sábado, 19 de marzo de 2016

SANTOS DEL 21 AL 27 DE MARZO 2016

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona

SANTOS DEL 21 AL 27 DE MARZO 2016

SEMANA SANTA

LUNES SANTO, 21


San Benito
<Fundador de la Orden Benedictina, Patrono de Europa>

Nació en Nursia, región de la Umbría italiana, hacia el año 480. Después de recibir en Roma una adecuada formación, comenzó a practicar la vida eremítica en el Subiaco, donde reunió algunos discípulos. Más tarde se trasladó a Casino, donde fundó el célebre monasterio de Montecasino y escribió su Regla, cuya difusión le valió el título de patriarca del monaquismo en Occidente, pues pronto se extendió por Europa una red de monasterios. La dedicación principal de los benedictinos es «la obra de Dios», o sea, la celebración de los misterios cristianos, y su lema «orar y trabajar». Así evangelizaron durante siglos a los pueblos, a los que llevaron también la cultura. Murió el 21 de marzo del año 547. El papa Pablo VI, en 1966, lo proclamó patrono de Europa. Su fiesta se celebra el 11 de julio.

ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que hiciste del abad san Benito un esclarecido maestro en la escuela del divino servicio, concédenos, por su intercesión, que, prefiriendo tu amor a todas las cosas, avancemos por la senda de tus mandamientos con libertad de corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

MARTES SANTO, 22


San Bienvenido Scotivoli o Ancona, Obispo
Nació en Ancona (Italia) hacia el año 1188. Estudió derecho en Bolonia y, ordenado de sacerdote, fue arcediano de su diócesis nativa. En 1263 fue nombrado administrador apostólico de la diócesis de Ósimo y, al año siguiente, obispo de la misma. Lo primero que hizo fue serenar los ánimos y promover la reconciliación de sus fieles, después de los enfrentamientos entre los partidarios del papado y los del imperio. El papa le encomendó también el gobierno civil de la Marca de Ancona. Procuró la reforma de costumbres en el clero y en el pueblo, cuidó la buena administración de los bienes eclesiásticos, reorganizó el cabildo y las celebraciones litúrgicas. Vivió de modo ejemplar, con gran austeridad y una intensa vida interior, y, siguiendo el espíritu de los Hermanos Menores, quiso morir sobre la tierra desnuda, lo que sucedió en Ósimo el 22 de marzo de 1282. Fue muy devoto de san Francisco, cuyo hábito vestía siendo obispo, pero no consta con seguridad que profesara en su Orden.

ORACIÓN
Dios nuestro, que has dado a tu Iglesia un modelo de pastor bueno en san San Bienvenido Scotivoli, concédenos, por su intercesión, poder descansar para siempre en las verdes praderas de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

MIÉRCOLES SANTO, 23


Santo Toribio de Mogrovejo
Nació en Mayorga, en las montañas de León (España), hacia 1538, de familia hidalga. Estudió derecho en Salamanca y, durante seis años estuvo trabajando como inquisidor en Granada con gran sentido de la moderación y la justicia. Fue nombrado obispo de Lima el año 1578, cuando aún no tenía órdenes sagradas. Recibida la consagración episcopal en Sevilla, marchó a América. Su diócesis era muy extensa, pues llegaba más allá de la frontera de Perú. Puso gran empeño en aplicar el Concilio de Trento en todos los terrenos de la pastoral e impulsó la evangelización de los indios. Lleno de celo apostólico, reunió numerosos sínodos y concilios que dictaron normas sabias y promovieron la formación del clero y la elevación moral del pueblo. Fue un infatigable misionero en tierras de los Incas y ardiente defensor de sus derechos. Defendió también con valentía los derechos de la Iglesia. Murió en Seña, durante una visita pastoral, el 23 de marzo de 1606, y su cuerpo fue trasladado a Lima.

ORACIÓN
Señor, tú que has querido acrecentar la Iglesia mediante los trabajos apostólicos y el celo por la verdad de tu obispo santo Toribio, concede al pueblo a ti consagrado crecer constantemente en fe y en santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


JUEVES SANTO, 24


La liturgia del Jueves Santo es una invitación a profundizar concretamente en el misterio de la Pasión de Cristo, ya que quien desee seguirle tiene que sentarse a su mesa y, con máximo recogimiento, ser espectador de todo lo que aconteció 'en la noche en que iban a entregarlo'. Y por otro lado, el mismo Señor Jesús nos da un testimonio idóneo de la vocación al servicio del mundo y de la Iglesia que tenemos todos los fieles cuando decide lavarle los pies a sus discípulos.

En este sentido, el Evangelio de San Juan presenta a Jesús 'sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía' pero que, ante cada hombre, siente tal amor que, igual que hizo con sus discípulos, se arrodilla y le lava los pies, como gesto inquietante de una acogida incansable.

San Pablo completa el retablo recordando a todas las comunidades cristianas lo que él mismo recibió: que aquella memorable noche la entrega de Cristo llegó a hacerse sacramento permanente en un pan y en un vino que convierten en alimento su Cuerpo y Sangre para todos los que quieran recordarle y esperar su venida al final de los tiempos, quedando instituida la Eucaristía.

