Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Letanías de la Virgen nº 5
Autor: P Mariano de
Blas LC | Fuente: Catholic.net
Nos faltan palabras
para alabarte
Meditaciones de las
letanías del Rosario. Tú y yo, requerimos urgente la mano que acaricia, el
rostro que se inclina hacia nuestro dolor, el corazón que compadece y suaviza
el sufrimiento.
Consuelo de los afligidos
Hoy se buscan
calmantes, pastillas contra el dolor, porque el dolor se ha multiplicado por
todas partes. Cuando no son las enfermedades del cuerpo, son las tribulaciones
del alma. El hombre de hoy, tú y yo, requerimos como algo urgente la mano que acaricia,
el rostro que se inclina hacia nuestro dolor, el corazón que compadece y
suaviza el sufrimiento. Necesitamos las manos, el rostro, el corazón de María.
A todos los que sufren sin esperanza vayamos a decir que tienen una Madre, que
los ama mucho.....
Auxilio de los cristianos
Se requería esta ayuda
porque, si el Demonio la trae con todos los hombres, principalmente se ensaña
con los cristianos. Entrar en el Corazón de María es estar a salvo de todos los
peligros. Y si en todo tiempo ha sido necesario este auxilio, hoy más que
nunca, pues perece que todo el infierno ha salido de sus antros para hacer daño
a la Iglesia y a los cristianos. Por eso, si invocar a María, rezar el rosario
siempre ha sido necesario, hoy es de vida o muerte. A los que defienden lo
contrario los veremos muertos por el camino, desangrados por ese vampiro
infernal.
Reina de los ángeles, de los patriarcas, de los profetas. Reina
de los apóstoles, de los mártires, de los confesores, de las vírgenes. Reina de
todos los santos.
Nadie quiere estar
fuera de su reinado. Hasta los ángeles, que no son humanos, han pedio y
obtenido tenerla como Reina. No como Madre, que ese privilegio sólo a los
humanos ha sido dado. Pero al menos como Reina. Ningún ángel la llama con el
tierno nombre de Madre, sino con el nombre respetuoso de Reina mía.
Los patriarcas y los
profetas, que son los grandes del Antiguo Testamento están bajo su protección.
Su grandeza ha quedado pequeña ante la Gran Señora y Reina. Así me imagino yo a
Abrahán, a Moisés, a Isaías y a los demás besando respetuosamente las manos de
quien llevó en ellas a Dios mismo.
Los grandes del Nuevo
Testamento son los que entran en esta lista envidiable: apóstoles, mártires,
confesores, vírgenes. De todos es la Reina, la que los supera a todos, la que
les ha dado la fortaleza en sus batallas, la que les ha guiado hasta el cielo y
hasta la santidad. Reina de muchos, Reina de los mejores, porque eres la Mejor
de todos.
Reina de los santos.
Podría ser reina de ti y de mí, si llegamos a ser tales. Hay que ganarlo con
esfuerzo. La posibilidad está abierta, mientras dura la vida. Todos los santos
han amado de manera particular a su Reina. Y Dios los premia de manera muy
especial en el cielo, por haber honrado tan hermosamente a su Joya.
Reina concebida sin pecado original
El privilegio de la
Inmaculada Concepción. Estamos muy de acuerdo con que Dios hiciera una
excepción con su Madre, que también es nuestra Madre. Nuestra Madre nació igual
a nosotros en todos menos en el pecado original. ¡Bendita Tú, que no pasaste
por la amargura del pecado! Así, no manchada por nada, puedes ayudar más
eficazmente a los manchados con todos los pecados. Vemos que los doctores y
enfermeras se ponen guantes y tapabocas para no contagiarse y poder curar
mejor. María no necesita de eso. No necesita antivirus. Más bien los virus
mueren en el acto en su presencia. A veces podría uno pensar que, como uno es
pecador, si intenta tocar o dar un beso o una flor a María la contamina. No es
cierto. Ella no se contagia de nuestra basura, sino que nosotros nos
contagiamos de su pureza y de su santidad.
