jueves, 14 de enero de 2016

15 de enero, San Mauro Abad, discípulo de San Benito

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona


15 de enero, San Mauro Abad, discípulo de San Benito

El joven discípulo de San Benito

Luego que San Benito saliera de la soledad de la cueva donde habitó por tres años y del intento de envenenamiento por parte de los monjes de Vicovaro, agrupó en torno a sí a un número cada vez más elevado de hombres que en busca de la perfección y la unión con Dios le siguieron en los ideales monásticos. En Subiaco se fundan doce monasterios bajo la dirección del santo.

Mauro nace en Roma hacia el año 511, de familia noble, hijo del senador Equicio aunque también lo han reclamado como hijo los nobles Fondi, Gallipoli y Lavello entre otros. Siendo aún muy joven fue presentado por su padre a San Benito a fin de que él se encargara de la educación del adolescente. Fue presentado junto con él, el futuro San Plácido, hijo del Patricio Tertulio. San Gregorio dice que “el joven Mauro, dotado de buenas costumbres, empezó a ayudar al maestro. Plácido en cambio, era todavía un niño” (San Gregorio, Libro II de los Diálogos cap. III). Mauro se convirtió luego, a pesar de su corta edad, en un monje cercano a San Benito y aparece en varios episodios milagrosos de la vida del Santo Patriarca según la narración gregoriana.

Ambos jóvenes representan la tradición monástica de los “oblatos”, es decir, personas que se ofrecen o son ofrecidas a Dios en un monasterio, practica muy común en la Edad Media. En aquellos días la firmeza de la palabra dada y el ofrecimiento implicaba una donación total, aunque la hicieran sus padres. Independiente de este tipo tan radical de “oblaciones” se encontraron después las escuelas monacales, cunas de santos seculares en el medioevo.

Los benedictinos honran al santo el 15 de enero y en la actualidad han unido en ese mismo día la festividad de San Plácido, luego de la criba histórica de este monje al que por años se confundió con un grupo de mártires celebrados en octubre. La fiesta del 15 de enero tiene su origen en las leyendas francesas pero en la actualidad solo se ha conservado la fecha, sin las añadiduras legendarias difíciles de comprobar.
San Mauro es considerado celestial patrono de los caldereros y de los herreros.

Para las enfermedades se le encomiendan los que padecen parálisis, debido a la tradición que le menciona sirviendo y curando a los menesterosos y lisiados.

La iconografía del santo, ya sea monástica o devocional, le representa en sus diversas facetas de su vida. 


Populares son las representaciones donde aparece junto con San Plácido al ser recibidos por San Benito. 


Igualmente en el episodio donde camina sobre el agua y salva a Plácido de morir ahogado.


Oración.

Bienaventurado Padre, San Mauro Abad, guía y Patriarca de los monjes, esperanza y consuelo de cuantos a ti se dirigen con sincero corazón; humildemente nos encomendamos a tu piadosa protección, para que, por tus méritos, nos defiendas de todo mal y te dignes alcanzarnos el don de la compunción y lágrimas, a fin de que sintamos arrepentimiento de nuestros pecados, con los que hemos ofendido al Señor. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


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