La Santa Misa es entonces la celebración de la Cena del Señor en la cuál Jesús, un día como hoy, la víspera de su pasión, "mientras cenaba con sus discípulos tomó pan..." (Mt 28, 26).
Él quiso que, como en su última Cena, sus discípulos nos reuniéramos y nos acordáramos de Él bendiciendo el pan y el vino: "Hagan esto en memoria mía" (Lc 22,19).
Hoy hay alegría y la iglesia rompe la austeridad cuaresmal cantando él "gloria": es la alegría del que se sabe amado por Dios, pero al mismo tiempo es sobria y dolorida, porque conocemos el precio que le costamos a Cristo.
Podríamos decir que la alegría es por nosotros y el dolor por Él. Sin embargo predomina el gozo porque en el amor nunca podemos hablar estrictamente de tristeza, porque el que da y se da con amor y por amor lo hace con alegría y para dar alegría.

ORACIÓN
Concédenos, Señor, participar dignamente en estos santos misterios, pues cada vez que celebramos este memorial de la muerte de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

VIERNES SANTO, 25


Día Ayuno y abstinencia

La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. El Viernes Santo, por su parte es una de las principales celebraciones dentro de esta semana y se revive la muerte de Jesús en el Calvario.
Hoy la Eucaristía no se celebra, el altar no tiene mantel, no hay cruz, ni velas, ni adornos. En lugar de la misa se celebra la “Liturgia de la Pasión del Señor” a media tarde del viernes, de ser posible cerca de las tres de la tarde, hora en la que se ha situado la muerte del Señor en la cruz. Por razones pastorales puede celebrarse más tarde, pero no después de las seis de la tarde.
Como penitencia, en este día la Iglesia manda a sus fieles a guardar ayuno y abstinencia de carne como penitencia. Además se realiza el Vía Crucis que son las diferentes etapas o momentos vividos por Jesús desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura.

ORACIÓN
Mira, Señor de bondad, a tu familia santa, por la cual Jesucristo, nuestro Señor, aceptó el tormento de la cruz, entregándose a sus propios enemigos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SÁBADO SANTO, 26


En este día propiamente no hay culto oficial, es un día de luto por la muerte del Salvador. Al anochecer empieza la gran Vigilia Pascual, que en su primera parte (bendición el fuego nuevo y del agua, lecturas, letanías, profesión de fe y Bautizos) corresponde propiamente al sábado santo; pero la Misa de Gloria, muy solemne, con volteo de campanas y llena de aleluyas, corresponde a la celebración pascual de la Resurrección.
El sábado santo es día de recogimiento La gran celebración de hoy mira ya hacia la Resurrección, y es lo que se está preparando.
La preparación de la Pascua comienza con la bendición del fuego nuevo, que se toma de una hoguera encendida fuera de la iglesia, estando ésta totalmente a oscuras y esperando los fieles con cirios apagados en la mano. También se bendicen las aguas bautismales.
La característica esencial del Sábado Santo es la ausencia del Señor, ya que se recuerda su muerte no hay Eucaristía. Es imposible la Eucaristía por que el Señor no está, hoy ha muerto...pero se prepara todo con alegría para llegar al Domingo de la Resurrección.
Estamos en tiempo de perdón, de resurrección, de gloria y de alegría
Tras este día de reflexión llega el Domingo de Resurrección que marca el final de la Pascua

ORACIÓN
Oh Dios, que iluminas esta noche santa con la gloria de la resurrección de tu Hijo, aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

DOMINGO DE LA PÁSCUA DE RESURRECCIÓN, 27


Pascua de Resurrección
El Nuevo Testamento enseña que la resurrección de Jesús, que celebra la Pascua, es fundamento de la fe cristiana. La resurrección estableció a Jesús como el Hijo de Dios y se cita como prueba de que Dios juzgará al mundo con justicia. Dios ha dado a los cristianos «un nuevo nacimiento a una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos». Los cristianos, por la fe en el poder de Dios han de discernir espiritualmente con Jesús resucitado, para que se pueda caminar en una nueva forma de vida.
La Semana Santa, y la Pascua en particular, están ligadas a través de la última cena y la crucifixión de Jesús a la Pésaj (Pascua Judía) y al Éxodo del pueblo hebreo narrado en el Antiguo Testamento. De acuerdo con las escrituras, Jesús, mientras preparaba a sus discípulos y a él mismo para su muerte durante la última cena, dio a la cena de Pascua un nuevo significado. Él identificó el pan y la copa de vino como su cuerpo antes de ser sacrificado y su sangre derramada. El apóstol Pablo, sobre la celebración de la Pascua dice:
“Despójense de la vieja levadura, para ser una nueva masa, ya que ustedes mismos son como el pan sin levadura. Porque Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la verdad”. Apóstol Pablo de Tarso

ORACIÓN
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo venciste a la muerte y nos has abierto las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos hoy la Pascua de Resurrección, resucitar también a una nueva vida, renovados por la gracia del Espíritu Santo. Por nuestro Señor Jesucristo…






Confeccionado por Franja y Állen-Perkins

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