Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
30 Ideas
básicas de la Evangelii Gaudium.
Síntesis
Papa
Francisco_Evangelii Gaudium_
La
Alegría del Evangelio
1. El
consumismo del mundo actual potencia el aislamiento de las conciencias y no
deja espacio a los demás. Nos aleja de Dios.
2. Hay
cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua. Todo cristiano
debe al menos mantener un brote de luz, que nace de la certeza personal de ser infinitamente
amado, más allá de todo.
3. Puedo
decir que los gozos más bellos y espontáneos que he visto en mis años de vida
son los de personas muy pobres que tienen poco a qué aferrarse.
4.
Llegamos a ser plenamente humanos cuando le permitimos a Dios que nos lleve más
allá de nosotros mismos. Allí está el manantial de la acción evangelizadora.
Porque, si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida,
¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?
5. No
debe esperarse del magisterio papal una palabra definitiva o completa sobre
todas las cuestiones que afectan a la Iglesia y al mundo. El Papa percibe la
necesidad de avanzar en una saludable «descentralización».
6. Los
evangelizadores deben tener ‘olor a oveja’ para que el rebaño escuche su voz.
7. Sueño
con una opción misionera capaz de transformarlo todo, poniendo foco en la
evangelización y no en la autopreservación.
8. Me
corresponde, como Obispo de Roma, estar abierto a las sugerencias que se
orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al sentido que
Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización.
9.
Algunas costumbres propias de la Iglesia no ligadas al núcleo del evangelio
pueden ser bellas, pero ahora no prestan el mismo servicio en orden a la
transmisión del Evangelio. No tengamos miedo de revisarlas.
10. A los
sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de torturas
sino el lugar de la misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien
posible.
11. La
Iglesia debe mantener las puertas abiertas.
12. Si la
Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin
excepciones. Pero sobre todo a los pobres y enfermos. Nunca los dejemos solos.
13.
Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes
que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las
propias seguridades.
14. «No a
una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata.
15. Hasta
que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre
los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia.
16. El
individualismo posmoderno y globalizado favorece un estilo de vida que debilita
el desarrollo y la estabilidad de los vínculos entre las personas, y que
desnaturaliza los vínculos familiares.
17.
Nuestro dolor y nuestra vergüenza por los pecados de algunos miembros de la
Iglesia, y por los propios, no deben hacer olvidar cuántos cristianos dan la
vida por amor, mostrando ese inmenso amor a la humanidad que nos ha inspirado
el Dios hecho hombre.
18. El
Papa pide que no ahoguemos la alegría misionera en una especie de obsesión por
ser como todos y por tener lo que poseen los demás. Dejarse llevar debilita la
entrega
19. Una
de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la audacia es la
conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados
con cara de vinagre.
20. El
cristiano debe superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a ser
invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual.
21. Más
que el ateísmo, hoy se nos plantea el desafío de responder adecuadamente a la
sed de Dios de mucha gente, para que no busquen apagarla en propuestas
alienantes o en un Jesucristo sin carne y sin compromiso con el otro. Si no
encuentran en la Iglesia una espiritualidad que los sane, los libere, los llene
de vida y de paz al mismo tiempo que los convoque a la comunión solidaria y a
la fecundidad misionera, terminarán engañados por propuestas que no humanizan
ni dan gloria a Dios.
22. La
mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e
incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la
gloria humana y el bienestar personal.
23. Esta
oscura mundanidad se manifiesta en muchas actitudes aparentemente opuestas pero
con la misma pretensión de «dominar el espacio de la Iglesia». El espíritu debe
ser movido solo por lograr que el Evangelio tenga una real inserción en el
pueblo, sin importar las conquistas sociales y políticas, sin vanagloria, sin
embelesarse, sin ser autorreferencial, sin funcionalismo empresarial. El
principal beneficiario debe ser el Pueblo de Dios y no la Iglesia como
organización.
24. Es
necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la
Iglesia.
25. El
sacerdocio reservado a los varones, como signo de Cristo Esposo que se entrega
en la Eucaristía, es una cuestión que no se pone en discusión, pero puede
volverse particularmente conflictiva si se identifica demasiado la potestad
sacramental con el poder.
26. Nadie
puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las
personas, sin influenciar en lo social.
27. Para
la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica porque Dios les
otorga «su primera misericordia».
28. Todos
debemos luchar contra las diversas formas de trata de personas. Son nuetsros
hermanos. No nos hagamos los distraídos. Muchos tienen las manos preñadas de
sangre debido a la complicidad cómoda y muda.
29. Entre
esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los
niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos. Esta defensa
no es algo ideológico, oscurantista y conservador, sino que esta íntimamente
ligado a cualquier derecho humano.
30. A
veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente
distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria
humana, que toquemos la carne sufriente de los demás. Cristo quiere que
conozcamos la fuerza de la ternura.
Pásalo
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