Reina elevada al cielo
Esto está definido en
un dogma, el de la Asunción. Alguien de nuestra raza, alguien muy especial ya
está en el cielo en cuerpo y alma. Nuestra Madre nos dice que es verdad lo de
los nombres escritos en el cielo; nos dice que vale la pena sufrir todo con tal
de ganar el cielo. Nos anima, nos ayuda a conseguirlo. Puedes estar seguro de
que para conseguir que tú vayas al cielo María Santísima hará todo lo que está en
su mano para lograrlo, lo está haciendo. Déjala hacer, deja que te lleve al
cielo, no la estorbes con tu ingratitud.
¡Qué alegría tan
profunda y tan pura nos da el saber que nuestra Madre está ya para siempre en
el cielo, eternamente feliz..! Solo faltamos nosotros. Ella lo sabe y ruega a
diario para lograrlo. Suplica a su Hijo que tenga misericordia. En fin que, si
bien fue Jesús el que me mereció la redención, será mi Madre la que al fin lo
obtenga. ¡Gracias infinitas, Madre!
Reina del Santo Rosario
Es una Madre que nos pide rezar el Rosario. Es Ella y no algún fraile disgustado. Porque Dios mismo ha prometido gracias realmente excelentes. Si rezando el rosario todos los días se obtiene el cielo, díganme si vale la pena rezarlo. Desapreciar esta oración es despreciar a María y despreciar a Dios. Una de las mejores cosas que se pueden hacer es, precisamente, rezar el rosario y hacer que otros lo recen. El Papa instituyó un año del rosario. Nos consta que lo reza diariamente. Todos los grandes santos han sido devotos de María y han tenido un gran aprecio por la oración que más le gusta a la Madre de Dios.
Reina de la familia.
Es un título que
faltaba en las letanías y que Juan Pablo II se encargo de añadir. La familia
tenía necesidad de una Reina. Y una Reina fuerte, que fuera parte de una
familia, abogada y defensora contra un enemigo abiertamente declarado contra
las familias, el Demonio. Hoy tiene el maléfico pensamiento de destruir la
familia. Y ya ha hecho bastante mal. Pero se le enfrenta su eterna rival, María
Santísima. Todos somos miembros de una familia y todos queremos que las
familias se sostengan en el amor y en la unidad. Invoquemos a la Reina de la
Familia.
Reina de la paz
Tan necesaria en
nuestros tiempos. Si invocáramos más a María, si rezáramos el rosario con más
frecuencia y devoción se acabarían las guerras, todas las guerras. Está
prometido. Pero no lo creemos. Seguimos tercamente empeñados en pelear con
nuestras piedras, flechas, espadas, cañones y bombas.
A su Hijo se le llama
entre otras cosas, Príncipe de la paz. Pues bien, este príncipe, cansado de que
no le hagamos caso, nos ha dicho insistentemente: “ Si quieren la paz, hagan lo
que Ella les diga”. Él nos ha pedido que recemos el rosario. Dios mismo ha
prometido paz a cambio de rosarios.
María es una Reina
bellísima, muy poderosa. María es una Madre amorosísima, la mejor de todas.
María es la delicia de Dios. María es la flor más bella que ha producido la
tierra. Su nombre es dulzura, es miel de colmena. Dios la hizo en molde de diamantes
y rubíes, y luego rompió el molde. Le salió hermosísima, adornada de todas las
virtudes, con sonrisa celestial. Y, cuando moría en la cruz, nos la regaló. Esa
mujer es mi madre bendita...
Confeccionó Franja
1 comentario:
Muy buen trabajo. Se nota que usted quiere mucho a Nuestra Madre, lo refleja en lo cuidadas y logradas que están siendo sus entradas. ¡Qué hermoso decir piropos a la Virgen! Ella se los merece todos.
¡Enhorabuena por el blog!
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