Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Sacado a la luz del
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Me ha gustado "El principio narciso"
No se cómo ha llegado a mis manos.
Se lo dedico a aquellas personas que no tienen tiempo para cambiar de rumbo, porque están esperando como en la novela: "Esperando a Godot" y Godot nunca se presentó y perdieron la última oportunidad. Franja.
El principio Narciso
No hay mejor momento que este para ser feliz
Mi hija me había telefoneado varias veces, para decirme: "Mamá, tienes que venir a ver los narcisos antes de que se marchiten." Yo deseaba ir, pero era un camino de dos horas desde Laguna hasta Lake Arrowhead. "Iré este martes", le prometí con cierta renuencia cuando llamó por tercera vez.
El martes amaneció frío y lluvioso. Sin embargo, se lo había prometido, así que a regañadientes conduje hasta allí. Cuando finalmente entré a la casa de Carolyn, los gozosos sonidos de los niños me dieron la bienvenida. Encantada, abracé y saludé a mis nietos.
"¡Olvida los narcisos, Carolyn! ¡El camino no se ve con estas nubes y esta niebla, y no hay nada en el mundo, excepto tú y estos pequeños, que yo desee tanto ver como para conducir un centímetro más!"
Mi hija sonrió con calma, y dijo: "Nosotros conducimos en estas condiciones todo el tiempo, mamá." "Bueno", le aseguré, "no me harás volver al camino sino hasta que aclare, y entonces ¡será para regresar a mi casa!"
"Pero, primero, vamos a ver los narcisos. Son sólo unas pocas cuadras," dijo Carolyn. "Conduzco yo, estoy acostumbrada."
"Carolyn", dije firmemente, "por favor, vuelve aquí."
"No te preocupes, mamá, todo está bien, te lo aseguro. Nunca te perdonarías haberte perdido esta experiencia."
Después de unos veinte minutos, doblamos a un angosto camino de grava y vimos una pequeña iglesia. Al otro lado de ella había un letrero hecho a mano, con una flecha, que decía: "Jardín de Narcisos." Salimos del coche, cada una tomó a un pequeño de la mano, y yo seguí a Carolyn por el sendero. Entonces, al doblar una curva, miré y quedé boquiabierta. Ante mí se hallaba la vista más gloriosa.
Parecía como si alguien hubiera tomado una enorme tinaja de oro y la hubiera derramado sobre la cumbre del monte y sus laderas. Las flores estaban plantadas en majestuosos diseños en forma de espiral, grandes fajas y ribetes de un anaranjado intenso, blanco cremoso, amarillo cetrino, salmón rosa, azafranado y amarillo mantequilla. Cada variedad de diferente color estaba plantada en grandes grupos, de tal manera que fluía como un solo río, con su propio y único matiz. Había cinco acres de flores, unas dos hectáreas y media.
"¿Quién hizo esto?", le pregunté a Carolyn.
"Solamente una mujer", me respondió. "Vive aquí. Esa es su casa." Carolyn señaló una casa bien cuidada con una estructura en A, pequeña y modestamente asentada en medio de toda aquella gloria. Caminamos hasta ella.
Carolyn señaló una casa bien cuidada con una estructura en A, pequeña y modestamente asentada en medio de toda aquella gloria. Caminamos hasta ella.
En el patio vimos un letrero que decía así:
"Respuestas a las preguntas que sé que estás Haciendo"
1. "50, 000 bulbos."
2. "Uno cada vez, por una mujer.
Dos manos, dos pies y un cerebro."
Dos manos, dos pies y un cerebro."
3. "Comenzó en 1958."
Para mí, aquel momento fue una experiencia que transformó mi vida. Pensé en esta mujer a quien nunca había conocido, que hacía más de cuarenta años había empezado a traer, bulbo a bulbo, su visión de belleza y gozo a una oscura cima de un monte. Plantando un bulbo cada vez, año tras año, esta mujer desconocida había cambiado para siempre el mundo en que vivía, creando día a día, algo de extraordinaria magnificencia, belleza e inspiración. El principio que su Jardín de Narcisos enseña es uno de los grandes principios para celebrar.
Esto es, aprender a movernos hacia nuestras metas y deseos paso a paso -a menudo tan sólo un pasó de bebé cada vez- y aprender a amar el proceso, aprender a beneficiarnos del paso del tiempo. Cuando multiplicamos minúsculos espacios de tiempo con pequeños esfuerzos diarios, descubrimos que podemos realizar cosas magníficas. Podemos cambiar el mundo.
"Me pone triste, en cierto modo", admití a Carolyn. "¿Qué habría logrado si hubiese pensado en una meta maravillosa hace treinta y cinco o cuarenta años, y la hubiese trabajado 'un bulbo por vez' a lo largo de todos estos años? ¡Nada más piensa en lo que habría conseguido!"
Mi hija resumió el mensaje del día en su manera directa habitual: "Empieza mañana", dijo.
Carolyn tenía razón. Es inútil pensar en las horas perdidas del pasado. La forma de convertir esta enseñanza en una lección de inspiración en vez de un motivo de pesar es preguntarse: "¿Cómo puedo ponerlo en práctica hoy?"
Usa el Principio Narciso. No esperes...
Hasta que tu coche o tu casa estén pagados.
Hasta que consigas un nuevo coche o casa.
Hasta que termines la escuela.
Hasta que tus hijos se vayan de casa.
Hasta que vuelvas a estudiar.
Hasta que acabes los estudios.
Hasta que limpies la casa.
Hasta que pongas orden en el garaje.
Hasta que limpies tu escritorio.
Hasta que adelgaces cinco kilos.
Hasta que engordes cinco kilos.
Hasta que te cases.
Hasta que te divorcies.
Hasta que tengas niños
.Hasta que los niños vayan a la escuela.
Hasta que tus hijos se vayan de la casa.
Hasta que te retires.
Hasta la primavera.
Hasta el verano.
Hasta el otoño.
Hasta el invierno.
Hasta que mueras.
No hay mejor momento que este para ser feliz.
La felicidad es un viaje, no un destino.
De modo que:
Trabaja como si no necesitaras el dinero.
Ama como si nunca te hubieran hecho daño.
Baila como si nadie te estuviera mirando.
Te deseo un día precioso, un día narciso.
No tengas miedo de que tu vida termine, ten miedo de que no comience.
Y Franja le añade:
Si te ha gustado pásalo, porque hay quienes pueden estar necesitados del cambio de rumbo. Cada día que se pierde, es un día perdido. Cada hora que se retrasa, es una hora perdida. Ahora es momento de empezar. y no lo hagas "Por lo civil". Pon a Dios en tu vida y puedes hacer realidad lo que yo leí en una cartelera de anuncio en la Iglesia de S. Juan de Dios de Lisboa:
Pierde a Dios y pierde el tiempo,
Quien quisiera ganar el tiempo,
Sin contar con Dios...
Nosotros queremos...¡Ganar el tiempo!!!
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