Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
MI CUMPLEAÑOS...ESTE AÑO del 2013
Carta de Jesús
(Una historia sobre el verdadero sentido de la Navidad)
Querido Amigo:
Como sabrás, nos estamos acercando otra vez a la fecha en que
festejan mi nacimiento.
El año pasado hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la
impresión que este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas ¡llevan meses
haciendo compras para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y
avisos sobre lo poco que falta para que llegue!
La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber
que por lo menos un día del año, piensan en mí. Ha transcurrido ya mucho tiempo
cuando comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la
humanidad.
Pero hoy en día, da la impresión de que la mayoría de la gente
apenas si sabe por qué motivo se celebra mi cumpleaños.
Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y
me alegra sobre todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que
la mayor parte no sabe bien de qué se trata. ¿No te parece?
Como lo que sucedió, por ejemplo, el año pasado: al llegar el
día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿Puedes creer que ni
siquiera me invitaron? ¡Imagínate! ¡Yo era el invitado de honor! ¡Pues se
olvidaron por completo de mí!.
Resulta que habían estado preparándose para las fiestas durante
dos meses y cuando llegó el gran día me dejaron al margen. Ya me ha pasado
tantísimas veces que lo cierto es que no me sorprendió.
ni se dieron cuenta de que yo estaba allí a su puerta
Y no había sitio...ni lo hay en estos tiempos
Aunque no me invitaron, se me ocurrió colarme sin hacer ruido.
Entré y me quedé en mi rincón. ¿Te imaginas que nadie advirtió siquiera mi
presencia, ni se dieron cuenta de que yo estaba allí?
Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo en grande, cuando de
pronto se presentó un hombre gordo vestido de rojo y barba blanca postiza, gritando:
"¡jo, jo, jo!".
Parecía que había bebido más de la cuenta, pero se las arregló
para avanzar a tropezones entre los presentes, mientras todos los felicitaban.
Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños,
emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: ¡Santa Clos! ¡Cómo si él
hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor!
Aguanté aquella "fiesta" hasta donde pude, pero al
final tuve que irme. Caminando por la calle me sentí solitario y triste. Lo que
más me asombra de cómo celebra la mayoría de la gente el día de mi cumpleaños
es que en vez de hacer regalos a mí, ¡se obsequian cosas unos a otros! y para
colmo, ¡casi siempre son objetos que ni siquiera les hacen falta!
Te voy a hacer una pregunta: ¿A tí no te parecería extraño que
al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieron celebrarlo haciéndose
regalos unos a otros y no te dieran nada a tí? ¡Pues es lo que me pasa a mí
cada año!
Una vez alguien me dijo: "Es que tú no eres como los demás,
a ti no se te ve nunca; ¿Cómo es que te vamos a hacer regalos?". Ya te imaginarás
lo que le respondí.
Yo siempre he dicho "Pues regala comida y ropa a los
pobres, ayuda a quienes lo necesiten. Ve a visitar a los huérfanos, enfermos y
a los que estén en prisión!".
Le dije: "Escucha bien, todo lo que regales a tus
semejantes para aliviar su necesidad, ¡Lo contaré como si me lo hubieras dado a
mí personalmente!" (Mateo 25,34-40).
Muchas personas en esta época en vez de pensar en regalar, hacen
bazares o ventas de garaje, donde venden hasta lo que ni te imaginas con el fin
de recaudar hasta el último centavo para sus nuevas compras de Navidad.
Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las
colonias marginadas, a los orfanatorios, asilos, penales o familiares de los
presos.
Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños
y sólo piensan en las compras, en las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto
para nada en todo esto. Además cada año los regalos de Navidad, pinos y adornos
son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas tratando con
esto de impresionar a sus amistades.
Esto sucede inclusive en los templos. Y pensar que yo nací en un
pesebre, rodeado de animales porque no había más.
Me agradaría muchísimo más nacer todos los días en el corazón de
mis amigos y que me permitieran morar ahí para ayudarles cada día en todas sus
dificultades, para que puedan palpar el gran amor que siento por todos; porque
no sé si lo sepas, pero hace 2 mil años entregué mi vida para salvarte de la
muerte y mostrarte el gran amor que te tengo.
Por eso lo que pido es que me dejes entrar en tu corazón. Llevo
años tratando de entrar, pero hasta hoy no me has dejado.
"Mira yo estoy
llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su
casa y cenaremos juntos". Confía en mí, abandónate en mí. Este será el
mejor regalo que me puedas dar. Gracias
Tu amigo
Y ahora espero
que si te ha gustado... que
que si te ha gustado... que
la compartas en
NAVIDAD.
Franja
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