Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Cada 29 de junio, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles, recordamos a estos grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, hacemos una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Ante todo es una fiesta de la catolicidad.
El día 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo,
celebramos el Día del Papa y la colecta llamada desde los primeros siglos Óbolo
de San Pedro.
En esta Jornada del Papa estamos invitados, de manera especial,
a meditar en el ministerio del Sucesor de Pedro, el Papa Benedicto XVI, a orar
por él y a contribuir con nuestras limosnas y donativos a su misión
evangelizadora y de caridad.
El Romano Pontífice, como Sucesor de Pedro, es el principio y
fundamento perpetuo y visible de unidad así de los obispos como de la multitud
de los fieles. Es Pastor de toda la Iglesia y tiene potestad plena, suprema y
universal. Es el Vicario de Cristo.
Ya en la primera hora de la Iglesia, cuando Pedro estaba en la
cárcel, toda la comunidad oraba insistentemente a Dios por él (cfr. Hc 12, 59).
Hoy toda la Iglesia tiene el deber de orar por el Papa Benedicto XVI. Cuando
oramos por el Sucesor de Pedro, que “preside la caridad de todas las Iglesias”,
como afirmó San Ignacio de Antioquia, pedimos que la Iglesia se mantenga fiel a
su magisterio, para que, como los primeros cristianos, vivamos como hermanos
arraigados firmemente en el amor y en la caridad.
Junto con la oración y el agradecimiento, esta Jornada es una
llamada a colaborar con nuestras limosnas y donativos a la colecta especial. A
través de ella ayudamos al Papa para que pueda realizar su misión a favor de la
Iglesia Universal y de los más pobres de la tierra.
Desde esta carta pastoral doy las gracias a todos los fieles y
pido un año más la generosa y amplia colaboración económica de todos los
diocesanos, para que el Santo Padre pueda cumplir su ministerio. Que el Señor
os lo premie y que vuestro comportamiento exprese el cariño, la obediencia y el
amor que sentís por el Papa.
Autor: Mons. Vicente Jiménez Zamora, Obispo de Santander
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