Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Estamos en el mes de noviembre, mes de los difuntos o
MES DE ÁNIMAS.
Como quiera que dentro de un poco o más tardar... nos tocará a cada uno de
nosotros, me parece bien poner a consideración de los lectores de este blog,
esta meditación con esos enlaces para poder leerla toda, aprovecharla y estar así dispuestos, sin miedo, a comparecer ante Dios. ¿Te parece muy fuerte? Piensa que será mucho más fuerte si te encuentra desprevenido y no
haces caso, al menos un poco, a estas consideraciones del P. Mariano de Blas.
LC. Franja.
Nº.3
Autor:
P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
¿Cómo
será mi muerte?
La
muerte, maestra de vida III.
Si vives bien, morirás bien; si vives
mediocremente, morirás como un mediocre; si vives santamente, no lo dudes, morirás
como un santo.
¿Cómo
será mi muerte?
Comencemos
por decir hoy que hay muertes preciosas. Es una muerte maravillosa la de quien
puede decir en ese momento: "He cumplido mi misión". Una muerte así
es el comienzo de la vida verdadera. Es propiamente entonces cuando se nace.
Por eso en el Martirologio, el libro donde se narra la vida de los santos y
mártires, no se hace constar el día de su nacimiento, sino el de su muerte,
como el verdadero día de su nacimiento, su "dies natalis".
La muerte
para los buenos brilla como una estrella de esperanza. Sus frutos son la paz,
el descanso, la vida. Con esta paz y serenidad murió Juan XXIII: "¡Qué
alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor!.", decía en su lecho
de muerte. Un muchacho decía a la hora de su muerte: "¡Qué bueno ha sido
Dios conmigo, por haberme concedido vivir 17 años!"; y moría ofreciendo su
vida por sus padres y por los que lo habían formado.
Otro
decía: "No sé por qué lloran". Aquel joven moría pidiendo perdón a todos,
incluso a su novia, pero la novia tuvo un gesto y unas palabras muy oportunas:
"No tengo de qué perdonarte, y te lo digo delante del sacerdote, porque
desde que te conocí soy más buena". ¿Lo podrías decir tú de tu novio o de
tu novia?
Preguntémonos
ahora la cosa más importante: ¿Cómo será mi muerte? He aquí lo importante, no
el cuándo sino el cómo voy a morir. Es decir, en qué disposiciones. Aunque no
podemos fijar el día, el lugar, la forma externa de morir, sí podemos fijar el
cómo. Podemos preverlo: se muere según se vive. Si se vive bien, lo normal es
que se muera bien; si se vive mal, lo normal es que se muera mal, si Dios no
pone remedio. Si vivo bien, con su ayuda moriré bien; si vivo mediocremente,
moriré como un mediocre; si vives santamente, no lo dudes, morirás como un
santo.
Si desde
hoy te decides a ser un buen hombre, seguro que morirás como un buen hombre, y
nunca te arrepentirás; pero, si dejas ese asunto para más adelante, lo dejas
para nunca. No se puede improvisar la hora de la muerte. Los dos ladrones que
iban a morir, estaban al lado del Redentor, pero sólo uno de los dos compañeros
de suplicio de Jesús se convirtió.
Comenta
San Agustín: "Hubo un buen ladrón, para que nadie desespere; pero sólo
uno, para que nadie presuma y se confíe". Hay que ser lógicos y aprovechar
el tiempo. El que pasó, ya pasó, pero el que queda por delante hay que
aprovecharlo con avaricia. Si muriera esta noche, ¿estaría preparado?; ¿tendría
mis manos llenas, vacías o medio vacías? ¿Estaré preparado el día de mí muerte?
Esta es la gran pregunta.
Podríamos
terminar estas reflexiones con las palabras de un gran hombre, que todos los
días medita sobre la muerte como maestra de vida: "Yo sé que toda la vida
humana se gasta y se consume bien o mal, y no hay posible ahorro: los años son
esos, y no más. Y la eternidad es lo que sigue a esta vida. Gastarnos por Dios
y por amor a nuestros hermanos en Dios es lo razonable y seguro"
Según se
vive, así se muere. Si esto es así: de los que viven santamente estamos seguros
que morirán santamente. Pero de los que viven en pecado podemos estar seguros de que morirán impenitentes...
Para leer
la meditación completa:
Nº 1
La muerte, maestra de vida I.
¿Y si hoy
fuera el último día de mi vida?
Nº 2
La muerte, maestra de vida II.
¿Me siento preparado para morir en este momento?
Esta meditación en tres capítulos puede ayudarte a no estar desprevenido en ese momento. Es un buen aviso. Franja.
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