Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
SANTOS DEL 21 DE AL 27 DE SEPTIEMBRE 2015
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LUNES, 21
San Mateo
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Nacido en Cafarnaún, era de profesión publicano o recaudador de
impuestos cuando Jesús lo llamó. Escribió en arameo el primero de los
evangelios, que relata así su vocación. Vio Jesús a un hombre llamado Mateo,
sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y le
siguió. Y estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores,
que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al
verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con
publicanos y pecadores?». Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico
los sanos, sino los enfermos. Que no he venido a llamar a los justos, sino a
los pecadores». Y a partir de entonces el nombre de Mateo figura entre los Doce
elegidos por el Señor. En su evangelio proclama principalmente que Jesucristo,
hijo de David, hijo de Abrahán, llevó a plenitud el Antiguo Testamento. Por lo
demás, poco sabemos de su actividad apostólica y de las circunstancias de su
martirio. Se dice que predicó en el Oriente.
ORACIÓN
Oh Dios, que en tu infinita misericordia te dignaste elegir a san
Mateo para convertirlo de publicano en apóstol, concédenos que, fortalecidos
con su ejemplo y su intercesión, podamos seguirte siempre y permanecer unidos a
ti con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
MARTES, 22
San Mauricio,
Mártir.
Nació muy probablemente en la región de Tebas, en Egipto, cuando
ese territorio formaba parte del Imperio Romano.
De acuerdo con la tradición, San Mauricio era un oficial romano,
comandante de la Legión 22, llamada también “Legión Tebana”.
Este grupo militar se llamaba así porque todos sus integrantes
habían sido reclutados en la egipcia Tebas, y tenía la característica de que
todos ellos eran cristianos. Las maniobras castrenses del Imperio habían
acantonado a la Legión Tebana en Agaunum, la actual St-Maurice, en Valais, Suiza.
San Mauricio recibió eventualmente la orden que provenía
directamente de Maximiano, el emperador corregente, de perseguir y matar
cristianos.
Hablando a nombre de todos sus soldados, San Mauricio se negó
terminantemente a asesinar a sus hermanos en la fe; de igual modo, ninguno de
los integrantes de la Legión Tebana aceptó venerar a los dioses de los romanos.
El desacato provocó la ira de Maximiano, quien ordenó, como
escarmiento y para atemorizar a los soldados, que la legión fuera diezmada, lo
que significaba que a uno de cada diez lo pasaban por las armas.
La táctica no tuvo éxito, pues ningún tebano obedeció. Los romanos
repitieron la operación tantas veces, que al final no les quedó ningún
cristiano para seguir martirizando.
San Mauricio, junto con los otros jefes de la Legión Tebana, San
Cándido, San Inocencio, San Exuperio, San Vital, San Urso y San Víctor fueron
sacrificados asimismo, sin importar su elevado rango militar romano.
El culto de San Mauricio proliferó en toda la Europa de la Edad
Media, y por largos siglos St-Maurice atrajo peregrinos de muchos países. San
Mauricio fue canonizado en 962 por el papa Juan XII.
SAN MAURICIO nos enseña la importancia de tener claridad en la
preferencia de nuestros valores.
ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que diste a san Mauricio la gracia de
luchar hasta la muerte por practicar la justicia; concédenos, en virtud de sus
ruegos, soportar por tu amor todas las adversidades y caminar con valentía
hacia ti, que eres la vida verdadera.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
MIÉRCOLES, 23
San Pío de
Pietrelcina
Nació en Pietrelcina (Benevento, Italia) el año 1887, y en 1903
entró en la Orden Capuchina. Ordenado de sacerdote en 1910, fue destinado en
1916 al convento de San Giovanni Rotondo, donde permaneció hasta su muerte,
desarrollando una extraordinaria aventura de taumaturgo y de apóstol del
confesonario. Desde 1918 llevó en su cuerpo las llagas del Señor y fue objeto
de otros dones divinos extraordinarios. Se santificó viviendo a fondo en carne
propia el misterio de la cruz de Cristo y cumpliendo en plenitud su vocación de
colaborador en la Redención. Centró su vida pastoral en la dirección espiritual
de los fieles, la reconciliación sacramental de los penitentes y la celebración
de la Eucaristía. Su preocupación por los pobres y los enfermos se materializó en
la «Casa Alivio del Sufrimiento». Otra iniciativa suya fueron los grupos de
oración, que rápidamente se extendieron por todo el mundo. Murió el 23 de
septiembre de 1968 en San Giovanni Rotondo (Apulia). Juan Pablo II lo beatificó
en 1999 y lo canonizó en 2002.
ORACIÓN
Dios omnipotente y eterno que, con gracia singular concediste al
sacerdote san Pío participar en la cruz de tu Hijo y, por medio de su
ministerio, has renovado las maravillas de tu misericordia, concédenos, por su
intercesión, que unidos constantemente a la pasión de Cristo podamos llegar
felizmente a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
JUEVES, 24
La Virgen de
la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes
Es una de las advocaciones marianas de la Bienaventurada Virgen
María. Es equivalente también el nombre de Virgen de la Misericordia.
