Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Creo
que éste cuento en clave de humor, que me ha mandado mi amiga Ana, puede ayudar
a muchos a ser listos, aunque puedan parecer lo contrario.
Hay
que huir de la conducta de lo "políticamente correcto", que hoy está
tan en boga, y que está haciendo que se multiplique por muchas cifras "el
número de los que se creen listos". Y ¿Cuántos, lo estamos viendo, no acaban
entre rejas?. Os invito a que penséis en la moraleja del cuento. Franja.
Creo
que éste cuento en clave de humor, que me ha mandado mi amiga Ana, puede ayudar
a muchos a ser listos, aunque puedan parecer lo contrario.
Hay
que huir de la conducta de lo "políticamente correcto", que hoy está
tan en boga, y que está haciendo que se multiplique por muchas cifras "el
número de los que se creen listos". Y ¿Cuántos, lo estamos viendo, no acaban
entre rejas?. Os invito a que penséis en la moraleja del cuento. Franja.
EL TONTO DEL PUEBLO.
Se cuenta que en una
ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo.
Un pobre infeliz, de poca
inteligencia, que vivía de pequeñas dádivas y
limosnas.
Diariamente ellos llamaban al tonto al bar donde se reunían y le
ofrecían escoger entre dos monedas: una grande de 40 reales y otra menor, de
200 reales.
Él siempre cogía la más grande y menos valiosa, lo que era
motivo de risas para todos.
Cierto día, alguien que observaba al grupo le llamó aparte y le
preguntó, si todavía no había percibido que la moneda mayor valía menos.
- “Lo sé”, respondió, “no soy tan tonto”. Ya sé que la que cojo
vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguecito se acaba y
no voy a ganar más mi moneda”.
Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero
se pueden sacar varias conclusiones:
La primera: Quien parece tonto, no siempre lo es.
La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos tontos de la historia?
La tercera: Una ambición desmedida puede acabar... cortando tu
fuente de ingresos.
Pero la conclusión más interesante es:
Podemos estar bien, aún cuando los otros no tengan una buena
opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que
piensan de nosotros, si no lo que uno piensa de sí mismo.
El verdadero hombre inteligente es
"el que aparenta ser tonto
delante de un tonto, que aparenta ser inteligente".
A mi me ha gustado mucho y por eso lo comparto.
También aquí tiene valor aquel dicho de un santo:
Baja, si quieres subir.
Pierde, si quieres ganar.
sufre, si quieres gozar.
Muere, si quieres vivir.
Me figuro que muchos de los que se creen inteligentes, no escogerán la primera parte, porque quieren el éxito al instante. Y los inteligentes de verdad, aunque parezca que no lo son tanto, escogerán la primera. Al final éstos serán los que tendrán la razón, porque son los más listos de esa historia, que queremos hacer ver y que está como por detrás de la otra... como el de la otra moneda, que vale menos sí, pero que da de comer siempre hasta el final. Y al final el que se salva...sabe y el que no...no sabe nada.
Franja.
Un buen actor haciendo el tonto y cobra un buen dinero.
Vamos por buen camino...¿O no?
Y ahora una muestra de los listos que somos:
Matamos a los niños con el aborto, importamos mano de obra barata, y exportamos lo mejor que tenemos. ¿por qué?
Vamos de lado, hermanos, con este sistema de concebir al hombre como moneda de cambio.
Lo dijo un rabino judío. Si cae un ladrillo y se rompe...es una tragedia!... Si se cae un hombre de un andamio, tenemos para sustituirle muchos millones de individuos, que apenas valen.
Así no arreglamos lo que hemos olvidado: lo principal!... La dignidad del hombre.
Vamos por buen camino...¿O no?
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