Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
LAS TRES
PLENITUDES
San Alberto
Magno que existen tres géneros de plenitudes: "la plenitud del vaso, que
retiene y no da; la del canal, que da y no retiene, y la de la fuente, que
crea, retiene y da". ¡Qué tremenda verdad!
Efectivamente,
yo he conocido muchos hombres-vaso. Son gentes que se dedican a almacenar
virtudes o ciencia, que lo leen todo, coleccionan títulos, saben cuanto puede
saberse, pero creen terminada su tarea cuando han concluido su almacenamiento:
ni reparten sabiduría ni alegría.
Tienen, pero
no comparten. Retienen, pero no dan. Son magníficos, pero magníficamente
estériles. Son simples servidores de su egoísmo.
También he
conocido hombres-canal: es la gente que se desgasta en palabras, que se pasa la
vida haciendo y haciendo cosas, que nunca rumia lo que sabe, que cuanto le
entra de vital por los oídos se le va por la boca sin dejar pozo adentro.
Padecen la neurosis de la acción, tienen que hacer muchas cosas y todas de
prisa, creen estar sirviendo a los demás pero su servicio es, a veces, un modo
de calmar sus picores del alma. Hombre-canal son muchos periodistas, algunos
apóstoles, sacerdotes o seglares. Dan y no retienen. Y, después de dar, se
sienten vacíos.
Qué difícil,
en cambio, encontrar hombres-fuente, personas que dan de lo que han hecho
sustancia de su alma, que reparten como las llamas, encendiendo la del vecino
sin disminuir la propia, porque recrean todo lo que viven y reparten todo
cuanto han recreado. Dan sin vaciarse, riegan sin decrecer, ofrecen su agua sin
quedarse secos. Cristo -pienso- debió ser así. El era la fuente que brota
inextinguible, el agua que calma la sed para la vida eterna. Nosotros -¡ah!-
tal vez ya haríamos bastante con ser uno de esos hilillos que bajan chorreando
desde lo alto de la gran montaña de la vida.
Autor: José
Luis Martín Descalzo
Me ha gustado y os lo pongo. Lo he cogido en:
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