Se dice que el 1 de agosto de 1218, fiesta del santo fundador
Pedro Nolasco tuvo una visita de la Santísima Virgen, dándose a conocer como La
Merced, que lo exhortaba a fundar una Orden religiosa con el fin principal de
redimir a aquellos cristianos cautivos. En ese momento, la península Ibérica
estaba dominada por los musulmanes, y los piratas sarracenos asolaban las
costas del Mediterráneo, haciendo miles de cautivos a quienes llevaban al norte
de África.
Pedro Nolasco impulsó la creación de la Real y Militar Orden de la
Merced, que fue fundada en la Catedral de Barcelona, con el apoyo del rey Jaime
I el conquistador, en 1218.
En las primeras Constituciones de la Orden, en 1272, la Orden
recibe ya el título de "Orden de la Virgen de la Merced de la Redención de
los cristianos cautivos de Santa Eulalia de Barcelona".
En el año 1265 aparecieron las primeras monjas (comendadoras) de
la Merced.
Se calcula que fueron alrededor de trescientos mil los redimidos
por los frailes mercedarios del cautiverio de los musulmanes.
Los seguidores de la Orden de la Merced estuvieron entre los
primeros misioneros de América, en la isla de La Española o República Dominicana
ORACIÓN
Padre Misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo,
Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María; concede a
cuantos la invocamos con el Título de La Merced, gozar la libertad de hijos,
que Cristo nuestro Señor nos mereció con su sacrificio y ofrecerla
incansablemente a todos los hombres. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
VIERNES, 25
San Sergio de
Radonez
Es considerado gran maestro de la vida monástica rusa y protector
de Rusia. Nació de familia noble en Rostov en torno al año 1314. A los veinte
años, siguiendo el ejemplo de los Padres del desierto, inició la vida eremítica
en un bosque cerca de Radonez, no lejos de Moscú. Pronto se le unieron muchos
seguidores, y en 1354 empezó con ellos la vida monástica en comunidad. Así
nació el monasterio de la Santísima Trinidad, punto de referencia para el
monacato de la Rusia septentrional. «Como san Francisco de Asís, santo al que
muchos hagiógrafos lo han comparado, san Sergio trabajaba con empeño no sólo al
servicio de la Iglesia, sino también al de la sociedad, oponiéndose al egoísmo
y a los intereses privados y difundiendo la paz y el amor de Cristo» (Juan Pablo
II, Angelus del 4-X-92). Se le atribuyeron experiencias místicas, como las
visiones. Murió en su monasterio el 25 de septiembre de 1392, y sus restos
mortales se veneran en la iglesia de la Santísima Trinidad, lugar que a lo
largo de los siglos ha sido y sigue siendo un importante centro de la
espiritualidad rusa.
ORACION
Dios nuestro, que llamaste a tu servidor san Sergio Radonez para
vivir en el seguimiento de Cristo, concédenos, por su intercesión, que
apartándonos de todo egoísmo podamos unirnos a ti de todo corazón.
SÁBADO, 26
San Cosme y
San Damián
Son dos de los mártires más famosos y venerados de la antigüedad
cristiana, lo que hizo que, a falta de datos históricos, fueran objeto de
muchas leyendas. Eran médicos anargiri, o sea, que ejercían su profesión
gratuitamente, y fueron martirizados a finales del siglo III en la ciudad de
Cirro, junto a Alepo, en la Siria septentrional. En Cirro se levantó la primera
basílica en su honor, y su culto se extendió por Oriente, pasando luego a Roma
y a toda la Iglesia; fueron numerosos los templos y monasterios que se les
dedicaron. Son célebres los mosaicos de Ravena que los celebran. Los médicos,
los farmacéuticos y muchas organizaciones de profesionales de la sanidad los
tienen por patronos, y su patrocinio es invocado contra las enfermedades.
ORACIÓN
Proclamamos, Señor, tu grandeza al celebrar la memoria de tus
mártires Cosme y Damián, porque a ellos les diste el premio de la gloria y a
nosotros nos proteges con tu maravillosa providencia. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
DOMINGO, 27
XXVI DEL
TIEMPO ORDINARIO
San Vicente de
Paúl
Nació en Pouy, distrito de Tarbes (Mediodía-Pirineos, Francia) el
año 1581, en el seno de una familia de humildes labriegos. Después de estudiar
en Dax, Zaragoza y Toulouse, fue ordenado de sacerdote a los 19 años de edad.
Lleno de espíritu sacerdotal, en cualquier persona que sufriera veía el rostro
de su Señor. Capturado por los piratas turcos cuando navegaba de Marsella a
Narbona, fue vendido como esclavo en Túnez. Liberado y vuelto a su patria,
ejerció de párroco en París, entregándose al servicio de los pobres, y, luego,
de capellán en las galeras, atendiendo con solicitud a los remeros galeotes. A
raíz de sus experiencias como párroco en zonas rurales, fundó la Congregación
de la Misión (Padres Paúles), destinada sobre todo al servicio de los
campesinos pobres y a la formación del clero. Fundó también, con la
colaboración de santa Luisa de Marillac, la Compañía de las Hijas de la
Caridad. Murió en París el 27 de septiembre de 1660. León XIII lo proclamó
patrono de las obras de caridad.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que dotaste de virtudes apostólicas a tu
presbítero san Vicente de Paúl para que entregara su vida al servicio de los
pobres y a la formación del clero, concédenos, te rogamos, que, impulsados por
su mismo espíritu, amemos cuanto él amó y practiquemos sus enseñanzas. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Confeccionado por Franja y Állen-Perkins
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