Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
PARÁBOLA
DEL HOMBRE CON LAS MANOS ATADAS
Érase
una vez un hombre que vivía como todos los demás. Un hombre normal. Tenía Cualidades
positivas y negativas. No era diferente.
Un
día, llamaron repentinamente a su puerta, cuando salió se encontró con sus
amigos. Eran varios y habían venido juntos. Sus amigos después de mantener una
larga y amistosa charla con él, le ataron los pies y las manos para que no
pudiera hacer nada malo (pero se olvidaron de decirle que así tampoco podría
hacer nada bueno). Y se fueron dejando un guardián a la puerta para que nadie pudiera
desatarle.
Al
principio se desesperó y trató de romper las ataduras. Cuando se convenció de
lo inútil de sus esfuerzos, intentó, poco a poco, acostumbrarse a su nueva
situación.
Poco
a poco consiguió valerse para seguir subsistiendo con las manos atadas.
Inicialmente le costaba hasta quitarse los zapatos. Hubo un día en que
consiguió liar y encenderse un cigarrillo, y empezó a olvidarse de que antes
tenía las manos libres.
Pasaron
muchos años, y el hombre comenzó a acostumbrarse a sus manos atadas. Mientras
tanto su guardián le comunicaba, día tras día, las cosas malas que se hacían en
el exterior los hombres con las manos libres (pero se le olvidaba decirle las
cosas buenas que también hacían los hombres con las manos libres)
Siguieron
pasando los años y el hombre llegó a acostumbrarse a sus manos atadas, y
cuando, el guardián le señalaba que gracias a aquella noche en que entraron a
atarle, él, el hombre de las manos atadas no podía hacer nada malo. ( pero se
le olvidaba señalarle que tampoco podía hacer nada bueno).
El
hombre comenzó a creer que era mejor vivir con las manos atadas. Además,
¡Estaba tan acostumbrado a las ligaduras...!
Pasaron
muchos años, muchísimos años más..., un día sus amigos sorprendieron al
guardián, entraron en la casa y rompieron las ligaduras que ataban las manos
del hombre.
“¡Ya eres libre!”, le dijeron.
Pero
habían llegado demasiado tarde, las manos del hombre estaban totalmente
atrofiadas y, aunque así, con las manos libres ya no podía hacer cosas malas,
tampoco podría ya hacer cosas buenas.
Autor
desconocido/a
Preguntas
para el diálogo:
1.
¿ En qué te hace pensar esta reflexión ?
2.
¿ Cómo interpretas esta parábola ?
3.
¿ Cómo la relacionas con la vida del hombre ?
4.
¿ Te sientes identificado con ella ? ¿ Por qué ?
5.
¿ Cómo podemos liberarnos de nuestras esclavitudes personales ?
6. ¿ Qué lugar ocupa Dios en esta liberación
http://www.educarueca.org/spip.php?article50
Se admiten sugerencias en el lugar de comentarios.
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