad
por el celo ejemplar de tus ministros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
MIÉRCOLES, 11
Beato Ceferino Namuncurá
Nació en Chimpay (Río Negro,
Argentina) el día 25 de agosto de 1886. Su padre fue él último «gran cacique»
de los indios mapuches, que tuvo que rendirse al ejército argentino. Tenía 11
años cuando lo llevaron a Buenos Aires a estudiar. Ingresó en el colegio «Pío
XI» de los salesianos. Fue grande su esfuerzo por insertarse en una cultura que
no era la suya. Progresó en los estudios y en las prácticas de piedad, se
apasionó por el catecismo y se hizo simpático a todos. Quiso seguir los pasos
de Domingo Savio. Concibió el propósito de ser sacerdote para evangelizar a su
pueblo, pero por entonces enfermó de tuberculosis. Lo hicieron volver a su
clima natal. Empezó a estudiar en Viedma con los aspirantes al sacerdocio. El
Vicario Apostólico lo envió a Italia para que prosiguiera los estudios y
tuviera una mejor atención médica. Entró en el colegio salesiano de Frascati,
pero el 28 de marzo de 1905 tuvo que ser internado en el hospital
Fatebenefratelli de la isla Tiberina de Roma, donde murió el día 11 de mayo
siguiente. Era un fruto maduro de espiritualidad juvenil salesiana, que
encarnaba los sufrimientos, angustias y aspiraciones de su gente mapuche. Fue
beatificado el año 2007.
ORACIÓN
Dios nuestro, que has puesto a los
santos como ejemplo y ayuda para facilitar a los débiles el camino de la
salvación, al celebrar la fiesta del Beato Cefereino Namancurá concédenos
bondadosamente que, siguiendo sus pasos, caminemos hacia ti. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
JUEVES, 12
Santos Nereo y Aquiles
Según refiere san Dámaso, eran
soldados del ejército romano, adscritos a un tribunal y encargados de las
torturas y de las ejecuciones capitales, prontos a obedecer, por temor, las
órdenes impías del magistrado. Impresionados por el ejemplo y la fortaleza de
los mártires cristianos, se convirtieron al verdadero Dios y abrazaron la
religión cristiana. Depusieron las armas, abandonaron el campamento militar y
confesaron su fe en Cristo. Por ello fueron arrestados y ejecutados en Roma a
finales del siglo III o principios del siglo IV. Sus cuerpos fueron depositados
en el cementerio de Domitila, en la vía Adreatina de Roma.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, concédenos sentir
la piadosa protección de los gloriosos mártires Nereo y Aquiles, que nos han
dado en su martirio un valeroso testimonio de fe. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
*
* * EL
MISMO DÍA * * *
San Pancracio
Nació en la región de Frigia, Asia
Menor (en la actual Turquía), de padres de la nobleza pagana y, al quedar
huérfano, su tutor lo llevó a Roma, donde se convirtió a Cristo, porque le
convenció el ejemplo de los mártires, y recibió el bautismo. Pronto compartió
su suerte pues a los catorce años de edad fue decapitado, durante la
persecución de Diocleciano, a principios del siglo IV. La matrona Octavilla lo
sepultó en una propiedad suya, en el segundo miliario de la vía Aurelia de
Roma, donde se levanta la basílica a él dedicada por el papa Símaco. En la
antigüedad y en la Edad Madia fue intenso el culto de san Pancracio, como lo
muestran, entre otras cosas, los dos monasterios levantados en Roma en honor
suyo.
ORACIÓN
Señor, que se alegre tu Iglesia,
confiada en la protección de san Pancracio, y que por los ruegos de tu mártir
se mantenga fiel a ti y se consolide en la paz verdadera. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
VIERNES, 13
Nuestra Señora de Fátima
A partir del 13 de mayo de 1917, la
Virgen María se estuvo apareciendo a los niños Francisco, su hermana Jacinta y
su prima Lucía, en Cova de Iría, lugar de Fátima, en Portugal. Los videntes
habían nacido en Ajustrel, caserío de Fátima, eran niños normales y sanos,
piadosos y cercanos a la parroquia, y se dedicaban al pastoreo. A diario
cuidaban de sus ovejas, jugaban y rezaban el Rosario. Ya habían tenido
apariciones de un ángel, cuando aquel día se les apareció la Señora vestida de
blanco sobre un carrasco; las apariciones se repitieron. Nadie daba fe a lo que
decían los niños, que tuvieron que pasar un tiempo en la incomprensión y una
cierta persecución. En sus mensajes, la Virgen llamaba a los fieles a la
oración por los pecadores y a la conversión íntima de los corazones.
