Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
ACTITUD
ALEGRE
Un
señor de la ciudad fue a pasar unas vacaciones a las sierras, a unas altas
montañas.
Tenía
un trabajo que lo agobiaba, muchos problemas y quería renunciar a todo.
Un
amigo lo convenció que antes se tomase un descanso en la montaña y así lo hizo.
Todas
las tardes salía a dar un paseo y de regreso solía encontrarse una viejecita
que regresaba a su casa.
Se
podía observar que la anciana había estado trabajando todo el día y que le
costaba trabajo subir una cuesta muy empinada con una pesada carga de leña
sobre sus espaldas.
Sin
embargo, la humilde anciana nunca mostraba en su rostro el más leve signo de malhumor
o impaciencia. Iba siempre risueña y alegre.
La
saludaba todos las tardes, preguntándose cómo le haría para no quejarse.
Pensaba el señor que él, con menos problemas y muchos más bienes materiales que
la viejecita, era un impaciente y siempre andaba de mal humor.
Por
fin un día se decidió a preguntárselo. Al verla se le acercó y le pidió le
explicara cómo le hacía para estar siempre alegre a pesar de lo cansada que
debía estar.
La
viejecita le contestó:
-"Tengo un secreto que me hace estar menos cansada y saber llevar el cansancio con alegría".
-"Tengo un secreto que me hace estar menos cansada y saber llevar el cansancio con alegría".
El
señor tuvo gran curiosidad por saber de qué se trataba, y le preguntó si acaso
era un brebaje o una medicina.
-"No
señor, nada de eso", respondió la viejecita. Y continuó diciéndole:
"Tengo una oración que me hace olvidar mis penas y cansancios".
El
señor le preguntó con interés de que oración se trataba.
-"Durante
el día pienso a ratos en Jesús cuando llevaba cargando la cruz hacia el
Calvario, y medito las palabras de Dios a Adán en el principio de la humanidad:
«Comerás tu pan con el sudor de tu frente». Y entonces me repito
constantemente: «¡Que se haga como Dios quiere! ¡Que se haga como Dios
quiere!». Y esa oración me da un gran aliento para continuar adelante. Es la fe
y el amor a Dios lo que me da fuerzas en mi debilidad".
El
señor después de meditar las palabras de la viejecita, regresó a su vida cotidiana
con una razón suficientemente fuerte para ya no desesperarse y continuar
luchando.
(Remitido
por Piera)
No hay comentarios:
Publicar un comentario