jueves, 21 de noviembre de 2013

Santa Cecilia, la Patrona de la música

Blog Católico de Javier Olivares-Baiona

22 de Noviembre: 
Día de Santa Cecilia, la Patrona de la música


Aunque sus antecedentes con la música son cuestionados, Cecilia de Roma inspiró el espíritu  universal de la música (Escuche en Youtube la Oda de Haendel en su honor)


Imagen de Santa Cecilia - Foto Ilustrativa
Cecilia de Roma, conocida como santa Cecilia, fue una noble romana, convertida al cristianismo, que —según la tradición— fue martirizada por su fe entre el año 180 y 230. Sus atributos son el órgano el laúd y las rosas. Sus padres la dieron en matrimonio a un noble joven pagano, Valerius («Valeriano»). Cuando, tras la celebración del matrimonio, la pareja se había retirado a la cámara nupcial, Cecilia dijo a Valeriano que ella había entregado su virginidad a Dios y que un ángel celosamente guardaba su cuerpo; por consiguiente, Valeriano debía tener el cuidado de no violar su virginidad. Valeriano pidió ver al ángel, después de lo cual Cecilia lo envió junto a la tercera piedra miliaria de la Vía Apia dónde debía encontrarse  con el Papa Urbano I.  Valeriano obedeció y fue al encuentro de Urbano, el papa lo bautizó y Valeriano regresó como cristiano ante Cecilia. Entonces se apareció un ángel a los dos y los coronó como esposos con rosas y azucenas. Cuando Tiburcio, el hermano de Valeriano, se acercó a ellos, también fue convertido al cristianismo y a partir de entonces vivió con ellos en la misma casa, en completa pureza. El prefecto Turcio Almaquio condenó a ambos hermanos a la muerte. El funcionario del prefecto, Máximo, fue designado para ejecutar la sentencia. Pero se convirtió al cristianismo y sufrió el martirio con los dos hermanos. Cecilia enterró sus restos en una tumba cristiana.

Luego la propia Cecilia fue buscada por los funcionarios del prefecto. 
Fue condenada a morir ahogada en el baño de su propia casa. Como sobrevivió, la pusieron en un recipiente con agua hirviendo, pero también permaneció ilesa en el ardiente cuarto.  Por eso el prefecto decidió que la decapitaran allí mismo. El ejecutor dejó caer su espada tres veces pero no pudo separar la cabeza del tronco. Huyó, dejando a la virgen bañada en su propia sangre. 

Cecilia vivió tres días más, dio limosnas a los pobres y dispuso que después de su muerte su casa debía dedicarse como templo. El obispo Urbano la enterró en la catacumba de Calixto, donde se sepultaban los obispos y los confesores. 


El relato así no tiene valor histórico; es un romance pío, como tantos otros recopilados en los siglos V y VI. La existencia de los mencionados mártires, sin embargo, es un hecho histórico. La relación entre Cecilia y Valeriano, Tiburcio y Máximo, mencionados en las Actas, tienen quizá algún fundamento histórico.

Santa Cecilia y la música

Es un poco incierto el motivo por el que Cecilia terminó siendo la patrona de la música. La música siempre tuvo un papel contradictorio en la interpretación de la leyenda de Cecilia. Como Cecilia rechazó los instrumentos para cantar a su Señor, se puede entender que para ella la música era algo que había que rechazar para abrazar la virtud (En cambio desde fines del siglo XVI, Cecilia se empezó a pintar sin halo, se muestra cada vez más como una artista, menos frecuentemente sentada al órgano, y casi siempre ejecutando instrumentos mundanos. Este cambio de normas significaría que la práctica musical en sí misma se estaba convirtiendo en la quintaesencia de la virtud, y teniendo como meta el virtuosismo.

Icono de Santa Cecilia
ORACIÓN A SANTA CECILIA,
VIRGEN Y MÁRTIR 
Gloriosa Virgen y mártir Santa Cecilia, modelo de esposa fidelísima de Jesús, vedme aquí postrado humildemente ante vuestras plantas. Soy un pobre pecador que vengo a implorar vuestra poderosa intercesión ante Jesús a quién tanto amasteis, suplicándote que me consigas un verdadero arrepentimiento de mis pecados, un propósito eficaz de enmienda y una heroica fortaleza para confesar y defender la fe que he profesado. Alcánzame la gracia de vivir y morir en esta santa fe, como también las gracias especiales que necesito para vivir santamente en mi estado. Escucha y ten en cuenta mis súplicas , oh virgen poderosísima, para que merezca gozar un día de la eterna bienaventuranza. Amén.


Confeccionado por Franja

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