ORACIÓN
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, te adoramos profundamente y te ofrecemos el preciosísimo
Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos
los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que Él es
ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del
Inmaculado Corazón de María, te pedimos la conversión de los pecadores. Amén.
SÁBADO,
San Matías - Apóstol
Elegido en sustitución de Judas
Iscariote. Después de la Ascensión del Señor, Pedro propuso a los hermanos:
«Hace falta que se asocie a nosotros como testigo de la resurrección de Jesús,
uno de los que nos acompañaron mientras convivió con nosotros el Señor».
Propusieron dos nombres: José, llamado Barsabás, y Matías. Rezaron al Señor
diciendo: «Tú penetras el corazón de todos; muéstranos a cuál de los dos has
elegido para que, en este servicio apostólico, ocupe el puesto que dejó Judas».
Echaron suertes, le tocó a Matías y lo asociaron a los once apóstoles (Hch
1,15-26). Nada más sabemos de cierto sobre su vida.
ORACIÓN
Oh Dios, que quisiste agregar a san
Matías al colegio de los apóstoles, concédenos, por sus ruegos, que podamos
alegrarnos de tu predilección al ser contados entre tus elegidos. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
DOMINGO 15
Domingo de
Pentecostés
Pentecostés
es una palabra de origen griego que significa cincuenta. Los judíos celebraban
la fiesta de las siete semanas (Ex 34, 22), donde daban gracias a Dios por las cosechas, es decir, daban gracias por el
fruto nacido de la tierra. Después cambiaron el significado, para dar gracias
por la ley entregada a Moisés en el Sinaí, la Alianza del Antiguo Testamento,
donde Dios se compromete a estar con su pueblo siempre y ellos a cumplir los
mandamientos.
Jesús
en la Última Cena promete enviar el Espíritu Santo para que esté con sus
discípulos siempre. Esta es la Alianza del Nuevo Testamento, cincuenta días
después de la resurrección de Jesús: “Estando todos reunidos en un mismo lugar,
de repente vino del cielo un ruido, como el de una ráfaga de viento impetuoso
que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas
lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos;
quedaron todos llenos del Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse”. (Hch 2, 1-4)
Desde
entonces la Iglesia Católica reconoce que el Espíritu Santo es quien guía el
rumbo de la Iglesia y, el de cada bautizado, sin importar la época en nos haya
tocado vivir. La fiesta de Pentecostés es una de las más grandes que celebra la
Iglesia después de Navidad y Resurrección, pues reconocemos la venida del
Espíritu Santo sobre aquella primera comunidad cristiana, infundiendo en ellos
los dones y carismas necesarios para perseverar en la verdad, llevar a cabo la
misión encomendada por Jesús, de ser testigos, ir, bautizar y enseñar a todas
las naciones. (Jn 14,15)
La
fiesta de Pentecostés es un día en que los católicos tenemos la oportunidad de
revivir intensamente nuestra relación con Dios, gozarnos el fruto de la Pascua
que hay en nuestros corazones por la felicidad de saber que Cristo resucito en
mí, que soy tan amado por Dios, que puedo vivir la experiencia de la venida del
Espíritu Santo.
Después
de su pasión y muerte, Jesús se presentó a los apóstoles que había elegido,
dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles durante cuarenta días y
hablándoles acerca de lo referente al Reino de Dios. Les prometió que serían
bautizados en el Espíritu Santo: «Recibiréis –les dijo– la fuerza del Espíritu
Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda
Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra». Y entre las muchas
instrucciones que les fue dando, San Mateo recuerda que les habló así: «Me ha
sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a
todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo
estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».
Por
último, a los cuarenta días de su resurrección, el Señor Jesús llevó a sus
discípulos fuera de Jerusalén, a la cima del Monte de los Olivos, cerca de
Betania, y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los
bendecía, se separó de ellos, fue elevado al cielo, una nube lo ocultó a sus
ojos, y se sentó a la diestra de Dios.
Estando
ellos mirando fijamente al cielo mientras Jesús se iba, se les aparecieron dos
hombres vestidos de blanco que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando
al cielo? Éste que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le
habéis visto subir al cielo». Entonces se volvieron con gran gozo a Jerusalén y
perseveraban todos constantes en la oración, con un mismo espíritu, en compañía
de María, la madre de Jesús.
ORACIÓN
Dios nuestro, que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia
extendida por todas las naciones, concede al mundo entero los dones del
Espíritu Santo y continúa realizando entre los fieles la unidad y el amor de la
primitiva Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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